As¨ª masacraron Los Zetas: ¡°Cuando se termin¨®, dormimos normalmente¡±
Un estudio ahonda en las dos peores matanzas del c¨¢rtel m¨¢s salvaje de M¨¦xico
En los anales de la violencia extrema en M¨¦xico ha quedado escrito a sangre y fuego el nombre de Los Zetas. El c¨¢rtel creado en los 2000 por soldados desertores del Ej¨¦rcito aplic¨® al crimen organizado la t¨¢ctica de la propagaci¨®n del terror civil. A m¨¢s salvajismo, m¨¢s miedo entre la poblaci¨®n, m¨¢s sometimiento de las autoridades, m¨¢s silencio en los medios y, aunando todo ello, un control incontestable del territorio donde operaban. La m¨¢quina de muerte de Los Zetas alcanz¨® su culmen en dos episodios tr¨¢gicos que un estudio acad¨¦mico trata de esclarecer: el asesinato de 72 migrantes en Tamaulipas en 2010 y la desaparici¨®n de un n¨²mero incierto de personas (se llega a hablar de 300) en 2011 en Coahuila.
Bajo la direcci¨®n del polit¨®logo Sergio Aguayo y con el auspicio de la Comisi¨®n Ejecutiva de Atenci¨®n a V¨ªctimas, el Centro de Estudios Internacionales del Colegio de M¨¦xico ha llevado a cabo una investigaci¨®n que presenta ahora con el t¨ªtulo En el desamparo. Analiza esos dos terribles casos y subraya la falta de atenci¨®n recibida por las v¨ªctimas con una conclusi¨®n que no sorprende a nadie y ratifica un problema de ra¨ªz: "El Estado no ha hecho la tarea".
Municipio de San Fernando. Estado de Tamaulipas, noreste de M¨¦xico, fronterizo con Estados Unidos. Agosto de 2010. Declaraci¨®n de uno de los dos supervivientes de la masacre: "Nos amarraron las manos, nos vendaron los ojos y despu¨¦s nos fueron acomodando formando una U. Primero las mujeres, entre las que se encontraba una embarazada. Nos dijeron que nos call¨¢ramos, que no grit¨¢ramos, porque nos iban a matar". En aquel tiempo, dice el estudio, San Fernando era "un campo de exterminio". A estos 72 migrantes, que pasaban por all¨ª en ruta al sue?o americano, les toc¨® la peor pesadilla. Los Zetas y el c¨¢rtel del Golfo se encontraban en guerra abierta por el control de Tamaulipas y la estrategia zeta de aniquilaci¨®n de todo lo que oliera al enemigo estaba en su punto m¨¢s desquiciado. En medio de rumores de que los del Golfo estaban reclutando migrantes para luchar contra ellos, Los Zetas, un grupo tan violento que en sus zonas la poblaci¨®n ni siquiera pronunciaba su nombre, interceptaron a estos 72 migrantes, los recluyeron en un rancho y les ofrecieron pasar a integrar sus filas. Tres dijeron que s¨ª, seg¨²n dijo el superviviente. [Por la lectura del informe no se sabe si esos tres siguieron con vida como sicarios de Los Zetas o si fueron parte de los 72 asesinados]. A continuaci¨®n fue la carnicer¨ªa. "El Alacr¨¢n, El Chamaco y El Sanidad los mataron con tiro de gracia calibre nueve mil¨ªmetros", confes¨® luego un mando del c¨¢rtel de los soldados forajidos. "Cuando se termin¨®, dormimos normalmente".
Municipio de Allende. Estado de Coahuila, norte de M¨¦xico, fronterizo con Estados Unidos. Marzo de 2011. ?Qu¨¦ pas¨® en Allende? ?Aquello dur¨® d¨ªas o dur¨® semanas o dur¨® meses? ?Cu¨¢ntos murieron? Allende es la interrogante m¨¢s oscura de los a?os de mayor psicopat¨ªa zeta. Testimonios nunca confirmados han llegado a hablar de 300 desaparecidos. El estudio precisa que oficialmente la cifra se queda en 42 desaparecidos en un periodo de 14 meses, 26 de ellos en un fin de semana enloquecido, del viernes 18 al domigo 20 de marzo, en el que un escuadr¨®n de la muerte de Los Zetas siti¨® el pueblo de Allende para -por orden de los inclementes hermanos Trevi?o, generales del c¨¢rtel- hacer pagar con el asesinato de familiares, amigos y colaboradores a tres zetas que supuestamente los hab¨ªan traicionado delat¨¢ndolos a la DEA y rob¨¢ndoles entre cinco y diez millones de d¨®lares. En la m¨¢s pura tradici¨®n de la tierra arrasada, mataron personas, quemaron sus cuerpos en gasolina, demolieron casas con retroexcavadoras. Y mientras tanto, los polic¨ªas municipales de Allende, al servicio de la gran masacare de los Trevi?o, "nom¨¢s se quedaron mirando".
Los tres perseguidos se encuentran en Estados Unidos, al menos dos como testigos protegidos. El informe critica la "opacidad" de Estados Unidos ante las peticiones de informaci¨®n sobre ellos.
Polic¨ªas a sueldo. "Las fuerzas del orden cumplieron eficazmente las directrices recibidas", afirma el informe en el caso de Allende. "No salir a patrullar ni responder a los llamados de auxilio". La ¨²nica nota de humanidad por parte de los agentes corruptos fue la de "una polic¨ªa integrada en Los Zetas" que encontr¨® a una ni?a de cinco a?os y un ni?o de tres y los sac¨® de all¨ª para llevarlos a otro pueblo. Nada garantizaba que los narcos tuvieran piedad: un a?o despu¨¦s en Allende localizaron a unos familiares de uno de los tres "traidores" y los mataron. Eran un matrimonio y sus dos hijos, uno de seis a?os y un beb¨¦ de meses. Este nuevo acto de venganza lo ejecutaron juntos sicarios y polic¨ªas.
"En 2010 y 2011, Los Zetas ten¨ªan a su servicio a los 38 polic¨ªas de San Fernando y a los 20 de Allende", asegura el informe. "Sin embargo, los agentes se involucraron de diferente manera con los criminales. Algunos se hicieron entusiastas c¨®mplices; otros pusieron distancia sin confrontar ni combatir a los delincuentes". En el estudio se explica la facilidad de comprar polic¨ªas en M¨¦xico. Se precisa que por entonces en aquella regi¨®n un agente cobraba de media menos de 300 d¨®lares al mes. Para tener comprado al cuerpo policial de Allende, se ejemplifica, Los Zetas, una maquina multimillonaria de hacer dinero con el tr¨¢fico de coca¨ªna, principalmente, y con los secuestros y la extorsi¨®n, necesitaban gastarse poco m¨¢s de 3.000 d¨®lares al mes.
El an¨¢lisis de las mayores sangr¨ªas de Los Zetas culmina subrayando la complicidad o inoperancia de las instituciones, seg¨²n los niveles de gobierno. "Los gobiernos municipales fueron c¨®mplices de graves violaciones a los derechos humanos, el gobierno estatal de Tamaulipas fue indiferente y el de Coahuila, insuficiente. ?Qu¨¦ hicieron y qu¨¦ dejaron de hacer las dependencias federales? La informaci¨®n que tenemos es insuficiente para entender las acciones y omisiones del Ejecutivo federal", dice el informe, "y esperamos cerrar ese hueco durante la Fase 2 de esta investigaci¨®n".
Hoy el c¨¢rtel de Los Zetas ha perdido unidad. Sus l¨ªderes hist¨®ricos est¨¢n fuera de juego. Heriberto Lazcano, El Verdugo, muerto, aunque su cad¨¢ver se lo llev¨® del tanatorio inexplicablemente un comando zeta. Miguel ?ngel Trevi?o, el Z-40, encarcelado. La organizaci¨®n se ha fragmentado de un modo que permanece confuso, sin demasiada claridad sobre la morfolog¨ªa actual del c¨¢rtel. Pero su violencia sigue muy viva en los Estados del Golfo de M¨¦xico, fundamentalmente Veracruz y Tamaulipas. Mientras tanto, M¨¦xico intenta comprender los episodios m¨¢s descarnados de la joven historia de esta mafia de impronta paramilitar.
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