Marine Le Pen maquilla al Frente Nacional con los Rolling y Banksy
La l¨ªder ultraderechista estrena sede, logotipo y lema sin menci¨®n alguna al nombre de su partido
A falta de programa y propuestas coherentes, marchando otra vuelta de mercadotecnia: nueva sede, nuevo logo y nuevo lema para la campa?a electoral. Lo acaba de hacer Marine Le Pen, empe?ada en camuflarse, en parecer la l¨ªder de un partido m¨¢s, tan normal como los otros. Es la primera en saber que no es as¨ª y por eso ha borrado de un plumazo toda huella del pasado de esa organizaci¨®n xen¨®foba de ra¨ªces antisemitas.
Una rosa azul ¨²nicamente acompa?ada de su nombre de pila y la palabra ¡°presidenta¡± es su nuevo logo. El nuevo lema, ¡°En nombre del pueblo¡±, porque ¡°nada se debe hacer en democracia sin el pueblo¡±, como ha explicado en la presentaci¨®n de estos nuevos s¨ªmbolos Marine Le Pen.
Ninguna alusi¨®n al Frente Nacional ni a sus siglas. Incluso ha desaparecido la llama tricolor de la bandera francesa que era el logo hasta ahora. Tampoco referencia alguna al apellido Le Pen, unido a sangre y fuego a la turbia historia del partido.
Cuenta Marine Le Pen que la eligi¨® ella misma eligi¨® la rosa azul para el logo porque su secretaria compraba casi a diario esa flor, una planta que no existe en la naturaleza y que es producto de la ingenier¨ªa gen¨¦tica. Un logro, por tanto, de lo que parece imposible.
¡°Es el s¨ªmbolo de hacer posible lo imposible¡±, ha argumentado Le Pen. El mensaje es obvio: ser¨¦ la pr¨®xima presidenta de la Rep¨²blica aunque parece imposible. Y ahora m¨¢s tras el masivo apoyo de la derecha a su probable rival en la recta final, el conservador y exprimer ministro Fran?ois Fillon.
En su carrera, Le Pen ha dado un paso f¨ªsico hacia el Palacio del El¨ªseo: la nueva sede para la campa?a electoral est¨¢ en la calle Faubourg Saint-Honor¨¦, la misma en la que est¨¢ situado el palacio presidencial. ¡°Para hacer m¨¢s f¨¢cil la mudanza¡±, bromea uno de sus colaboradores.
La decoraci¨®n del lugar, que Le Pen dice haber dirigido personalmente, es el m¨¢ximo exponente del camuflaje ideol¨®gico. De las paredes cuelgan fotos en blanco y negro, junto a la rosa azul, de Brigitte Bardot (simpatizante del FN), Clint Eastwood (seguidor de Donald Trump), siempre con una rosa azul. Tambi¨¦n de Albert Einstein, cuya conexi¨®n con el FN ya es una osad¨ªa.
Pero la mezcla va mucho m¨¢s lejos. Otro cuadro muestra una lengua t¨ªpica del logo de los Rolling Stones, en azul, por supuesto, con la rosa en el extremo. Y en un triple salto en el vac¨ªo, se exhibe la famosa obra del artista callejero Banksy de un manifestante lanzando un ramo de flores campestres se le han colocado¡una docena de rosas azules.
A la espera de protestas por derechos de autor -incluida la de los socialistas, por la utilizaci¨®n de la rosa- o por uso indebido de imagen en aras de una ideolog¨ªa, lo m¨¢s llamativo es la presencia de la pintura de Banksy. El artista brit¨¢nico destaca precisamente por sus denuncias contra la exclusi¨®n de los migrantes. Exactamente lo contrario que el Frente Nacional.
Para ir acerc¨¢ndose al El¨ªseo, Le Pen ha puesto su sede electoral en la misma calle que el palacio presidencial
La maniobra no ha salido redonda. En los d¨ªas anteriores a la presentaci¨®n con champ¨¢n de la nueva simbolog¨ªa, el diario Le Monde advirti¨® a sus lectores que no publicar¨¢ ninguna tribuna de Marine Le Pen porque, pese al camuflaje, el FN airea los mismos demonios el siempre -una Francia perjudicada por la migraci¨®n, Europa y las ¨¦lites- para atraer a un electorado ¡°tan heter¨®clito como contradictorio¡±.
Solo unas horas despu¨¦s de su nuevo lavado de cara, los jueces pusieron de relieve qu¨¦ es el verdadero Frente Nacional, de d¨®nde viene. Obligaron a la l¨ªder a readmitir como presidente de honor a su padre, el filonazi Jean-Marie Le Pen, ese al que se trata de esconder bajo la alfombra. Hab¨ªa sido expulsado tras reiterar que las c¨¢maras de gas nazis para exterminar a los jud¨ªos son ¡°un detalle de la historia¡±.
En el FN se pod¨ªa decir antes esas cosas. Eran ultraderechistas, antisistema, populistas, pero no aspiraban a tener el poder. Ahora son los mismos, pero quieren el El¨ªseo ¡°en nombre del pueblo¡± y, para eso, no hay que asustar a los electores, sino darles rosas azules.
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