La frontera econ¨®mica que Donald Trump no puede romper

El horizonte en la frontera de M¨¦xico y Estados Unidos parece una postal. Atr¨¢s de las f¨¢bricas se ven unas torres alt¨ªsimas con cristales de espejo: las naves industriales est¨¢n en territorio mexicano y los edificios corporativos en Estados Unidos. Es la frontera de Ciudad Ju¨¢rez (Chihuahua) y El Paso (Texas), un centro urbano de m¨¢s de 2,2 millones de habitantes que est¨¢n separados por el r¨ªo Bravo y una valla de acero infinita, pero unidos por una relaci¨®n comercial simbi¨®tica de millones de d¨®lares. Ju¨¢rez, sin embargo, se ha llevado la parte m¨¢s dif¨ªcil: cientos de plantas con miles de trabajadores que ensamblan productos que se vender¨¢n solo en el norte, all¨ª donde est¨¢n los rascacielos.

Ciudad Ju¨¢rez ha crecido en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas bajo el amparo de las maquiladoras --la industria de la manufactura que importa insumos y exporta productos listos para ser comercializados-- y ha sembrado a lo largo y ancho de la urbe 12 parques industriales que albergan 330 f¨¢bricas, la mayor¨ªa de origen estadounidense, dedicadas a este negocio. De las naves industriales pueden salir televisiones, lavadoras, ropa, partes de aviones o coches. Entre todas las razones para poner una planta industrial en esta regi¨®n, la m¨¢s importante es el costo de los sueldos de los empleados. Unas 265.000 personas trabajan por pagos que rondan los cuatro d¨®lares al d¨ªa.

¡°Lo que ha hecho M¨¦xico es darle la posibilidad a las grandes compa?¨ªas norteamericanas a que vendan sus productos a mejor precio y sean m¨¢s competitivas, de otra manera perder¨ªan esa posibilidad¡±, explica Miguel ?ngel Calder¨®n, profesor de la Facultad de Econom¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Ciudad Ju¨¢rez (UACJ). La misma tarea de ensamblaje que ocurre en Ju¨¢rez podr¨ªa hacerse en El Paso, pero los costes de la mano de obra ser¨ªan ocho veces m¨¢s altos. Un escenario poco probable a pesar de que el candidato republicano a la presidencia de EE UU, Donald Trump, ha proclamado que si llega a la Casa Blanca se llevar¨¢ a las firmas estadounidenses de regreso a su pa¨ªs.

El 22% de la industria de la manufactura de M¨¦xico se desarrolla en Ciudad Ju¨¢rez y la mayor¨ªa de sus trabajadores --un 70% aproximadamente-- son mujeres.

A Mar¨ªa Rojas, de 42 a?os, la propuesta de Trump le parece descabellada. ¡°Ese se?or no sabe del sufrimiento de los mexicanos que tenemos que trabajar aqu¨ª¡±. Rojas espera a las puertas de una maquiladora por un puesto de trabajo. Ha deambulado durante el d¨ªa por el corredor industrial m¨¢s cercano a la frontera para ver si tiene suerte. A los 13 a?os termin¨® la primaria y comenz¨® a trabajar en las f¨¢bricas, vio a su hermano morir electrocutado en una planta y vivi¨® largo periodos de desempleo durante la crisis de 2008. En toda su vida no ha pensado en atreverse a cruzar la frontera sin documentos, dice, porque la maquiladora le ha provisto de trabajo. El 22% de la industria de la manufactura de M¨¦xico se desarrolla en Ciudad Ju¨¢rez y la mayor¨ªa de sus trabajadores --un 70% aproximadamente-- son mujeres.

El Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (NAFTA, por sus siglas en ingl¨¦s) de 1994 catapult¨® a la maquila en la frontera, pero no prepar¨® a la industria para los reveses de la econom¨ªa mundial. ¡°Las maquiladoras no generan proveedores, aunque la ciudad depende un 64% de la industria maquiladora de exportaci¨®n, solo el 2,5% de los insumos de las plantas son mexicanos¡±, apunta Calder¨®n. Despu¨¦s de la crisis de 2008, Ciudad Ju¨¢rez ha recuperado poco a poco su empuje industrial, pero en los sueldos de los trabajadores no se refleja ni la recuperaci¨®n, ni las ganancias que las exportaciones consiguen con un d¨®lar caro frente al peso mexicano. ¡°Tenemos varias prestaciones pero si pudi¨¦ramos ganar un poco m¨¢s, ser¨ªa mejor, es algo que necesitamos¡±, comenta Claudia Busso, de 45 a?os y trabajadora una maquiladora de refacciones aeron¨¢uticas.

Del otro lado del puente fronterizo, las calles est¨¢n llenas de tiendas con productos de baj¨ªsimo coste importados de China. El pa¨ªs asi¨¢tico compite con M¨¦xico por la industria maquiladora, pero la garant¨ªa para los mexicanos contin¨²a siendo la relaci¨®n econ¨®mica transfronteriza. Al menos seis millones de empleos en EE UU dependen de la relaci¨®n comercial con M¨¦xico. El comercio bilateral asciende a 530.000 millones de d¨®lares y M¨¦xico obtienen 296.000 millones de d¨®lares por exportaciones. A trav¨¦s de los 58 cruces fronterizos de un l¨ªmite de m¨¢s de 3.000 kil¨®metros transitan un mill¨®n de personas al d¨ªa. La vida en la frontera no puede darse el lujo de detenerse un segundo. ¡°Todo esto es lo que ha permitido que los productos mexicanos sean competitivos respecto a China y respecto a otro pa¨ªses asi¨¢ticos. Llevarse las empresas a Estados Unidos es descabellado porque finalmente en la globalizaci¨®n las compa?¨ªas est¨¢n compitiendo por costos y por utilidad¡±, expone Calder¨®n, de la UACJ.