Orgullo luterano en Alemania
El 500? aniversario de la reforma protestante invita a reflexionar sobre el legado de un hombre a la vez revolucionario y conservador
Un Mart¨ªn Lutero de bronce y tres metros y medio de altura se yergue en el centro de Berl¨ªn, al lado de la famosa Alexanderplatz. El grupo escult¨®rico, levantado a finales del siglo XIX, perdi¨® sus figuras de acompa?amiento cuando los nazis decidieron fundirlas: val¨ªan m¨¢s convertidas en armas. Tras las bombas aliadas, la estatua acab¨® en un dep¨®sito hasta que en 1989, poco antes de la ca¨ªda del muro, volvi¨® a lucir en la calle.
La capital alemana busca ahora un nuevo monumento para conmemorar el 500? aniversario del momento fundacional de la reforma protestante. Pero la idea de ofrecer ¡°una interpretaci¨®n contempor¨¢nea¡± de la escultura se ha revelado m¨¢s complicada de lo que parec¨ªa. El proyecto del artista Albert Weis ¡ªuna r¨¦plica de la figura de bronce, que, colocada frente a la ya existente, deb¨ªa mostrar una especie de di¨¢logo entre los dos Lutero como met¨¢fora de lo poli¨¦drico del personaje¡ª ha desagradado profundamente a te¨®logos e historiadores. Estos d¨ªas, la estatua se ha retirado para ser restaurada. Las autoridades aseguran que en la efem¨¦ride habr¨¢ ¡°algo¡± frente a la iglesia de Santa Mar¨ªa, pero no saben exactamente qu¨¦.
Es este un debate puramente berlin¨¦s. Pero interesa m¨¢s all¨¢ de la Alexanderplatz porque anticipa una pregunta a la que Alemania se va a enfrentar los pr¨®ximos 365 d¨ªas: ?c¨®mo festejar a uno de sus grandes mitos nacionales, que dej¨® profundas huellas a¨²n hoy perceptibles, y marcar al mismo tiempo distancias con sus aristas m¨¢s peliagudas, como su innegable antisemitismo?
El pr¨®ximo 31 de octubre comienza el gran a?o de Lutero. Con un calendario sin fin de exposiciones, publicaciones y actos, el c¨ªrculo se cerrar¨¢ el 31 de octubre de 2017. Ese d¨ªa se conmemoran los 500 a?os del momento en el que, seg¨²n una leyenda puesta ahora en duda por los investigadores, colg¨® de la iglesia del palacio Wittenberg sus famosas 95 tesis; un acto que, seg¨²n Thomas Mann, marc¨® el inicio de la era moderna. El escrito donde el fraile agustino arremet¨ªa contra las indulgencias papales dio pie a un debate religioso que dividir¨ªa a la cristiandad, llenar¨ªa Europa de sangre durante siglos y contribuir¨ªa a expandir el pensamiento occidental.
Alemania se prepara para unos fastos por todo lo alto. Y conf¨ªa en que las celebraciones ¡ªque tendr¨¢n lugar sobre todo en el este del pa¨ªs¡ª sirvan como empuj¨®n econ¨®mico para una zona que, un cuarto de siglo despu¨¦s de la reunificaci¨®n, sigue necesit¨¢ndolo.
La inversi¨®n en infraestructuras, renovaci¨®n de edificios hist¨®ricos y campa?as informativas rondar¨¢ los 500 millones de euros, seg¨²n c¨¢lculos del Frankfurter Allgemeine Zeitung. El dinero provendr¨¢ de las arcas p¨²blicas, la Iglesia evang¨¦lica e inversores privados. Los responsables de turismo de Wittenberg, y de las otras ciudades en las que Lutero vivi¨®, rez¨® y luch¨®, se relamen pensando en los 817 millones de protestantes que pueblan el mundo. Como aperitivo, Playmobil ha vendido ya 400.0000 mu?ecos del que en Alemania llaman, con reverencia, el Gran Reformador.
El pa¨ªs necesita echar la vista atr¨¢s en busca de referentes tras esc¨¢ndalos tan simb¨®licos como el de??Volkswagen
Pero no solo hay n¨²meros tras esta luteroman¨ªa. Alemania recuerda a uno de sus gigantes despu¨¦s de que la crisis migratoria haya sacudido sus cimientos. Ahora que el flujo de refugiados cae, la polarizaci¨®n en la sociedad es m¨¢s evidente. Se vio el pasado 3 de octubre: cuando el pa¨ªs deb¨ªa celebrar el d¨ªa de la unidad, una muchedumbre solt¨® barbaridades contra sus dos m¨¢s altos representantes. ¡°Traidores al pueblo¡±, un insulto con reminiscencias nacionalsocialistas, gritaban los manifestantes de Dresde al presidente Joachim Gauck y a la canciller Angela Merkel. En un pa¨ªs en el que, adem¨¢s, tradicionales buques insignia como Volkswagen o Deutsche Bank solo dan esc¨¢ndalos, conviene echar la vista atr¨¢s en busca de referentes.
¡°Veo a Lutero como un s¨ªmbolo del alma alemana¡±, aseguraba a EL PA?S el brit¨¢nico Neil MacGregor, antiguo director del British Museum, en la presentaci¨®n en Berl¨ªn de la magn¨ªfica exposici¨®n Recuerdos de una naci¨®n. Algo parecido dijo Thomas Mann en su emocionante discurso Alemania y los alemanes, que pronunci¨® en la Biblioteca del Congreso de EE?UU en el momento m¨¢s duro de la historia del pa¨ªs. En 1945, pocas semanas despu¨¦s de la capitulaci¨®n, el autor de Los Buddenbrook reconoc¨ªa las escasas simpat¨ªas que sent¨ªa por Lutero y su car¨¢cter col¨¦rico ¡ª¡°no lo querr¨ªa como invitado en mi mesa¡±, dijo¡ª. Pero al mismo tiempo ve¨ªa en ¨¦l ¡°una gigantesca encarnaci¨®n del ser alem¨¢n¡±.
La importancia de Lutero no se explica solo por su profunda huella religiosa e hist¨®rica. El idioma que en los siglos siguientes ensanchar¨ªan Goethe, Nietszche o Brecht bebe de su traducci¨®n de la Biblia, en la que supo trasladar el lenguaje oral al escrito y dar unidad a una lengua con infinidad de dialectos.
Es precisamente ese modelo de Lutero como ¡°modelo de germanidad¡± predominante en el siglo XIX contra el que se rebela Klaus Garber, historiador de la Universidad de Osnabr¨¹ck. ¡°La revisi¨®n de los caminos err¨®neos de la historia contribuy¨® a desechar esa idea del Lutherus teutonicus¡±, escrib¨ªa en septiembre en el Frankfurter Allgemeine. Porque el legado del hombre que fue al mismo tiempo un gran revolucionario y un profundo conservador tiene tambi¨¦n muchas sombras. El antisemitismo es quiz¨¢s el cap¨ªtulo m¨¢s oscuro. Al convencerse de que los jud¨ªos no iban a abandonar unas creencias que ¨¦l consideraba blasfemas, reclam¨® su expulsi¨®n y la quema de sinagogas. No es de extra?ar que cuatro siglos m¨¢s tarde las hordas de Adolf Hitler se apoyaran en la doctrina de Lutero, al que honraban como una especie de h¨¦roe de la ¡°cristiandad aria¡±.
El punto ¨¢lgido del aniversario llegar¨¢ dentro de un a?o en Wittenberg, cuyo nombre oficial lleva el a?adido de ¡°ciudad de Lutero¡±. All¨ª se reunir¨¢n la c¨²pula del Estado y de la Iglesia. Para entonces, Gauck ¡ªantiguo pastor protestante¡ª ya habr¨¢ abandonado el cargo de presidente. Es muy probable que Merkel ¡ªtambi¨¦n hija de un pastor¡ª contin¨²e como canciller. Uno de los nombres barajados como posible sustituta de Gauck es el de Margot K??mann, te¨®loga y expresidenta de la organizaci¨®n m¨¢s relevante del protestantismo.
Los fastos luteranos traer¨¢n a Wittenberg un lavado de cara, con la reforma de su palacio y estaci¨®n de trenes y el asfaltado de media ciudad. Tampoco le vendr¨¢ mal a los evang¨¦licos del pa¨ªs, que han perdido 7,4 millones de fieles de los casi 30 que ten¨ªan en 1990. Pero, sobre todo, el aniversario servir¨¢ para que Alemania se mire al espejo y vea qu¨¦ queda hoy del religioso que con una protesta cambi¨® el mundo para siempre.
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