Macri promete millones a las organizaciones sociales para tener un verano tranquilo
El presidente argentino, ante una crisis que no remite, intenta evitar un diciembre caliente
Mauricio Macri est¨¢ moviendo todas las piezas para evitar un estallido social en Argentina, donde la crisis econ¨®mica, pese al optimismo del Gobierno, est¨¢ lejos de remitir. La inflaci¨®n sigue disparada, la industria con ca¨ªdas todos los meses, hay destrucci¨®n de empleo aunque no masiva y los salarios, en especial los del 35% que cobra en negro y no puede negociar subidas a trav¨¦s de los poderosos sindicatos, no paran de perder poder adquisitivo, con lo que el consumo tambi¨¦n sufre. Muchos liberales en el entorno del presidente le piden que haga un ajuste m¨¢s fuerte, que haga recortes y baje el d¨¦ficit p¨²blico, que sigue aumentando, al contrario de lo que prometi¨® cuando gan¨® las elecciones, hace un a?o. De hecho el objetivo de reducirlo este a?o al 4,8% del PIB ya parece inviable. El Gobierno se seguir¨¢ endeudando para resolver ese problema.
Macri no tiene margen pol¨ªtico para ese ajuste con el que sue?an los liberales y la ortodoxia financiera. Tampoco ha decidido apostar por una fuerte devaluaci¨®n, que fue la manera en que Argentina sali¨® de la crisis de 2001, mucho m¨¢s fuerte que esta. Roberto Lavagna, entonces ministro de econom¨ªa y ahora aliado del opositor Sergio Massa, le ha recomendado a Macri que haga esa devaluaci¨®n fuerte que por otra parte tambi¨¦n le est¨¢n pidiendo empresarios como Cristiano Rattazzi, jefe de FIAT en Argentina. La industria no puede competir con los alt¨ªsimos precios de este pa¨ªs, el m¨¢s caro de los importantes de Am¨¦rica Latina y que en algunas cosas est¨¢ por encima incluso de precios europeos o estadounidenses. Pero Macri, que gan¨® por menos de tres puntos y est¨¢ en minor¨ªa en el Congreso, entiende que no tiene margen pol¨ªtico ni para un ajuste m¨¢s fuerte ni para una devaluaci¨®n en serio. Y menos cuando tiene las elecciones de 2017 ya muy cerca.
Daniel Scioli, que fue candidato del peronismo y perdi¨® contra Macri, cree que ese ajuste fuerte llegar¨¢ despu¨¦s de los comicios. Lo cierto es que de momento el presidente no ha elegido esa v¨ªa, aunque en los primeros meses s¨ª hizo despidos y subidas de tarifas y de servicios p¨²blicos. Ahora ha decidido optar por el camino del medio, el m¨¢s habitual en Argentina: repartir dinero para intentar calmar las aguas sociales. El Gobierno ha pactado de momento una inyecci¨®n de 30.000 millones de pesos (casi 2.000 millones de d¨®lares) a un fondo de ¡°emergencia social¡±. Eso supondr¨¢ sobre todo mucho m¨¢s dinero para las cooperativas que act¨²an sobre el terreno, y que eran las que m¨¢s hab¨ªan sufrido los recortes tras el cambio de Gobierno y m¨¢s movilizaban las protestas.
Estos movimientos son muy cercanos en muchos casos a la Iglesia, por lo que parece que este tipo de decisiones son fruto de una especie de pacto que alcanzaron Macri y el Papa argentino, Francisco, hace un mes en su encuentro en Roma, que sali¨® mucho mejor que el primero. Francisco llevaba meses presionando a Macri por todos los medios para que evitara un ajuste mayor y repartiera fondos entre los m¨¢s necesitados. Ahora parece que el presidente le ha hecho caso para tener un verano tranquilo. La mayor¨ªa de las grandes crisis sociales en Argentina han llegado en diciembre, el mes en que hubo cinco presidentes en dos semanas en 2001.
Lavagna sostiene que este sistema de ir sobreviviendo como se puede con un tipo de cambio atrasado lleva al colapso, que es lo que pas¨® en 2001 y antes con la dictadura militar. Pero Macri y su ministro de Econom¨ªa, Alfonso Prat Gay, creen que se equivoca. Algunos analistas incluso sostienen que Macri se est¨¢n ¡°peronizando¡±, porque est¨¢ optando por la soluci¨®n cl¨¢sica del peronismo: entregar dinero a las organizaciones sociales y a las personas con m¨¢s dificultades para sobrevivir unos meses m¨¢s a la espera de la ansiada recuperaci¨®n.
Lo cierto es que el presidente necesita a cualquier coste calmar las aguas sociales y ganar las elecciones de 2017, donde se renueva buena parte del Congreso. Si las perdiera, los dos siguientes a?os de su mandato ser¨ªan un calvario. En este momento no parece probable, Macri est¨¢ fuerte en las encuestas y la oposici¨®n est¨¢ muy dividida. Pero en Argentina todo cambia en semanas. Por eso el Gobierno quiere un verano tranquilo. El recorte del d¨¦ficit puede esperar, piensan en la Casa Rosada. Hay urgencias mayores.
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