Benkir¨¢n, el islamista campechano que seduce a las masas en Marruecos
El presidente revalida su cargo al vencer en las elecciones legislativas con su imagen de persona sencilla
Abdelil¨¢ Benkir¨¢n, el hombre que acaba de ganar las elecciones legislativas, ha mantenido un delicado equilibrio con Mohamed VI durante sus cinco a?os de Gobierno (2011-2016). Benkir¨¢n no suele desaprovechar la ocasi¨®n para expresar su lealtad al rey. Pero meses antes de que comenzase la campa?a por las elecciones legislativas, comenz¨® a denunciar la omnipresencia de ¡°un poder autoritario en la sombra¡±, que maneja los hilos del pa¨ªs y favorece al Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), principal rival de los islamistas.
Benkir¨¢n apuntaba al ministro del Interior, Mohamed Hassad, designado por el rey y a su consejero real, amigo de la infancia y fundador del PAM, Fouad Ali el Himma. Mohamed VI lo llam¨® al orden sin mencionar su nombre, durante su discurso del trono el pasado julio, donde advirti¨® que es el rey de todos los marroqu¨ªes, incluso de los que no votan, que por cierto suelen ser la mayor¨ªa (55% de abstenci¨®n en 2011 y 57% estas ¨²ltimas elecciones).
Las desavenencias entre ambos han trascendido m¨¢s de una vez. El pasado julio una fuente an¨®nima del Palacio filtr¨® a la revista Jeune Afrique el descontento de Mohamed VI por el hecho de que Benkir¨¢n revelase que el rey le hab¨ªa regalado un reloj a su madre. ¡°Su Majestad no aprecia que se divulgue el contenido de sus entrevistas y a¨²n menos el de sus gestos privados¡±, se?al¨® la fuente secreta.
En 2015, Benkir¨¢n denunci¨® a un canal p¨²blico marroqu¨ª por difundir un concierto de Jennifer L¨®pez que ¨¦l juzg¨® "atentatorio contra el pudor"
Pero m¨¢s all¨¢ de que no haya qu¨ªmica entre el jefe de Estado y el del Gobierno, lo cierto es que hay un pulso de poder entre ambos. El rey controla los principales resortes del Estado, y Benkir¨¢n se ha convertido en el ¨²nico pol¨ªtico capaz de congregar a 20.000 militantes en un mitin, en un pa¨ªs de 32 millones de habitantes. Y tal vez el ¨²nico que puede mantener su buena imagen en alza a pesar de haber subido los impuestos a los combustibles y aumentado la edad de jubilaci¨®n.
Benkir¨¢n es un antiguo profesor de Ciencias F¨ªsicas, padre de seis hijos a sus 62 a?os, que habita con su esposa en la misma casa del barrio c¨¦ntrico de Rabat donde viv¨ªa antes de ser presidente en 2011. Sus vecinos est¨¢n acostumbrados a verlo caminar hacia la mezquita m¨¢s pr¨®xima rodeado de guardaespaldas. Todo ello, en consonancia con la imagen de austeridad y honestidad que los electores del PJD aprecian entre los islamistas. Le gusta contar chistes, usa un lenguaje vehemente cuando critica a sus rivales del PAM, pero mide bien las palabras cuando se refiere al monarca.
Usa un lenguaje vehemente cuando critica a sus rivales, pero mide bien las palabras cuando se refiere al monarca
En 2015 interpuso una denuncia ante las autoridades televisivas contra los responsables del canal de televisi¨®n p¨²blica 2-M, por transmitir en junio un concierto de la cantante estadounidense Jennifer L¨®pez en el que Benkir¨¢n apreci¨® ¡°secuencias de connotaci¨®n sexual, atentatorias contra el pudor y los valores religiosos y morales de la sociedad marroqu¨ª y que pueden herir la sensibilidad de los telespectadores¡±. Sus denuncias fueron desestimadas.
En m¨¢s de una ocasi¨®n ha contado alg¨²n chiste pol¨¦mico sobre el papel de la mujer en el hogar. Durante un encuentro de formaci¨®n del PJD celebrado en 2015 dijo que ¡°una esposa sale m¨¢s barata que una amante¡±. Entre las risas de sus militantes coment¨®: ¡°La esposa busca siempre ahorrar el dinero de su marido y de sus hijos, mientras que la amante quiere sacarte todo el dinero¡±.
Ninguno de sus chistes ha desgastado su imagen. Tampoco han conseguido desgastarla la informaci¨®n contra el PJD que ofrecen la mayor¨ªa de los medios p¨²blicos y privados, claramente afines al Palacio. Benkir¨¢n sigue siendo Benkishow, como le llaman algunos en Marruecos. Cada vez que se planta enfrente de una c¨¢mara el ¨¦xito de audiencia est¨¢ garantizado. Nunca un pol¨ªtico islamista alcanz¨® tanta popularidad en Marruecos. Ahora tiene cinco a?os por delante para potenciarla.
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