?Maduro o Maburro?
Maduro, antes que dictador y ladr¨®n, es un hombre pat¨¦ticamente tonto
Cuando un dictador tristemente c¨¦lebre como Fidel Castro, el gran destructor de la econom¨ªa cubana, era retratado en los foros mundiales invariablemente vestido con un informe de militar como si todav¨ªa se encontrara en campa?a militar en la sierra Maestra, m¨¢s bien parec¨ªa un triste payaso de carpa, un buf¨®n, de no haber tenido las manos ensangrentadas al imponer a sangre y fuego una de las tiran¨ªas m¨¢s largas y siniestras de todos los tiempos. Hugo Ch¨¢vez imit¨® al comandante al exhibirse, por lo general, con indumentaria castrense, la misma que utiliz¨® para asestar un golpe de Estado antes de acceder por la v¨ªa democr¨¢tica a la presidencia para desgracia de los venezolanos. Maburro surge ante la prensa envuelto en una enorme chamarra con los colores de la ense?a de Venezuela. A ambos lados se distinguen banderas con los mismos colores sin faltar al fondo una escultura de Sim¨®n Bol¨ªvar. ?Qu¨¦ pretende el nuevo dictador venezolano con estas poses demag¨®gicas de gran aceptaci¨®n entre las masas iletradas siempre y cuando nos les falte la comida, el empleo y las medicinas? S¨ª, ¨¦l pretende encarnar, ni m¨¢s ni menos, a la mism¨ªsima patria. ?l, el presidente Maduro, quiere tanto a los pobres que a diario los multiplica por doquier¡
Claro que los dictadores latinoamericanos son fieles herederos de la intolerancia espa?ola que padecimos en el Nuevo Mundo durante los 300 interminables a?os del virreinato. A vuelo de p¨¢jaro me vienen a la mente en desorden cronol¨®gico Gustavo Rojas Pinilla, Augusto Pinochet, Alfredo Stroessner, Juan Velasco Alvarado, Marcos P¨¦rez Jim¨¦nez, Anastasio Somoza, Porfirio D¨ªaz y Jorge Rafael Videla, entre otros muchos m¨¢s. Lo que llama la atenci¨®n es el hecho de que Maduro pretenda imponer una dictadura cuando, al d¨ªa de hoy, en el concierto de las naciones s¨®lo se pretende construir democracias y consolidar los Estado de derecho.
Lo anterior viene al cuento porque de la misma manera que el presidente Macri solicit¨® y logr¨® la suspensi¨®n de Venezuela del Mercosur, ahora la comunidad internacional debe expulsar a Venezuela de la OEA si Maduro insiste en ejecutar procedimientos dictatoriales para impedir a toda costa la convocatoria de un referendo revocatorio de su mandato. En el hemisferio sur no s¨®lo debemos condenar la intolerancia tir¨¢nica de Maduro, no, no es suficiente: su ejemplo no debe cundir entre nosotros, por lo que quienes somos amantes de la democracia y luchamos por el perfeccionamiento de las instituciones estamos obligados a ayudar a los venezolanos para largarlo a patadas del poder, de tal manera que no permee en el continente la tentaci¨®n totalitaria, cuyos resultados palpables es posible observarlos en una breve visita a la Cuba castrista.
Cuando Yasser Arafat muri¨® en Par¨ªs y la prensa revel¨® la existencia de m¨¢s de 2.000 millones de euros de su propiedad, la fortuna amasada por este siniestro sujeto despu¨¦s de enga?ar y desfalcar a cientos de ONG, de inmediato record¨¦ un viaje a Panam¨¢, durante el cual un abogado me se?al¨® un par de bancos, en donde las hijas de Hugo Ch¨¢vez y Maduro ten¨ªan depositados miles de millones de d¨®lares. ?Usted lo dudar¨ªa? ?Se acuerda de Ferdinand Marcos, de Filipinas? Quien piense que cuando el presidente Maduro sea derrocado volver¨¢ a conducir su cami¨®n como en los viejos tiempos, se encuentra absoluta y totalmente equivocado, de la misma manera en que lo estar¨ªa quien sostenga que Ra¨²l Castro, de ser depuesto como actual tirano de la isla mayor de las Antillas, morir¨¢ en el destierro sepultado en la miseria. Es imposible olvidar la riqueza acumulada por los vomitivos nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Antes que dictadores son bandidos¡
Maduro, antes que dictador y ladr¨®n, es un hombre pat¨¦ticamente tonto, es decir, Maburro, porque si realmente se siente el representante de la patria, o es la encarnaci¨®n de la patria¡, debe tratar DE disminuir los da?os sociales y huir de Venezuela para gozar su fortuna mal habida en el exilio durante el tiempo que le quede libre, como cualquier otro malhechor de su naturaleza. Ya veremos si despu¨¦s la Interpol lo regresa encadenado a Venezuela para acabar sus d¨ªas encerrado en un s¨®tano saliginoso en alguna c¨¢rcel de Maracaibo¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.