EE UU: la otra elecci¨®n

Ha pasado casi desapercibido que el 8 de noviembre en varios estados de Estados Unidos se votar¨¢ en refer¨¦ndum sobre la legalizaci¨®n de la marihuana o sobre su uso medicinal. La polarizaci¨®n entre Trump y Clinton ha concentrado toda la atenci¨®n sobre lo que est¨¢ en cuesti¨®n el pr¨®ximo martes.

Nunca antes se hab¨ªan producido ¡ªa la vez¡ª tantos refer¨¦ndums sobre este tema. As¨ª, en California y otros cuatro estados (Arizona, Maine, Massachusetts y Nevada) se votar¨¢ sobre la legalizaci¨®n del uso del cannabis y en otros cuatro sobre su uso medicinal. Una reciente encuesta de Gallup da cuenta del clima entre la poblaci¨®n sobre esto: el 60% est¨¢ ahora a favor de la legalizaci¨®n; era 31% en el 2000 y 12% en 1969.

De aprobarse esta propuesta, el cannabis dejar¨ªa de ser sustancia prohibida a ser una regulada bajo reglas parecidas a las del alcohol. En un Estado como California, por ejemplo, el acceso legal al cannabis estar¨ªa restringido a mayores de 21 a?os y en espacios privados, la posesi¨®n permitida hasta los 28,5 gramos y se impondr¨ªa un impuesto de 15% por las ventas que podr¨ªa generar 1.000 millones de d¨®lares de recaudaci¨®n anual. Este cambio en la opini¨®n p¨²blica y la votaci¨®n del pr¨®ximo martes plantean interrogantes y comentarios al menos sobre cuatro aspectos medulares.

Primero, que la experiencia va indicando que no ha sido tal el desastre previsto por los reticentes al cambio. En los Estados que ya descriminalizaron el uso del cannabis (Colorado, Washington, Alaska, Oreg¨®n y Washington DC), un primer balance da cuenta de una notable disminuci¨®n en los arrestos, importante recaudaci¨®n tributaria por las ventas legales y ning¨²n impacto relevante en el aumento del consumo de marihuana entre la juventud o en los accidentes de tr¨¢nsito.

Segundo, que un eventual resultado afirmativo en un estado como California tendr¨ªa una importancia particular. Con sus 39 millones de habitantes, no s¨®lo es el m¨¢s poblado de EE UU sino que tiene una econom¨ªa muy importante, m¨¢s grande que la de Francia.

Tercero, por las repercusiones internacionales que tendr¨ªa en la vigencia ¡ªo la interpretaci¨®n¡ª de las tres convenciones de la ONU sobre la materia (1961, 1971 y 1988) y su enfoque prohibicionista. Las tensiones jur¨ªdicas ya existentes entre la pr¨¢ctica de algunas pol¨ªticas nacionales y estos tratados se aumentar¨ªan demandando su adecuaci¨®n realista a las nuevas realidades. Eso concierne a todos los pa¨ªses y en Am¨¦rica es especialmente relevante para pa¨ªses de producci¨®n y tr¨¢nsito como Bolivia, Colombia, Per¨² y M¨¦xico.

Cuarto, por las consecuencias en Latinoam¨¦rica; empezando por M¨¦xico. Una votaci¨®n a favor en California y Arizona repercutir¨ªa directamente: la marihuana pasar¨ªa a ser producida legalmente en esos estados de EE UU, que son los que ahora reciben el 50% de la marihuana exportada desde M¨¦xico. Canad¨¢ ¡ªotro destino de exportaciones¡ª legalizar¨¢ el cannabis el 2017. Todo esto tendr¨¢ efectos sobre los ingresos del crimen organizado y en los vol¨²menes de producci¨®n para la exportaci¨®n.

La prohibici¨®n y la criminalizaci¨®n no lograron su prop¨®sito. Golpe¨® particularmente a los m¨¢s pobres y a las minor¨ªas, el crimen organizado no se vio desmantelado y se llev¨® al sistema penal y penitenciario a su saturaci¨®n cuando este deber¨ªa ser priorizado para enfrentar al crimen organizado y la inseguridad ciudadana.

La evoluci¨®n expresa el fracaso de pol¨ªticas prohibicionistas vigentes durante 50 a?os y la b¨²squeda de caminos alternativos y de ¡°control de da?os¡± sobre la base de la constataci¨®n de que mejor es regular y controlar con medidas de prevenci¨®n, que pretender tapar el sol con un dedo. Retos y dilemas que van m¨¢s all¨¢ de las fronteras estadounidenses.