Colombia: los di¨¢logos pol¨ªticos
Atascado el proceso de paz, la urgencia de destrabarlo no admite vacilaciones
El triunfo del no?en el plebiscito del domingo 2 de octubre fue inesperado; incluso para quienes lo promov¨ªan. Pero as¨ª fue y el resultado tiene consecuencias. El proceso de paz ha quedado paralizado, sin que est¨¦ claro qu¨¦ es lo que viene despu¨¦s pese a que nadie quiere volver a la guerra.
Y ya hay efectos del triunfo del no: hoy, viernes 7 de octubre, habr¨ªa sido el cuarto d¨ªa del inicio del desarme de las FARC; este proceso crucial no se ha podido iniciar pese a que ya est¨¢n desplegados en el pa¨ªs m¨¢s de 600 observadores de la ONU para verificar la ¡°dejaci¨®n de armas¡±.
Mejor es pensar que la guerra no se reanudar¨¢, pero no cabe duda que se ha entrado a una fase de incertidumbre e indefinici¨®n muy peligrosa. El cese de fuego bilateral ¡ªque deb¨ªa haber sido seguido del tambi¨¦n paralizado desarme¡ª ahora se prolonga hasta fines de octubre. Y despu¨¦s, ?qu¨¦?
De la foto de la actual situaci¨®n saltan a la vista dos constataciones fundamentales. Ambas tienen que ver, esencialmente, con los actores pol¨ªticos cruciales en Colombia.?
La primera es que desde que se conoci¨® el resultado, el proceso de paz ha quedado estancado y sin rumbo; esto es sumamente peligroso. Detenido el desarme de las FARC, la ubicaci¨®n de sus 5.700 efectivos en 23 zonas de concentraci¨®n debidamente aseguradas y la puesta en funcionamiento del sistema de justicia acordado, lo avanzado en cuatro a?os pasa a una peligrosa precariedad.
Ha quedado tan en el aire el proceso que circulan en redes sociales mensajes de llamados a quienes votaron por el no?a que presenten sus ¡°propuestas concretas e innovadoras para reformar los acuerdos¡±.
La segunda es que, en medio de todo, se ve ¡°luz al fondo del t¨²nel¡±. En medio de la polarizaci¨®n que tuvo su c¨²spide en la votaci¨®n del domingo, desde que se conocieron los resultados los principales comentarios y actos de los pol¨ªticos colombianos claves fueron alturados y mesurados; empezando por el presidente Santos, el expresidente Uribe y Rodrigo Londo?o (Timochenko).
Reuniones como la sostenida este mi¨¦rcoles entre Santos y Uribe eran impensables hace s¨®lo pocos d¨ªas. Lo mismo el ¡°nuevo di¨¢logo pol¨ªtico¡± que empez¨® ayer con comisiones representativas de tres sectores opositores del acuerdo de La Habana. Vientos alentadores.
Como dato curioso s¨®lo comento c¨®mo la polarizaci¨®n parece haberse trasladado a lugares imprevistos. Escribo esta nota desde el Per¨² y he visto con estupor c¨®mo aqu¨ª algunos?opin¨®logos y pol¨ªticos locales ¡ªmuy pocos pero muy ruidosos¡ª lanzaban apreciaciones temerarias sobre la base de una mezcla perversa de ignorancia y mala fe. Si uno afirmaba falsamente que en los acuerdos se hab¨ªa establecido que la FARC nombrar¨ªa?a los jueces de la jurisdicci¨®n especial para la paz, otro dec¨ªa, con igual falsedad o ignorancia, que todos los integrantes de las FARC ¡ªsin excepci¨®n¡ª iban a ser beneficiados por una amplia amnist¨ªa, cuando se sabe que est¨¢ estipulada ¡ªy en ello concuerda Uribe¡ª s¨®lo para combatientes rasos que no hayan cometido cr¨ªmenes graves. Esp¨ªritu de estas voces, pues, muy distante del que hoy se respira en Colombia.
Atascado el proceso de paz, la urgencia de destrabarlo no admite vacilaciones ni demoras. Y en esto, como lo ha resaltado Joaqu¨ªn Villalobos en este mismo peri¨®dico, se espera que la pol¨ªtica desempe?e su papel, convirtiendo esta crisis en oportunidad para construir consensos. Los di¨¢logos pol¨ªticos iniciados hace pocas horas son, en esto, un escenario crucial.
Si en m¨¢s de cuatro a?os, con tenacidad, paciencia y cuidado, se avanz¨® a donde se ha llegado, que vibras semejantes contribuyan a superar este escollo imprevisto para una paz con la que todos dicen querer contribuir. Las convergencias en sensatez de los ¨²ltimos d¨ªas podr¨ªan ser una luz de esperanza con aportes concretos a las aclaraciones, ajustes o precisiones a considerar luego por quienes firmaron los acuerdos.
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