Syriza cierra filas en su congreso para evitar elecciones anticipadas en Grecia
El partido de Tsipras, en el poder desde enero de 2015, se enfrenta a m¨²ltiples escollos y a un descenso de la popularidad
Con los sondeos en contra y media docena de frentes abiertos, Syriza, en el poder desde enero de 2015, se dispone a celebrar a partir de este jueves su congreso para cerrar filas y frustrar el principal deseo de la oposici¨®n: la convocatoria de elecciones anticipadas antes del te¨®rico fin de la legislatura, en oto?o de 2019. La segunda revisi¨®n del rescate se suma al complicado panorama que el Ejecutivo griego tiene por delante, en el que destacan como principales escollos la pol¨¦mica por la reordenaci¨®n del mapa audiovisual y la gesti¨®n de la crisis migratoria.
Las expectativas del principal partido griego de oposici¨®n, la conservadora Nueva Democracia (ND), de desalojar pronto del poder a Alexis Tsipras se est¨¢n viendo incrementadas a golpe de sondeos, que en los ¨²ltimos meses le dan siempre ventaja, a veces de hasta ocho o diez puntos. Pero ND no contaba con un aliado inesperado: el diario Avg¨ª, ¨®rgano de Syriza, public¨® el primer domingo de octubre una encuesta seg¨²n la cual el 90% de los griegos est¨¢n insatisfechos con el Gobierno, y el 85% creen que el pa¨ªs va por mal camino. Un bofet¨®n para Tsipras y un aliento excepcional para la oposici¨®n, que ha redoblado su exigencia, ya casi diaria, de elecciones anticipadas.
Aunque el Ejecutivo tard¨® apenas horas en publicar un informe que subrayaba la imprecisi¨®n de encuestas anteriores (las previas al refer¨¦ndum de julio de 2015 fallaron todas, con un error del 23% a favor de Syriza, seg¨²n ese documento), la sombra de la duda est¨¢ sembrada. M¨¢xime cuando el Gobierno tiene varios frentes abiertos, y la segunda revisi¨®n del tercer rescate (86.000 millones, tres a?os) no es precisamente el mayor de ellos. Syriza celebra desde este jueves y hasta el domingo su congreso, con el objetivo no declarado, pero patente, de cerrar filas y superar definitivamente el mal trago del rescate y su ristra de medidas de austeridad extras.
Mientras, el Ejecutivo enfrenta mal que bien problemas muy graves: la pol¨¦mica provocada por la concesi¨®n de licencias televisivas, sobre cuya constitucionalidad debe pronunciarse el Consejo de Estado; una sonora bronca con la Iglesia por el intento de reformar las clases de religi¨®n; la dif¨ªcil digesti¨®n de la crisis migratoria (hay 60.000 extranjeros atrapados en el pa¨ªs); la insurrecci¨®n de los jueces; amenazas de huelgas salvajes, como la de los controladores a¨¦reos, y movilizaciones casi diarias de alg¨²n que otro sector profesional o social, este mi¨¦rcoles, por ejemplo, los notarios. Con todo, y aunque con distintas corrientes org¨¢nicas en su seno, son mayor¨ªa en Syriza y en el Gobierno quienes creen que el Ejecutivo completar¨¢ su mandato hasta las pr¨®ximas elecciones, en oto?o de 2019, y que Tsipras saldr¨¢ reforzado del congreso.
¡°La austeridad ha generado desafecci¨®n entre los griegos y tambi¨¦n en muchos votantes de Syriza, que se muestran decepcionados y algunos incluso muy enfadados. Y es verdad que las previsiones de crecimiento para 2017, positivas, no significan nada a la hora de llenar la nevera, as¨ª que es comprensible¡±, asume Dimitris Papadimoulis, vicepresidente del Parlamento Europeo y dirigente hist¨®rico de Syriza. ¡°Por eso el inter¨¦s com¨²n pasa por evitar el adelanto electoral y trabajar los pr¨®ximos tres a?os para lograr desarrollo, inversiones, reducir el paro y reformar la Administraci¨®n. El Gobierno tiene una mayor¨ªa peque?a pero suficiente (153 esca?os de 300) y aquellos que consideraban a Syriza un par¨¦ntesis, los que nos daban s¨®lo unos meses en el Gobierno, tendr¨¢n que asumir que se han equivocado¡±, subraya el dirigente.
Seg¨²n Papadimoulis, debe agilizarse la segunda revisi¨®n del rescate, ¡°que est¨¦ completada a fines de noviembre, de manera que el Eurogrupo de diciembre la apruebe y pueda abordarse enseguida el tema de la deuda y la participaci¨®n de Grecia en el programa de est¨ªmulos del Banco Central Europeo (QE)¡±. Por contra, un eventual retraso en la revisi¨®n del memor¨¢ndum ¡ªcomo sucedi¨® con la primera, que se prolong¨® durante meses¡ª precipitar¨ªa una remodelaci¨®n del Gobierno que muchos creen ya dise?ada.
Pero la mayor¨ªa parlamentaria del Gobierno no depende s¨®lo de Syriza y sus parlamentarios (en el partido hay tres grandes corrientes, el n¨²cleo duro, en torno a Tsipras; los partidarios de una apertura y la l¨ªnea radical, m¨¢s izquierdista), sino de su socio de Gobierno, la derecha soberanista de Griegos Independientes, cuyo l¨ªder, y ministro de Defensa, Panos Kammenos, ha hecho dar marcha atr¨¢s al Gobierno en su intento de sustituir la ense?anza del catecismo en las escuelas por una asignatura m¨¢s acad¨¦mica y m¨¢s amplia, el conocimiento del hecho religioso. Inquebrantable en su defensa del ideario nacional, en el que Grecia y la ortodoxia van de la mano, Kammenos ha reiterado que no dudar¨ªa en retirar su apoyo a un Ejecutivo que negase a la Iglesia ortodoxa como se?a de identidad patria.
Pero tambi¨¦n dentro de Syriza hay voces disonantes, quienes creen que se han hecho demasiadas concesiones (el rescate, las ulteriores reformas exigidas por los acreedores) o, al rev¨¦s, los que consideran que el partido debe modularse ideol¨®gicamente para ampliar su base electoral. ¡°Las diferencias son patentes, por ejemplo estos d¨ªas con respecto a la incorporaci¨®n de los primeros ni?os refugiados (1.500) al sistema educativo; incluso entre los ediles de Syriza los hay a favor y en contra porque resulta una medida impopular para muchas familias, es decir, hipot¨¦ticos votantes¡±, explica amparado en el anonimato el presidente de un consejo municipal de la periferia de Atenas. ¡°Pero por cuestiones de supervivencia no s¨®lo en el Gobierno, sino como partido, son m¨¢s los puntos en com¨²n que las fricciones. Todos sabemos que no pueden lograrse grandes cosas en menos de dos a?os de mandato, y que debemos remar en la misma direcci¨®n para poder cumplir algunas de nuestras promesas electorales y demostrar que pese a los imperativos de los acreedores Syriza nunca ha dejado de ser una fuerza de izquierda¡±.
Evitar precisamente la tentaci¨®n del cortoplacismo y trabajar para convertir a Syriza ¡°en una fuerza central, que no centrista, en la izquierda¡± griega es la receta de Gerassimos Moschonas, profesor de Pol¨ªtica Comparada de la Universidad Panteion de Atenas. ¡°Si Syriza logra sacar adelante una reforma fiscal en profundidad, justa y equitativa, y a la par la transformaci¨®n y modernizaci¨®n del Estado, puede convertirse en una fuerza central en la izquierda (griega). El resultado de ambas reformas no da votos a corto plazo; al contrario, necesita tiempo, y hasta ahora su horizonte estrat¨¦gico no va m¨¢s all¨¢ de la siguiente elecci¨®n. Aunque Syriza la perdiera, si persevera en esa transformaci¨®n radical del sistema impositivo, de manera que no sean s¨®lo los asalariados, su base electoral, los que paguen impuestos, as¨ª como en la modernizaci¨®n de la Administraci¨®n, se convertir¨¢ en el gran partido de la izquierda durante muchos a?os¡±.
La pol¨¦mica reordenaci¨®n del mapa audiovisual
En agosto el Gobierno de Syriza acometi¨® una de las reformas m¨¢s pol¨¦micas de su mandato, la reordenaci¨®n del mapa de los canales privados de televisi¨®n, que en algunos casos emit¨ªan con licencias caducadas (y en su mayor¨ªa eran voces muy cr¨ªticas con Syriza). En un proceso dominado por el secretismo, el Ejecutivo subast¨® por 246 millones de euros cuatro licencias de emisi¨®n, lo que reduce el mapa audiovisual a la mitad y condena al paro en diciembre, cuando la se?al de las cuatro cadenas que se han quedado fuera se funda a negro, a miles de trabajadores.
Seg¨²n el Gobierno era un paso necesario para regular un sector al que siempre ha achacado ser el epicentro de la corrupci¨®n por sus lazos con el poder pol¨ªtico; para sus cr¨ªticos, en cambio, se trata de un indisimulado intento de limitar la libertad de expresi¨®n. La decisi¨®n del presidente del Consejo de Estado, m¨¢xima instancia judicial del pa¨ªs, de aplazar por presuntas interferencias pol¨ªticas una sesi¨®n sobre la legalidad del proceso no ha hecho m¨¢s que engordar la pol¨¦mica.
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