Cuando pasen las elecciones, Mexam¨¦rica seguir¨¢ ah¨ª
Frente a los estereotipos de Trump, hay 12 millones de mexicanos que viven, trabajan y crean riqueza en Estados Unidos desde hace d¨¦cadas
Merece la pena recordar la frase otra vez: ¡°Cuando M¨¦xico env¨ªa a su gente, no env¨ªa a los mejores. Env¨ªan drogas, crimen, son violadores. Y algunos, supongo que son buenas personas¡±. Son los primeros minutos de una campa?a electoral, la de Donald Trump, que ha puesto del rev¨¦s con afirmaciones como esta todas las convenciones sobre lo que se entiende por pol¨ªtica en Estados Unidos.
El 10% de la poblaci¨®n de Estados Unidos, 35,8 millones de personas, es mexicano o descendiente de mexicanos. En los dos Estados m¨¢s grandes del suroeste (y los dos m¨¢s ricos de EE UU), California y Texas, alrededor del 40% de la poblaci¨®n es hispana, la gran mayor¨ªa mexicanos. Donald Trump, que vive literalmente en una torre dorada en Manhattan, a 3.000 kil¨®metros del punto fronterizo m¨¢s cercano, supone que ¡°algunos¡± son buenas personas.
La verborrea de Trump contra los mexicanos es tan marciana que obliga a argumentar lo obvio. En el suroeste de Estados Unidos, desde Houston hasta San Francisco, es como si hablara de otro planeta. La inmigraci¨®n mexicana es algo tan natural y establecido, desde hace tantos a?os, que palabras como Mexifornia o Texico, en general, Mexam¨¦rica, son ya parte del vocabulario.
Alfredo Duarte no se puede creer lo que est¨¢ oyendo en esta campa?a. Instalado en Dallas desde hace 31 a?os, este empresario de Durango sirve insumos a m¨¢s de 1.000 restaurantes en el norte de Texas, Arkansas y Oklahoma. Duarte, que creci¨® en un rancho humilde, recibi¨® el mes pasado el premio al empresario del a?o de la Asociaci¨®n de Empresarios Mexicanos (AEM) en Dallas. ¡°Hace 30 a?os te dejaban claro que eras de segunda clase¡±, recuerda Duarte, que hoy pertenece a un cierto establishment empresarial de una ciudad con un 40% de hispanos. Pero eso hac¨ªa tiempo que hab¨ªa cambiado. ¡°Lo que est¨¢ pasando ahora (con Trump) hac¨ªa a?os que no pasaba¡±.
Duarte, que no dice sus preferencias pero aprovecha para hablar contra Obamacare, dice que el trabajo de los inmigrantes es imprescindible para que funcione la econom¨ªa del pa¨ªs, insiste. ¡°Cuando la agricultura de California se hizo tan grande que ya no pod¨ªan recoger las frutas, tuvieron que mudar la producci¨®n a Baja California. Es lo que no han entendido estos pendejos. O llevas la empresa fuera, o traes inmigrantes a trabajar en ella. Todos estos de Trump no han entendido que ese es el mundo en el que viven¡±.
Hay alrededor de 12 millones de mexicanos que residen o tienen visado para visitar, trabajar o estudiar legalmente en Estados Unidos. Son una poblaci¨®n m¨¢s grande que la de 43 estados. 3,3 millones tienen una tarjeta de residente permanente y de ellos 2,6 millones pueden hacerse ciudadanos si quieren. Alrededor de 100.000 mexicanos al a?os se hacen ciudadanos. El 60% de los mexicanos que residen legalmente viven en California y Texas, los dos estados m¨¢s ricos del pa¨ªs.
El a?o pasado, 330.000 personas fueron detenidas intentando cruzar ilegalmente la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos que le da tanto miedo a Trump. La cifra es la segunda m¨¢s baja desde 1972. Por comparar, solo en el paso fronterizo de Tijuana y San Diego, el m¨¢s transitado del mundo, registr¨® el a?o pasado m¨¢s de 37 millones de cruces legales. Los 25 puertos de entrada terrestre que hay en la frontera, registraron 181 millones de cruces legales. Medio mill¨®n de personas al d¨ªa entra legalmente por esa frontera a trabajar y comprar en Estados Unidos. ?Muchos? A finales de los 90 eran 800.000 diarios y Trump no dec¨ªa nada. 14 de los puestos fronterizos tienen ¡®v¨ªas r¨¢pidas¡¯ para que los viajeros confiables puedan pasar sin esperas. Ciudades como San Diego o El Paso viven pendientes de aliviar lo m¨¢s posible los tiempos de espera.
El sellado de la frontera a la norcoreana que propone Donald Trump suena a completo disparate en los Estados del suroeste. El comercio de California con M¨¦xico supera los 60.000 millones de d¨®lares anuales, tanto como el comercio de M¨¦xico con toda la Uni¨®n Europea. Para Texas es a¨²n m¨¢s importante: M¨¦xico es el primer destino comercial del Estado, con exportaciones por valor de 102.600 millones de d¨®lares en 2014. M¨¢s de 460.000 empleos en Texas dependen directamente del comercio con M¨¦xico. Si Texas fuera un pa¨ªs independiente, ser¨ªa el segundo socio comercial de M¨¦xico, por detr¨¢s de EE UU.
La inmigraci¨®n mexicana est¨¢ adem¨¢s subiendo de nivel, explica Fernando Krasovsky, profesional de las telecomunicaciones y presidente de AEM en Dallas. El fen¨®meno m¨¢s reciente es el de ¡°profesionales que est¨¢n migrando¡±. ¡°Hay m¨¢s ingenieros mexicanos en Silicon Valley que de cualquier estado de EE UU¡±, asegura. Su asociaci¨®n tiene alrededor de 200 empresarios como Duarte registrados.
El extremo por arriba de la inmigraci¨®n mexicana ¡®cualificada¡¯ se puede encontrar en Woodlands, una urbanizaci¨®n en el norte de Houston. Woodlands es lo m¨¢ximo que se puede encontrar en el modo de vida de suburbio. Casas entre 200.000 y 16 millones de d¨®lares en peque?os grupos residenciales, con zonas comerciales de lujo entre medias, todo tapado por bosques. A menos de dos horas de avi¨®n de M¨¦xico DF, Woodlands es el oasis de los millonarios mexicanos y de profesionales de alto nivel en Texas.
¡°Esto es una fortaleza econ¨®mica¡±, dice Iv¨¢n Arjona, un experto agente inmobiliario de Woodlands, que lo compara con las residencias para profesionales extranjeros en Oriente Medio. Junto a su esposa, Natalia Arjona, lleva una oficina inmobiliaria de ¨¦xito y ha ayudado a instalarse a muchos mexicanos. ¡°Aqu¨ª encuentran donde invertir los que tienen dinero¡±. La casa tipo tiene cuatro habitaciones y de tres a cinco ba?os, el 60% de ellas con piscina. La fortaleza del cliente mexicano se ha visto en los ¨²ltimos 10 a?os, explica Arjona. Al principio eran inversiones de fin de semana, ¡°cuando M¨¦xico se hizo m¨¢s inestable empezaron a quedarse a vivir¡±.
En Market Street, el centro comercial de tiendas de lujo de Woodlands, pr¨¢cticamente solo se oye hablar espa?ol. ¡°Cada vez que abren una tienda nueva les digo que tienen que contratar a gente que hable espa?ol¡±, asegura Noemi Gonzalez, directora de M¨¢rketing de esta zona comercial. ¡°Esta es una comunidad acomodada y todo el mundo sabe que la gente latina que vive aqu¨ª tiene dinero. Es dinero nuevo, no es gente que venga de familias ricas sino profesionales que han trabajado duro. Woodlands rompe el estereotipo del latino. Si vives aqu¨ª es porque tienes el dinero para hacerlo¡±.
Jorge Cadena, editor de la revista Viva Woodlands, que se edita en espa?ol para esta comunidad de ricos, vino hace ocho a?os como sus clientes. Se dedicaba a la publicidad en M¨¦xico, vio aqu¨ª una posibilidad de negocio y se qued¨®. Bromea con que esta es ¡°la comunidad m¨¢s segura de Ciudad de M¨¦xico¡±. A trav¨¦s de su revista mantiene al d¨ªa a esta comunidad latina donde tambi¨¦n abundan venezolanos y espa?oles. ¡°Queremos fomentar que el hispano sea visto de otra manera¡±, dice Cadena, ¡°que el hombre de negocios de Houston entienda qui¨¦n es este mexicano que ha venido a ser su vecino¡±.
Hay m¨¢s de una docena de vuelos diarios de Houston a DF. Muchos mexicanos de Woodlands tienen aqu¨ª a su familia y trabaja en M¨¦xico, donde mantienen sus empresas. ¡°Toman el avi¨®n del lunes por la ma?ana y vuelven el jueves o el viernes, ese es un trayecto que hace much¨ªsima gente¡±, explica Cadena. Donald Trump no est¨¢ pensando en Woodlands cuando hace generalizaciones grotescas sobre los inmigrantes mexicanos. ¡°Compramos casas y pagamos impuestos. Somos ciudadanos modelo¡±, protesta Cadena.
Aunque no es la raz¨®n principal para mudarse a Woodlands, algunos lo hacen por la inseguridad de M¨¦xico. ¡°Les ense?an una casa y piensan ¡®mi casa en M¨¦xico es m¨¢s bonita que esta¡¯. Les ense?an el campo de golf y piensan, ¡®mi golf en M¨¦xico es mejor que este¡¯. Les ense?an el colegio y piensan ¡®el colegio privado de mis hijos en M¨¦xico es mejor que este¡¯. Pero entonces ven a unos ni?os jugando a la pelota en la calle. Ah¨ª es cuando dicen: ¡®Quiero vivir aqu¨ª¡¯. Eso es lo que no tienen en M¨¦xico¡±, explica Cadena. La raz¨®n de esta ¨¦lite mexicana para venir a Woodlands es la calidad de vida, una forma de gastar el dinero y lucir su lujo que no se pueden permitir en M¨¦xico.
En el otro extremo de esta realidad s¨ª, efectivamente, hay alrededor de cinco millones de mexicanos que han venido ilegalmente. Pero en su mayor¨ªa se parecen a Juan Loyola, que lleg¨® con 15 a?os y trabaj¨® cortando hierba en Chicago. Hoy, con 42 a?os, trabaja en un restaurante de Houston, de la ma?ana a la noche. Hasta sus clientes, que son ¡°puro g¨¹ero¡± en un barrio residencial, no entienden a Trump. ¡°Los mexicanos vinimos a chingarle (trabajar duro), no a robar. Los mexicanos no venimos a ver si podemos. Porque podemos, venimos¡±. Y as¨ª seguir¨¢ cuando haya acabado toda esta campa?a.
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