Colombia incierta
A los del SI, los del NO y los abstencionistas, les afectar¨¢ por igual el resultado porque el limbo en que ha quedado Colombia no es una ficci¨®n
Ambos caminos estaban sembrados de espinas. El del SI se?alaba una ruta clara con riesgos m¨¢s visibles y por lo tanto la posibilidad de actuar frente a ellos. El del NO, que triunf¨®, es un camino incierto tanto que por ninguna parte en estas primeras 24 horas aparece la f¨®rmula para que no se pierdan cuatro a?os de negociaciones y se les conserve a las v¨ªctimas la promesa de la verdad y la reparaci¨®n.
Los llamados a los acuerdos nacionales, a la reconciliaci¨®n de las partes son emocionales, deseables, pero no los creo posibles. Desde ¨¦pocas de Alvaro G¨®mez estamos hablando de los acuerdos sobre lo fundamental y lo claro es que aqu¨ª lo fundamental ha sido la estrategia de quitarle el ox¨ªgeno a la gobernabilidad, desgastar al que ostenta el poder e ir chup¨¢ndole rueda al que mayores posibilidades tiene de suceder al que se va. O cree tenerlas.
El tono del discurso del expresidente ?lvaro Uribe luego de conocerse el triunfo del No a los acuerdos con las FARC fue el de un hombre que se plantea como el l¨ªder renovado de una naci¨®n a la que le habl¨® no solo de ese proceso si no de sus conceptos de familia, de la reforma tributaria, y de todos los aspectos en los que quiere cogobernar.
Las campa?as por el S¨ª y el No demostraron c¨®mo la oposici¨®n desde siempre busc¨® quitarle a Santos la posibilidad de ser ¨¦l quien pase a la historia como el que hizo el acuerdo con las FARC. El triunfo del NO facilita el objetivo. Ya esta no es la paz de Santos. Inter¨¦s no solo del CD, pues al interior del propio gobierno, de los negociadores plenipotenciarios, tambi¨¦n se visibilizaron las peque?eces de quienes buscaron ahogar a Humberto de la Calle argumentando que sus ciertas quejas finales pod¨ªan echar al traste la negociaci¨®n. Mientras otros sectores sent¨ªan cosquillas y guardaban silencio con el espect¨¢culo para no ensuciarse anticipadamente.
Los resultados del domingo 2 de octubre, del Brexit colombiano, plantean temas de fondo que por su naturaleza implican revisar si el veredicto est¨¢ mostrando otros sectores del NO, que pueden creer o sentirse cercanos al uribismo, pero no necesariamente est¨¢n bajo sus toldas. Creo que hay un enorme grupo de colombianos que castig¨® a las FARC con su voto. Y un 60 por ciento de abstenci¨®n, que tambi¨¦n es un elemento que no puede quedar por fuera de este an¨¢lisis.
La guerrilla a pesar de lo tard¨ªo de sus perdones, hay que reconocerlo, al menos ha reiterado que insiste en mantenerse en el uso de las palabras como ¨²nica arma pol¨ªtica. Ojal¨¢ les dure.
Esos colombianos abstencionistas ser¨¢n los que ven c¨®mo los fallos judiciales son usados en venganzas pol¨ªticas; los que asisten a la forma como se revuelcan en el barro de sus insultos hasta respetados intelectuales; quienes esperan el transporte para llegar al trabajo por horas bajo la lluvia y temen enfermarse porque no saben si su EPS ya se quebr¨® mientras ensordecen con las minor¨ªas gritando como los fan¨¢ticos que impiden sus derechos.
Lo cierto es que a todos, los del SI, los del NO y los abstencionistas, les afectar¨¢ por igual el resultado porque el limbo en que ha quedado Colombia no es una ficci¨®n: todos los guerrilleros, seg¨²n dicen cerca de 6 mil est¨¢n en nuestras selvas sin saber qu¨¦ hacer y con un fusil en la mano aun sin entregar; todas las inversiones para construir equidad y desarrollo rural est¨¢n a merced de la polarizaci¨®n y la rapi?a electoral de cara al 2018.
Las expectativas de una asamblea constituyente o la de usar la v¨ªa del congreso para hacer la paz por decreto, necesitan consensos tambi¨¦n. Con la institucionalidad no se juega. Eso si pasa cuentas de cobro de tipo dictatorial.
El camino que resuelva recorrer el gobierno debe elegirse una vez se decanten los discursos, se contabilicen los ceros en las acciones que se pierden o se ganan en las bolsas por efectos del NO, el comportamiento del d¨®lar y las protestas que ya se anuncian en los sectores que dependen del favor estatal para quitarle margen de maniobra a los ministros de este gabinete, muchos ya en tiempo de descuento.
Hay leer las palabras ocultas como el voto oculto que hay en cada uno de quienes proponen salidas para no irse a encontrar con una fe de erratas. Tambi¨¦n es necesario escuchar con m¨¢s atenci¨®n las palabras que se volvieron credos cuando se pronuncian desde los p¨²lpitos de las iglesias. S¨ª es cierto que de esta crisis, enorme, hay que construir una oportunidad, pero que sea para enderezar ojal¨¢ el comportamiento de la dirigencia pol¨ªtica porque las responsabilidades no son pocas.
Diana Calderon es directora de informativos y de @hora20 de Caracol Radio Colombia. Twitter @dianacalderonf
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