Alemania afronta un alud de cr¨ªticas tras el suicidio de un yihadista preso en su celda
Las autoridades no detectaron el riesgo de que se matara el sirio que planeaba un atentado inminente
Perplejidad. Fiasco. P¨¦rdida total del control. Estas y otras expresiones de impotencia se oyeron el jueves en las bocas de pol¨ªticos, expertos y periodistas alemanes. Todos se hab¨ªan quedado at¨®nitos al enterarse de que el que deber¨ªa ser el preso m¨¢s vigilado del pa¨ªs ¡ªJaber Albakr, el refugiado sirio detenido el domingo, cuando planeaba un atentado yihadista de gran alcance para esta semana¡ª se hab¨ªa suicidado el mi¨¦rcoles por la tarde en su celda de la c¨¢rcel de Leipzig.
Albakr se colg¨® con la camiseta que hab¨ªa recibido al llegar a la prisi¨®n, seg¨²n confirmaron las autoridades de Sajonia ¡ªel Estado donde viv¨ªa y fue capturado¡ª en una concurrida rueda de prensa. Este clamoroso patinazo se une, adem¨¢s, a los numerosos errores que han rodeado al caso Albakr.
¡°No deber¨ªa haber ocurrido, pero ocurri¨®¡±, comenz¨® el ministro de Justicia saj¨®n, Sebastian Gemkow. Flanqueado por el director de la prisi¨®n y otras autoridades del Estado, el ministro asegur¨® que los psic¨®logos no hab¨ªan detectado en Albakr ¡ªun islamista que, seg¨²n todos los indicios, estaba dispuesto a inmolarse para atacar en Alemania¡ª ¡°un fuerte riesgo de suicidio¡±. Su abogado, Alexander H¨¹bner, contradijo esta versi¨®n. ¡°Cualquier persona pod¨ªa ver que era un suicida en potencia¡±, dijo. Los responsables del centro establecieron un r¨¦gimen de control al preso cada 15 minutos, pero el mi¨¦rcoles varios expertos y psic¨®logos relajaron el ritmo de las revisiones a una cada media hora.
El responsable de la c¨¢rcel dijo que la actitud del sirio de 22 a?os no hizo pensar en la necesidad de aplicarle el protocolo antisuicidio. Defini¨® el estado de Albakr como ¡°tranquilo¡±. Pero a preguntas de un periodista, admiti¨® que el joven refugiado hab¨ªa destruido una l¨¢mpara y manipulado un enchufe. Los responsables del centro interpretaron estos actos como ¡°simple vandalismo¡± y no como un intento de matarse.
Cadena de errores
La rueda de prensa tuvo momentos surrealistas. Como cuando a la pregunta de por qu¨¦ el lunes, cuando Albakr ingres¨® en la c¨¢rcel, no hab¨ªa un int¨¦rprete, el director del presidio respondi¨®: ¡°Cada d¨ªa tenemos entre 10 y 15 entradas. No puede haber int¨¦rpretes para todos¡±. Parece evidente que trataron a Albakr como un preso m¨¢s; y no como alguien que horas antes de su detenci¨®n manejaba 1,5 kilogramos de material explosivo destinado a un aeropuerto de Berl¨ªn.
La muerte de Albakr es el colof¨®n para una actuaci¨®n de las fuerzas de seguridad muy criticada. ¡°El Estado ha desempe?ado un trabajo muy, muy bueno¡±, dijeron orgullosas las autoridades sajonas tras la captura. Poco m¨¢s tarde se sabr¨ªa que la detenci¨®n hab¨ªa sido posible gracias a la colaboraci¨®n de unos refugiados sirios.
Tambi¨¦n se supo que Albakr hab¨ªa podido ir y volver a Turqu¨ªa y Siria despu¨¦s de llegar como refugiado a Alemania, algo que en teor¨ªa requiere una autorizaci¨®n estatal. El ministro del Interior, Thomas de Maizi¨¨re, admiti¨® que estos viajes, simplemente, hab¨ªan pasado inadvertidos. El s¨¢bado, adem¨¢s, Albakr pudo escapar del cerco establecido por la polic¨ªa de Sajonia, y recorrer sin problemas los 85 kil¨®metros que separan Chemnitz de Leipzig.
La oposici¨®n reclama dimisiones en el Gobierno de Sajonia. El socialdem¨®crata Thomas Oppermann calific¨® lo ocurrido como ¡°fracaso inaudito de la justicia y pol¨ªtica¡±. El diputado democristiano lo consider¨® ¡°una tragedia¡± para las fuerzas de seguridad del pa¨ªs. Y el ecologista Konstantin von Notz se lament¨® por la p¨¦rdida de alguien que podr¨ªa haber aportado valiosa informaci¨®n sobre redes yihadistas en Alemania.
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