En South Central, la revoluci¨®n ciudadana crece desde las semillas

A los pies de su casa, reconvertida en epicentro del "jardinero g¨¢ngster", Ron Finley ofrece una granada de color escarlata donde otros invitan a un refresco. Desde 2010, este antiguo dise?ador lucha contra lo que denomina los "desiertos alimentarios", como ocurre en casi cualquier cruce de la "ciudad de los ¨¢ngeles": tiendas de conveniencia surtidas con productos "que matan".

Para cambiar el paradigma, el jardinero defiende la recuperaci¨®n del espacio urbano (aceras, callejones, terrenos bald¨ªos) para que las personas puedan cultivar sus propias frutas y verduras. "La gente tiene que entender de d¨®nde vienen sus alimentos, algo que aqu¨ª est¨¢ lejos de ser el caso", nos explica ante su piscina clausurada, convertida ahora en una maceta gigante. Para Finley, esta filosof¨ªa se revela asimismo como un ant¨ªdoto para todos los males (pobreza, problemas de salud, violencia, pandillas) que el barrio, escenario de disturbios en 1992, ha conocido y a los que todav¨ªa se enfrenta.

Su proyecto, algo m¨¢s que una iniciativa local, ha superado las fronteras de L.A. gracias al ciclo de conferencias en el que Ted particip¨® en 2013. A partir de ese momento, su vida cambi¨®. Invitado a la Casa Blanca la semana pasada, y antes de tour por la Toscana, ahora debe aceptar una vida llena de charlas y se ha visto obligado a detener su propia l¨ªnea de ropa por falta de tiempo. "Trato de hacer que la gente joven entienda que esto es el nuevo concepto de lo cool. Ser un g¨¢ngster no tiene nada que ver con las drogas y el alcohol: se trata de cultivar y comer tus propios alimentos".

A sus ojos, este activismo verde vale m¨¢s que cualquier compromiso pol¨ªtico. Y su forma de entender la alimentaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ relacionada con su opini¨®n sobre las presidenciales. "Voy a votar por el menos malo de los dos demonios. Por el ¨²tero, m¨¢s que por el pene", explica de una manera un tanto curiosa, sin mencionar los nombres de los dos contendientes a la sucesi¨®n de Obama. En su opini¨®n, el primer presidente negro de los Estados Unidos ha logrado una gran evoluci¨®n de las mentalidades, si bien las tensiones raciales han ido en aumento durante sus dos mandatos. "Existe un racismo inherente en esta sociedad. ?No hay m¨¢s que ver todos los negros que ha asesinado la polic¨ªa!"

Al igual que en muchas ciudades de Estados Unidos, South Central est¨¢ experimentando un aburguesamiento, y el aumento de precios de los inmuebles empuja a los menos afortunados a las afueras. "El color de la piel de los habitantes tambi¨¦n cambia sus h¨¢bitos: caf¨¦s, tiendas de alimentos bio, clases de yoga. Todo esto est¨¢ bien, pero la poblaci¨®n de esta zona debe cambiar su forma de vida por s¨ª misma, por decisi¨®n propia, y no como consecuencia de los nuevos vecinos".