Los rehenes de Mosul
La comunidad internacional deber¨¢ asumir la acogida de los afectados por la guerra
La batalla para la reconquista de Mosul avanza a paso de tortuga; al triunfalismo de las autoridades iraqu¨ªes resuena durante el d¨ªa a d¨ªa de una contienda salvaje, en la que el ISIS da muestras de una resistencia feroz, utilizando todos los medios a su alcance para rechazar a los atacantes. La poblaci¨®n de la ciudad ha devenido dram¨¢ticamente reh¨¦n no s¨®lo de la locura terrorista del califato sino, tambi¨¦n y a menudo, de la ira del Ej¨¦rcito iraqu¨ª y de sus aliados provisionales kurdos. Estos ¨²ltimos, despu¨¦s de haber conquistado Bashiqa, al este de Mosul, se retiraron de la ofensiva por un acuerdo con el Ej¨¦rcito iraqu¨ª y con la intenci¨®n de fortalecer su arraigo en la ciudad.
Lo que pasa en los pueblos y zonas liberadas por los kurdos es de mal augurio para la poblaci¨®n civil. El presidente del PKK, Masud Barzani, reproch¨® a civiles ¨¢rabes haber colaborado con el ISIS afirmando que ¡°deben pagar el precio de sus cr¨ªmenes¡±. El problema es saber qui¨¦n y c¨®mo juzga. Lo que s¨ª es seguro, es que los kurdos se lanzaron en la batalla de Mosul s¨®lo para liberar las zonas en las que predominan kurdos y para crear unos reagrupamientos formados sobre una base ¨¦tnica, preparando un futuro Estado kurdo. La ONG Human Rights Watch (HRW) asegura que los kurdos ya han destruido m¨¢s de ¡°17 pueblos y localidades en Kirkuk y cuatro m¨¢s en N¨ªnive¡ expulsando a las poblaciones ¨¢rabes¡±.
Tal y como estaba previsto, las poblaciones se transforman, as¨ª, en rehenes de proyectos pol¨ªticos que las superan y que pagan con muertos, expulsi¨®n de sus hogares y reclusi¨®n en campos de internamiento. El ISIS fusila todos los d¨ªas a inocentes que no quieren entrar en sus filas, las fuerzas iraqu¨ªes act¨²an duramente contra sospechosos de no afinidad al r¨¦gimen iraqu¨ª.
As¨ª, se desarrollan varias guerras dentro de la reconquista de Mosul. El mapa geopol¨ªtico de la regi¨®n se est¨¢ transformando profundamente.
Est¨¢ claro que, despu¨¦s del inevitable fracaso del ISIS en los pr¨®ximos meses o a?os, surgir¨¢ otra guerra, mucho m¨¢s dif¨ªcil de resolver entre las poblaciones civiles y los estados regionales (Turqu¨ªa y lo que quedar¨¢ de Irak y Siria), como entre las grandes potencias que mueven los hilos en Oriente Medio (EE UU, Rusia, Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª).
Los desplazamientos de poblaciones se incrementar¨¢n inevitablemente. Los pa¨ªses fronterizos no pueden ni podr¨¢n afrontar este desaf¨ªo. La Uni¨®n Europea, blindada tras las trincheras del acuerdo germano-turco sobre los refugiados, tampoco podr¨¢ hacer mucho. Resulta m¨¢s imprescindible que nunca plantear, a escala internacional, la cuesti¨®n de la acogida y la solidaridad con los millones de personas que se ven y se ver¨¢n afectadas por este terremoto geopol¨ªtico del cual la comunidad internacional, y en especial los EE UU, es tambi¨¦n responsable. Entre la reconquista previsible de Mosul en Irak, despu¨¦s de batallas sangrientas y la destrucci¨®n programada en Siria de Alepo, as¨ª como la voluntad de control del norte del pa¨ªs por los kurdos del PKK, se anudan inconmensurables tragedias humanas para las poblaciones civiles.
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