Refugiados en la isla de Qu¨ªos: una bomba de relojer¨ªa en el Egeo
El ataque a un campamento en la isla griega pone de manifiesto los riesgos de inestabilidad que conlleva la presencia de 62.000 migrantes en el pa¨ªs
Nadie sabe exactamente lo que ocurri¨® el mi¨¦rcoles y jueves pasados, pero todos apuntan a que la lluvia de piedras y c¨®cteles molotov contra el campamento de refugiados de Souda, en Qu¨ªos, coincidi¨® con la visita a la isla de una delegaci¨®n de diputados* del partido neonazi griego Aurora Dorada (AD), acompa?ados por colegas belgas del ultraderechista Vlaams Belang. El resultado: un par de tiendas en llamas, boquetes en las lonas, huida despavorida de decenas de refugiados y una sensaci¨®n de p¨¢nico entre ¨¦stos, pero tambi¨¦n en los trabajadores humanitarios que los atienden. La propia Comisi¨®n Europea admiti¨® este fin de semana su preocupaci¨®n por la seguridad del personal, mientras el ministro del Interior belga decid¨ªa retirar de la isla a su grupo de expertos en asilo.
Aunque sin v¨ªctimas, los incidentes de Qu¨ªos ¡ªlos ¨²ltimos de una peligrosa mezcla: supervivencia precaria, algaradas callejeras y una respuesta oficial insuficiente¡ª son especialmente reveladores de la bomba de relojer¨ªa que desde el punto de vista de la seguridad supone la desesperanzada presencia de decenas de miles de migrantes en Grecia: 62.000 atrapados en el pa¨ªs; unos 11.500 s¨®lo en las peque?as islas del Egeo, principal puerta de entrada a Europa desde Turqu¨ªa.
Qu¨ªos es desde hace meses un repetido dolor de cabeza para las autoridades. A las peleas entre migrantes de distintas nacionalidades se suma la impaciencia de los isle?os, que han visto desplomarse el turismo por culpa de la crisis migratoria, y la actuaci¨®n, cada vez m¨¢s expl¨ªcita, de ultras locales o venidos de fuera (una sospecha corroborada este mismo fin de semana por el propio alcalde de la capital de Qu¨ªos). Pero los sucesos de la semana pasada cruzaron la raya, y la polic¨ªa, responsable seg¨²n algunos testigos de dejar hacer a los atacantes, ha tomado finalmente cartas en el asunto. Los quiotas solicitan al Gobierno el cierre de Souda, un campamento informal, gestionado por ONG, que, junto a los dos oficiales, de cuya custodia se encarga el Ej¨¦rcito, acomoda precariamente a m¨¢s de 3.000 extranjeros (tres veces la capacidad formal del lugar). La inminencia del invierno ¡ªs¨ª, en las islas del Egeo tambi¨¦n nieva, y sopla un fr¨ªo h¨²medo que congela los huesos¡ª hace a¨²n m¨¢s complicada la respuesta humanitaria.
Desde que en marzo los pa¨ªses de la ruta de los Balcanes cerraron sus fronteras, mientras entraba en vigor el pacto UE-Turqu¨ªa, Grecia se ha convertido en una ratonera inhumana, si bien la t¨®nica general de la poblaci¨®n, y de las autoridades en general, es una hospitalidad sin tacha. Aunque no son ajenos a otras islas, los ¨²ltimos acontecimientos en Qu¨ªos suscitan retorcidas pesadillas: la razzia policial del jueves, en busca de los migrantes huidos de Souda ¡ªalgunos de los cuales saquearon tiendas, e incluso prendieron fuegos artificiales que hab¨ªan robado, en una surrealista org¨ªa de desesperaci¨®n¡ª s¨®lo ha contribuido a encrespar a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos.
En referencia a estos sucesos, el Ministerio de Pol¨ªtica Migratoria ha se?alado que no trasladar¨¢ al continente a los refugiados de Qu¨ªos, para no alentar una nueva oleada migratoria desde Turqu¨ªa¡ ese pa¨ªs inmerso en una deriva autoritaria del que pende, como un hilo, la viabilidad del pacto migratorio con el que la UE pretende blindar sus fronteras, confinando entre las de Grecia a los migrantes.
* El s¨¢bado, dos d¨ªas despu¨¦s de los incidentes, Yorgos Yermen¨ªs, uno de los diputados neonazis que visit¨® Qu¨ªos, fue atacado en un bar del norte de Atenas por un grupo de individuos, que le molieron a palos y pu?etazos (seg¨²n la v¨ªctima, tambi¨¦n con una barra de hierro). La v¨ªctima tuvo que recibir asistencia m¨¦dica en un hospital. De la agresi¨®n se ha responsabilizado un peque?o grupo anarquista, conocido en el movimiento 'okupa' de Atenas. El episodio arroja m¨¢s le?a a una situaci¨®n ya de por s¨ª envenenada.
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