El caso de los correos lastra el legado de Clinton como secretaria de Estado

¡°El caso del email ha secuestrado de alguna manera el debate sobre su etapa como secretaria de Estado¡±, dice Mark Landler, corresponsal del diario The New York Times en la Casa Blanca y autor de un libro reciente que se sumerge en las doctrinas exteriores de Clinton y el presidente Barack Obama. ¡°Tambi¨¦n ha erosionado la popularidad que construy¨® en ese per¨ªodo¡±, se?ala en una entrevista telef¨®nica.

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El atentado al consulado estadounidense en Bengasi (Libia) en septiembre de 2012 eclips¨® el final de Clinton en el complejo de Foggy Bottom. Su valoraci¨®n positiva entre la ciudadan¨ªa y el espectro pol¨ªtico empez¨® a quebrarse. La investigaci¨®n sobre Bengasi destap¨® el a?o pasado que como secretaria de Estado, entre 2009 y 2013, solo utilizaba un correo privado, alojado en un servidor en su casa. Clinton ha dicho que se equivoc¨® y se ha visto forzada a dar explicaciones constantes. El caso, que el FBI reactiv¨® la semana pasada, la perseguir¨¢ hasta las elecciones del martes y, si las gana, durante su presidencia.

El Departamento de Estado evita valorar si la pol¨¦mica por los emails puede estar afectando la imagen de la instituci¨®n. El portavoz John Kirby explic¨® el mi¨¦rcoles, ante una pregunta de EL PA?S, que el ¡°foco¡± del departamento ha sido divulgar los miles de correos desclasificados de Clinton, y que el secretario John Kerry apuesta por mejorar la transparencia y el archivo de informaci¨®n oficial.

Lo que m¨¢s ensalzan los partidarios de Clinton es su experiencia. Sus vivencias como secretaria de Estado -designada por Obama tras derrotarla en las primarias dem¨®cratas de 2008- son un pilar b¨¢sico de ese argumento. La dem¨®crata recuerda cada vez que puede que abog¨®, en la famosa reuni¨®n en la sala de m¨¢xima seguridad de la Casa Blanca, por la operaci¨®n en que muri¨® en 2011 el exl¨ªder de Al Qaeda Osama Bin Laden.

Clinton se presenta como la candidata preparada frente a la inexperiencia y la imprevisibilidad de Trump, que amenaza con dilapidar algunos de los ejes b¨¢sicos de la arquitectura exterior estadounidense, como la relaci¨®n con la OTAN y Rusia.

Pero el serial de los correos deja en un segundo plano ese mensaje. ¡°Ella esperaba utilizar el per¨ªodo como secretaria de Estado como una oportunidad de mostrar sus credenciales como comandante en jefe. No solo en la operaci¨®n de Bin Laden, en su postura dura sobre Rusia o en su trato con los chinos¡±, subraya Landler.

Clinton no esconde, como secretaria de Estado y candidata, su apuesta por una pol¨ªtica exterior m¨¢s intervencionista que la de Obama. Se ha distanciado del presidente en asuntos como Siria, Israel, Rusia e incluso el viraje geopol¨ªtico hacia Asia, que ella abander¨®. Presionada por las bases dem¨®cratas, Clinton se opone ahora al tratado de libre comercio entre EE UU y once pa¨ªses del Pac¨ªfico, conocido como TPP por sus siglas inglesas.

El periodista del Times esgrime que, en caso de ganar las elecciones, es dif¨ªcil predecir c¨®mo se traducir¨ªa en su pol¨ªtica exterior el temperamento de Clinton. Landler dice que es imposible anticipar cu¨¢l ser¨¢ el escenario geopol¨ªtico o el apetito pol¨ªtico y ciudadano, y recuerda que todo presidente cuenta con limitaciones pol¨ªticas y presupuestarias.

Pero hace algunas apuestas. Cree que Clinton tratar¨ªa de hacer peque?as modificaciones en el TPP que lograsen contentar a sus bases y afianzar el giro hacia Asia. Tambi¨¦n, vaticina, se implicar¨ªa en una resoluci¨®n de la guerra siria, se mostrar¨ªa m¨¢s beligerante con el presidente ruso, Vladim¨ªr Putin, y se esforzar¨ªa en reconquistar a algunos aliados asi¨¢ticos.

Landler sostiene que, como secretaria de Estado, Clinton siempre tuvo en mente sus ambiciones presidenciales y esquiv¨® asuntos que pod¨ªan acarrearle problemas en el futuro. Evit¨® implicarse, argumenta, en el proceso de paz entre israel¨ªes y palestinos consciente de que hab¨ªa pocas posibilidades de ¨¦xito y pod¨ªa alienar a algunos votantes jud¨ªos en EE UU. E impuls¨® iniciativas que reforzar¨ªan su imagen pol¨ªtica, como en asuntos de desarrollo o de igualdad de g¨¦nero. ¡°De alguna manera¡±, escribe el periodista en su libro sobre la Clinton secretaria de Estado, ¡°nunca dej¨® de comportarse como una candidata¡±.