El Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico entra en vigor en un tiempo r¨¦cord

La rapidez de la entrada en vigor del acuerdo ha sorprendido a muchos de los expertos que estuvieron dos d¨¦cadas intentando cerrar un pacto global contra el cambio clim¨¢tico como el que finalmente se adopt¨® en Par¨ªs a finales de 2015. El anterior Protocolo de Kioto -que solo exig¨ªa reducciones de sus emisiones a algunos pa¨ªses desarrollados- tard¨® siete a?os y 10 meses en entrar en vigor. El Acuerdo de Par¨ªs -que implica a todos los firmantes en la reducci¨®n de emisiones- ha entrado en vigor en menos de 11 meses.?

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"La ciencia ha sabido transmitir la urgencia de actuar frente a la tendencia del calentamiento", opina Manuel Pulgar-Vidal, exministro de Medio Ambiente de Per¨² y ahora responsable de cambio clim¨¢tico en la organizaci¨®n no gubernamental WWF. Mes a mes, los organismos internacionales alertan del aumento de las temperaturas mundiales y del incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atm¨®sfera, principalmente de CO₂.

Uno de los pasos decisivos para que el acuerdo haya entrado en vigor tan r¨¢pido ha sido el impulso dado por EE UU, que decidi¨® ratificar -junto a China- el acuerdo en septiembre de este a?o. Estos dos pa¨ªses, los dos principales emisores del mundo, se hab¨ªan quedado fuera del Protocolo de Kioto. Estados Unidos porque, finalmente, decidi¨® no adherirse. China porque no estaba incluida en el listado de pa¨ªses obligados a recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Barack Obama ha querido dejar la Casa Blanca con el Acuerdo de Par¨ªs ratificado y en vigor. Pero el mundo contiene el aliento ante la posibilidad de que Donald Trump, el candidato republicano que se ha mostrado esc¨¦ptico ante el cambio clim¨¢tico, gane las elecciones presidenciales de la pr¨®xima semana. "Si gana Hillary Clinton se puede ser optimista", apunta Teresa Ribera, directora del instituto franc¨¦s para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales. "Ser¨¢ una consolidaci¨®n del legado de Obama", a?ade. ?Y si gana Trump? "Sea quien sea el ganador, EE UU no se puede bajar de este avi¨®n en vuelo", afirma Pulgar-Vidal, que en 2014 presidi¨® la cumbre del clima de Lima.

Reglamentos

Al margen de estas incertidumbres pol¨ªticas en EE UU, el pacto de Par¨ªs est¨¢ a¨²n por desarrollarse. "El acuerdo solo establece los par¨¢metros generales", explica?Giannina Santiago, asesora del Grupo de Trabajo Especial sobre el Acuerdo de Par¨ªs de la ONU. "El acuerdo es una ley general y ahora falta el reglamento que la desarrolle", a?ade.

Y el desarrollo de ese reglamento marcar¨¢ si finalmente el acuerdo es un ¨¦xito o un fracaso. "Ahora falta determinar c¨®mo se presenta la informaci¨®n sobre los recortes de emisiones, las caracter¨ªsticas, el a?o que se toma como base, los sectores que se incluyen. Eso est¨¢ todav¨ªa en discusi¨®n y son unas 30 tareas pendientes", subraya Santiago. En la cumbre del clima que el pr¨®ximo lunes se abre en Marrakech se empezar¨¢ a abordar este asunto, que se espera que pueda estar cerrado en un plazo de dos a?os.?

Esfuerzos insuficientes

El Acuerdo de Par¨ªs se fija como meta que, en 2100, el aumento medio de la temperatura del planeta se quede por muy por debajo de los dos grados cent¨ªgrados respecto a los niveles preindustriales (siglo XIX). Para ello, se apuesta por los recortes de las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los firmantes del pacto, que empezar¨¢n a aplicarse a partir de 2020. Pero es cada pa¨ªs el que voluntariamente se pone su meta de reducci¨®n. No hay sanciones en caso de incumplimiento.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha recordado este jueves que los esfuerzos que los Estados han puesto sobre la mesa en sus contribuciones nacionales no son suficientes. Para 2030, si se quiere cumplir con la meta de los dos grados, ser¨ªa necesario que las emisiones mundiales de estos gases fueran de unas 42 gigatoneladas anuales. Sin embargo, con la aplicaci¨®n de los planes nacionales presentados hasta ahora en 2030 el mundo emitir¨ªa entre 54 y 56 gigatoneladas. Por eso el PNUMA se?ala que "hace falta recortar un 25% adicional". Si no, el aumento de la temperatura a final de siglo estar¨¢ entre los 2,9 y los 3,4 grados, lejos de la meta fijada en el Acuerdo de Par¨ªs.

Los pa¨ªses firmantes del pacto son conscientes de esta brecha. En el acuerdo se reconoce que en 2030 se emitir¨¢n 15 gigatoneladas de m¨¢s (una gigatonelada?equivale a las emisiones de todo el transporte de la Uni¨®n Europea, incluido el sector a¨¦reo, durante un a?o). Por eso, el pacto fija revisiones peri¨®dicas de los compromisos nacionales hasta alcanzar la reducci¨®n necesaria. Si se consigue limitar el incremento de la temperatura por debajo de los dos grados "se reducir¨¢ la probabilidad de que se registren tormentas m¨¢s intensas, sequ¨ªas m¨¢s prolongadas, el aumento del nivel del mar y otros efectos clim¨¢ticos", recuerda el PNUMA.?