El ISIS quema petr¨®leo para frenar el avance de la coalici¨®n hacia Mosul
Los peshmergas alimentan la ofensiva y creen que mucho depende de lo que haga la poblaci¨®n del feudo yihadista
Al segundo d¨ªa de batalla, una nube negra ti?¨® el cielo de Mosul. Una espesa niebla dificult¨® el avance de las tropas iraqu¨ªes y kurdas que tratan de hacerse con la ciudad, la segunda m¨¢s importante de Irak, en manos del Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s) desde hace dos a?os. Los yihadistas incendiaron un yacimiento petrol¨ªfero para cegar los aviones enemigos e impregnaron la batalla de un aire apocal¨ªptico. Aun as¨ª, los aliados volvieron a ganar terreno por segunda jornada consecutiva e hicieron ondear la bandera iraqu¨ª en las villas reconquistadas. Soldados con la cara tiznada sosten¨ªan el estandarte.
La batalla empez¨® temprano, al alba. Los soldados desplegaron su esterilla y rezaron en medio de un p¨¢ramo polvoriento, con Mosul al fondo. Al acabar, agarraron los Kalashnikov y las botellas de agua y marcharon hacia lo desconocido: detr¨¢s de esa tela negra que envolv¨ªa el horizonte se escond¨ªa el enemigo.
¡°Hemos avanzado y claramente estamos desestabilizando a Daesh. Va a depender mucho de la poblaci¨®n que est¨¢ dentro de Mosul. Si ellos se dan cuenta de que est¨¢n perdidos y tienen que ayudarnos, todo ser¨¢ mucho m¨¢s sencillo¡±, explicaba el coronel Mahdi, encargado de la base kurda de Majmur, donde se centraliza buena parte de la gesti¨®n de la batalla.
Si en el frente se habla del territorio ganado, en la retaguardia se cuentan los muertos. Los kurdos han perdido seis hombres, quiz¨¢ siete. A los ej¨¦rcitos no les gusta hablar de los ca¨ªdos en combate porque tiene que ver con el fracaso. Mientras Mahdi comenta los avances sobre el ISIS con un corrillo de soldados y de vez en cuando pide silencio para escuchar lo que est¨¢n diciendo en la televisi¨®n sobre la ofensiva, en un despacho del ministerio peshmerga ¡ªuna oficina de la eterna guerra en la que viven¡ª se encargan de llamar a los familiares de los fallecidos: ¡°?Es usted la madre? Su hijo muri¨® como un h¨¦roe. Pase ma?ana a recoger su cad¨¢ver al hospital de Erbil. All¨ª le diremos la pensi¨®n que usted va a recibir¡±.
En Erbil, la pr¨®spera ciudad cercana a Mosul y capital del Kurdist¨¢n, los vendedores de gallinas segu¨ªan apostados en las esquinas de la carretera, los hojalateros continuaban rebuscando alg¨²n tesoro entre los montones de chatarra que les llega de Europa y las j¨®venes de la clase alta celebraban cumplea?os en hoteles de cinco estrellas. Cuando has vivido siempre en medio de una guerra, los ca?onazos son solo una m¨²sica de fondo, como la radio para los abuelos que pasan los d¨ªas solos en casa.
Sin embargo, el valor del dinero es otro desde que comenz¨® la batalla. Sobre todo en los gremios que tienen que ver de alguna manera con el conflicto. El taxi que lleva hasta la base vale el triple que hace tres meses, el traductor no agarra el tel¨¦fono porque tiene una mejor oferta y los precios de las habitaciones de los hoteles se han disparado.
En las bases tambi¨¦n circula con alegr¨ªa el color verde del d¨®lar. Sorani, el encargado de comprar la comida y arreglar los coches en Majmur, compra estos d¨ªas en Erbil una pistola a 30 d¨®lares, una r¨¦plica de una Glock de fabricaci¨®n turca, y la vende a la tropa por 100 despu¨¦s de manipularla.
¡°Todo el mundo quiere ir lo m¨¢s armado posible si vas al frente¡±, dice Sorani, el ¨²nico que habla ingl¨¦s de todo el regimiento.
El Estado Isl¨¢mico tom¨® Mosul por las bravas, con una horda de iraqu¨ªes que conoc¨ªan a la perfecci¨®n la zona y extranjeros adeptos a la causa. Arrasaron la comisar¨ªa de polic¨ªa e incendiaron los puestos de control. La bandera iraqu¨ª fue arriada y se coloc¨® un pa?o negro con el s¨ªmbolo del ISIS. Cambiaron los profesores en las escuelas y los imanes en las mezquitas. Se calcula que hay un mill¨®n de personas viviendo bajo ese r¨¦gimen, donde escasea la luz, el agua, no hay Internet y la gente se divierte y se horroriza con las ejecuciones p¨²blicas. Puede que sea la ciudad m¨¢s aislada del mundo. Por las bravas tambi¨¦n va a tener que ser reconquistada.
Residentes consultados por la agencia Reuters denunciaron ayer que los milicianos del ISIS han empezado a utilizar a civiles como escudos humanos, forz¨¢ndoles a instalarse en inmuebles que podr¨ªan ser objeto de ataques. Un portavoz del Pent¨¢gono sostuvo ayer que el ISIS empez¨® este tipo de maniobra desde hace semanas, y recalc¨® c¨®mo sus milicianos se esfuerzan para impedir la salida de civiles de la ciudad.
Al caer la tarde decenas de camiones iraqu¨ªes circulan hacia sus alrededores. No solo cargados de armas, sino tambi¨¦n de sacos de arena, excavadoras y maderos para levantar puestos en las zonas que est¨¢n arrancado de las manos al califato. Tres polic¨ªas que han llegado haciendo dedo hasta el check point m¨¢s avanzado se dirigen a un futuro incierto.
¡°Hay que apoyar a las tropas y asegurar la zona¡±, dice uno de ellos, con un bigote que bien podr¨ªa ser el de un mariachi. Aunque eso s¨ª, a?ade, Dios nos proteja, no sabemos lo que nos vamos a encontrar. La nube negra no deja ver el horizonte y da miedo.
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