La conexi¨®n espa?ola con el Nobel de Santos

¡°El sue?o de poner fin al ba?o de sangre est¨¢ m¨¢s cerca que nunca¡±, escribi¨® el pasado enero un grupo personalidades iberoamericanas para presentar la candidatura del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, al Comit¨¦ Noruego que otorga el Nobel de la Paz. Nueve meses despu¨¦s, y pese al rechazo a los acuerdos entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla en el plebiscito del pasado domingo, la instituci¨®n acaba de premiar al mandatario como un espaldarazo a sus esfuerzos de paz tras el rev¨¦s en las urnas, seg¨²n el comunicado de entrega del galard¨®n.

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El proceso que busca poner fin a m¨¢s de medio siglo de conflicto armado, el ¨²ltimo de la Guerra Fr¨ªa en el hemisferio, ha contado con la participaci¨®n de distintas figuras de Espa?a, aunque el Gobierno no ha sido protagonista de primera ni de segunda fila. El espa?ol Centro Internacional Toledo para la Paz (CITPax) ha sido monitor y acompa?ante de los procesos colombianos. Ya desde el Gobierno de ?lvaro Uribe sigui¨® sobre el terreno la desmovilizaci¨®n de los paramilitares (2003-2006), una intervenci¨®n que contin¨²a hoy tambi¨¦n con la guerrilla, seg¨²n precisa el director del centro, el exembajador de Espa?a en M¨¦xico y Angola Emilio Cassinello. "La colaboraci¨®n con Santos empez¨® con ¨¦l como ministro de Defensa y continu¨® cuando fue elegido presidente", explica Cassinello, quien admite que los resultados de la votaci¨®n del 2 de octubre los dej¨® ¡°perplejos¡±.

Shlomo Ben Ami, vicepresidente del CITPax y excanciller de Israel, es uno de los expertos internacionales que ha asesorado a Santos durante el proceso. "Shlomo medi¨® para que Noruega fuera pa¨ªs garante del proceso. Antes de esto, ni siquiera ten¨ªan embajada en Bogot¨¢", asegura Cassinello, que destaca una de las aportaciones de Ben Ami: "Advirti¨® desde el principio de la necesidad de que hubiera una agenda previa para las negociaciones. Cuando no la hay, estos procesos suelen convertirse en una burbuja cerrada en s¨ª misma".

Ben Ami fue uno de los proponentes de la exitosa candidatura de Santos al Nobel este a?o, junto a los espa?oles Felipe Gonz¨¢lez, expresidente del Gobierno; Josep Piqu¨¦, exministro de Industria y de Asuntos Exteriores; ?lvaro Gil-Robles, ex Defensor del Pueblo y excomisario europeo de Derechos Humanos; y Emilio Casinello. Tambi¨¦n firmaron los expresidentes Jos¨¦ M¨²jica, de Uruguay, y Ricardo Lagos, de Chile. La nominaci¨®n, una entre las varias que pudo haber recibido el proceso colombiano a la vez, comenzaba recalcando que al igual que el a?o anterior, nuevamente apostaban por el reconocimiento a la lucha de Santos.

¡°Un premio Nobel de Paz¡­ es la recompensa adecuada por los extraordinarios logros de su pol¨ªtica regional pacifista¡±, interpelaba el texto, ¡°por cambiar de forma tan radical el discurso colombiano de la guerra por uno de paz; y por haber alcanzado acuerdos hist¨®ricos como los que abordan las ra¨ªces de un conflicto de medio siglo de duraci¨®n con la m¨¢s violenta narco-guerrilla que jam¨¢s haya existido en Am¨¦rica Latina¡±.

Dos de los principales motivos de rechazo en las urnas a los acuerdos por parte de los colombianos fue que, seg¨²n los pactos, los guerrilleros que confesaran sus cr¨ªmenes no ir¨ªan a la c¨¢rcel y que los culpables de delitos m¨¢s graves pagar¨ªan penas alternativas, as¨ª como su participaci¨®n en pol¨ªtica con 10 esca?os garantizados (de un total de 268 en dos C¨¢maras) por dos legislaturas. Ben Ami hab¨ªa advertido en 2015 durante un foro sobre la paz en Madrid: ¡°No ser¨¢ f¨¢cil para los colombianos ver a guerrilleros en el Congreso, pero es un precio que hay que pagar¡±.