Vivo con mam¨¢ en prisi¨®n
En M¨¦xico, unos 500 ni?os nacieron en la c¨¢rcel y viven all¨ª con sus madres, pero deben separarse de ellas al cumplir seis a?os
La peque?a Geraldine se despierta cada ma?ana junto a mam¨¢ en una estancia que comparten con otras dos mujeres y sus hijos, por lo que ha aprendido a guardar silencio si hay un beb¨¦ dormido y a compartir el espacio con todos. Esta situaci¨®n es inc¨®moda, pero cambiar¨¢ cuando la ni?a cumpla seis a?os y salga de la prisi¨®n de Santa Martha Acatitla, en Ciudad de M¨¦xico, donde su madre purga una condena de 40 a?os por secuestro. Pap¨¢ est¨¢ recluido en una penitenciar¨ªa cercana por el mismo delito. En 2019, Geraldine pasar¨¢ de residente a visitante del penal y, si sus padres permanecen all¨ª, pasar¨¢n casi toda su vida conviviendo en el ¨¢rea de visitas. Con la esperanza de evitarlo, la pareja libra una batalla legal para quedar absueltos y poder salir un d¨ªa a disfrutar de la libertad con su hija. ¡°Tengo fe en Dios¡±, expresa angustiada Yuliana mientras espera en la guarder¨ªa de la c¨¢rcel a su peque?a, quien al llegar la abraza efusivamente y grita ¡°?mamita!¡±.
Los 82 ni?os que habitan la zona materno-infantil de la c¨¦lebre prisi¨®n de mujeres, ubicada al oriente de la capital mexicana, no saben que viven en una c¨¢rcel. Desde la estancia infantil construida para ellos son visibles los dormitorios de las reclusas, pero las madres y el personal penitenciario han creado un peque?o mundo ¡°lo m¨¢s parecido posible al normal¡± para que los menores vivan casi como cualquiera durante sus primeros seis a?os de vida. Al cumplirlos, deber¨¢n abandonar el lugar donde nacieron y a sus madres para poder ejercer plenamente sus derechos: a la educaci¨®n, a la libertad y a un ambiente sano y libre de violencia. Si tienen familia fuera, se ir¨¢n con ella. Si no, su nuevo hogar ser¨¢ un albergue del Gobierno.
El esfuerzo por aislar a los peque?os del ¨¢spero ambiente penitenciario no siempre tiene ¨¦xito. El enga?o dura de 8.30 a cinco de la tarde. Cuando salen del colegio y permanecen con sus madres, a veces en su celda y a veces en los pasillos, les toca ver peleas o escuchar malas palabras. No pueden ir a casa de alg¨²n amiguito, llenar el suelo de juguetes y mucho menos salir a la calle: solo pueden hacerlo el fin de semana y acompa?ados de alg¨²n familiar en libertad.
"El Cendi es su mundo", dice Lizette, presa por posesi¨®n de arma de fuego y madre de una ni?a de cinco a?os. "Aunque no tienen una vida en el exterior, que sepan que hay un lugar donde pueden jugar y ser libres dentro del penal".
Cuando vuelve de pasar el fin de semana con su familia,? la hija de Rosa Mar¨ªa le pregunta:?¡°?Por qu¨¦ t¨² no puedes ir conmigo al parque, mami?¡±, a lo que la condenada a 25 a?os por homicidio responde?¡°porque yo estoy castigada, hija, porque me port¨¦ mal¡±. Otra reclusa le dice a su hijo que ese lugar es su escuela y no puede salir. Otra no tiene que explicar mucho porque su peque?o solo sale de prisi¨®n dos veces al a?o, para visitar a su familia en Guadalajara (occidente de M¨¦xico), pues en la capital no tiene a nadie m¨¢s.
¡°Ning¨²n ser humano escoge d¨®nde nacer ni de qui¨¦n¡±, sentencia la directora del penal, Gloria Hern¨¢ndez. La funcionaria asegura que las reclusas reciben orientaci¨®n sobre planificaci¨®n familiar, pero el personal no debe intentar disuadirlas de procrear porque estar¨ªa violando sus derechos reproductivos. ¡°Nosotros no modificamos su pensamiento sobre la maternidad. Muchas veces su llegada aqu¨ª es circunstancial, pero las estamos preparando para cuando regresen a la calle, hay que sensibilizarlas, motivarlas, que trabajen su violencia¡±, pues en ellas cae la responsabilidad total del bienestar de sus hijos, explica la directora. El Cendi (Centro de Desarrollo Infantil) solo es la escuela de los ni?os, pero con quien pasan todo el tiempo es con sus madres.
Encerrados y sin educaci¨®n
El n¨²mero de ni?os que viven con sus madres en las prisiones mexicanas es impreciso. El Instituto de Estad¨ªstica habla de unos 550, mientras la organizaci¨®n Reinserta refiere 377 durante el mismo periodo (2015). Los activistas hablan de 120 ni?os en Santa Martha, y la directora del penal afirma que son 82.
De acuerdo con el informe 2015 de Reinserta, de los 74 centros de reclusi¨®n con mujeres sentenciadas en el pa¨ªs, 15 son exclusivos para ellas y 59 son mixtos, de los cuales en 53 no hay guarder¨ªas ni impartici¨®n de educaci¨®n b¨¢sica. En el caso de la Ciudad de M¨¦xico, Santa Martha es el ¨²nico reclusorio que cuenta con un Centro de Desarrollo Infantil (Cendi).
El nuevo sistema penal acusatorio, que entr¨® en vigor en M¨¦xico en junio pasado, contempla un abanico de castigos para el delito de robo ¡ªel m¨¢s com¨²n en todo el sistema penitenciario¡ª, que incluye la posibilidad de reparar el da?o y no pisar la c¨¢rcel, lo que ha ayudado a reducir la poblaci¨®n penitenciaria, seg¨²n la directora del femenil de Santa Martha. En esa prisi¨®n, asegura Gloria Hern¨¢ndez, se erradic¨® el viejo problema de la sobrepoblaci¨®n, gracias al nuevo esquema.
¡°En las primeras sesiones eran muy agresivos, se insultaban y golpeaban porque cre¨ªan que se ten¨ªan que defender, pero solo reproducen lo que viven fuera¡±, relata la especialista en problemas de aprendizaje Esmeralda Aguado, de la organizaci¨®n Unodostres por ellos, que imparte talleres a los ni?os tres veces por semana para trabajar su psicolog¨ªa y su desarrollo.
En la clase de Resiliencia, les ense?an a resolver conflictos y convertir ¡°los malos recuerdos en buenos¡±, con t¨¦cnicas pedag¨®gicas pero, principalmente, seg¨²n Esmeralda, con un recurso simple: atenci¨®n y afecto. Al final del taller, los ni?os responden a la pregunta ¡°?De qu¨¦ se trata la resiliencia?¡± con frases contundentes: ¡°?Compartir!¡±, grita una peque?a. ¡°No jalar, no patear¡±, agrega su compa?ero.
El reglamento de Naciones Unidas para el tratamiento de las reclusas ¡ªconocido como Reglas de Bangkok¡ª establece que se debe permitir a las mujeres con ni?os a cargo adoptar medidas respecto de ellos, incluida la posibilidad de suspender la reclusi¨®n ¡°por un per¨ªodo razonable¡± en funci¨®n del inter¨¦s superior de los ni?os. Sin embargo, la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos ha manifestado su preocupaci¨®n por la situaci¨®n, pues de los 77 centros penitenciarios que visit¨® durante 2014 en todo el pa¨ªs, 10 no permiten la estancia de menores con las internas y en 53 no se otorga acceso a una guarder¨ªa o educaci¨®n b¨¢sica durante su estancia en el penal. Por su parte, Ciudad de M¨¦xico prev¨¦ en su proyecto de Constituci¨®n el derecho de las madres presas a cumplir su condena en la modalidad de prisi¨®n domiciliaria.
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