Un pol¨ªtico holand¨¦s se suicida junto a su esposa a quien se le aplic¨® la eutanasia
La muerte de los Van der Heijden, ambos con enfermedades incurables, reaviva el debate sobre la muerte digna
El suicidio del antiguo diputado democristiano holand¨¦s Franz van der Heijden, y la muerte por eutanasia de su esposa, Gonnie, ha conmocionado a la clase pol¨ªtica de Holanda y reavivado el debate sobre los l¨ªmites de esta pr¨¢ctica y los recortes de la dependencia. De 78 y 76 a?os respectivamente, ambos padec¨ªan una enfermedad incurable y llevaban juntos 53 a?os. Sabiendo el sufrimiento que ello supondr¨ªa en la fase final, para no separarse, han preferido poner fin a su vida juntos. De la esquela publicada en la prensa, se deduce que ¨¦l no hab¨ªa llegado a¨²n a la fase desesperada descrita por la Ley de Eutanasia, aprobada en 2002, que indica que s¨®lo en estos casos, y despu¨¦s de haberlo solicitado repetidas veces, el m¨¦dico de cabecera puede administrar el producto letal. Ella s¨ª hab¨ªa pedido la eutanasia.
El partido cristianodem¨®crata respeta lo ocurrido, pero rechaza ampliar la ley como propone el Gobierno, que plantea autorizar el suicidio asistido a aquellas personas que a¨²n no hayan llegado a esa fase de enfermedad pero que consideren su ciclo vital completo.?
¡°Despu¨¦s de una vida feliz juntos no quer¨ªamos separar lo que unimos en 1963¡±, reza la despedida del matrimonio Van der Heijden. Un poco m¨¢s arriba, subrayan que ¡°el debate sobre la decisi¨®n de poner fin a la propia vida sigue dominado por la pregunta sobre si pueden acabar con su ciclo vital quienes lo consideren completo¡±. ¡°M¨¢s obvio es preguntarse si los que sientan que su vida concluir¨¢ con gran dolor, y ser¨¢n una carga (tambi¨¦n por culpa de un sistema de cuidados degradado) pueden terminar cuando todav¨ªa no sufren tanto, ni son un peso para ellos mismos y para los dem¨¢s¡±. El par¨¦ntesis est¨¢ incluido en el escrito original, y alude a los ajustes en las ayudas a los dependientes; el Estado aplic¨® un tijeretazo de 2.300 millones de euros a esta partida en 2015. Es la anotaci¨®n postrera de dos pol¨ªticos. ?l fue primero concejal en el ayuntamiento de Rotterdam. En el Parlamento estuvo entre 1982 y 1998, para regresar a la ciudad portuaria. Gonnie van der Eerden, nombre de soltera de su esposa, tambi¨¦n particip¨® en la pol¨ªtica local de Rotterdam.
Aunque la eutanasia goza del apoyo mayoritario de la sociedad holandesa, el Colegio de M¨¦dicos la concibe como una soluci¨®n de ¨²ltimo recurso. No quiere que sea vista como un derecho. Pero los Van der Heijden deslizan tambi¨¦n en su adi¨®s una profunda cr¨ªtica. Dicen lo siguiente: ¡°Llama la atenci¨®n que una mayor¨ªa cada vez m¨¢s amplia de personas menos religiosas, que aborda la vida por s¨ª misma, sin la perspectiva del ?m¨¢s all¨¢?, permiten que la ley siga siendo dictada por minor¨ªas reducidas, que se aprovechan de las flaquezas del quehacer de la actual pol¨ªtica de coaliciones¡±.
El pasado 13 de octubre, los ministerios de Sanidad y Justicia elevaron al Congreso una propuesta para regular la ayuda a morir de las personas que aleguen ¡°cansancio vital¡±, sin enfermedad o dolores insoportables. Pretenden ampliar los supuestos actuales de la eutanasia, que contempla ya padecimientos ps¨ªquicos siempre que el afectado haya firmado, en presencia del m¨¦dico y cuando estaba l¨²cido, un documento requiri¨¦ndola. El pasado febrero, la comisi¨®n encargada de analizar las consecuencias de ¡°una vida agotada¡±, rechaz¨® el concepto por considerarlo minoritario. Este mismo mi¨¦rcoles, Edith Schippers, ministra de Sanidad, ha asegurado que el grupo es mayor de lo que se cre¨ªa y sigue creciendo, ¡°de modo que deseamos prestarle ayuda¡±.
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