La marcha triunfal de Putin
Fillon, Trump, 'Brexit', Alepo, Bulgaria, Moldavia: todo son buenas noticias para el Kremlin
La satisfacci¨®n en los palacios y atalayas del Kremlin debe ser honda. El tablero internacional no para de anotar victorias estrat¨¦gicas para Rusia. Tan solo en las ¨²ltimas horas, dos de calado: en Francia, gana las primarias de la derecha Fran?ois Fillon, abiertamente partidario de mejorar las relaciones con Rusia. Todo apunta a que Fillon se enfrentar¨¢ en la segunda vuelta de las presidenciales con Marine Le Pen, una favorita de Putin, cuyo partido ha recibido financiaci¨®n por parte de bancos rusos. Por otra parte, en Alepo, las fuerzas del r¨¦gimen sirio respaldadas por Rusia se apuntan un ¨¦xito b¨¦lico trascendental al partir en dos la zona bajo control de los rebeldes.
No son episodios aislados. Pr¨¢cticamente todos los desarrollos geopol¨ªticos m¨¢s relevantes de los ¨²ltimos meses favorecen al inquilino del Kremlin. La victoria de Donald Trump en Estados Unidos ¨Ccomo Fillon, partidario de mejorar las relaciones con Rusia (y confeso admirador del autoritario Putin)-; la afirmaci¨®n del Brexit en el refer¨¦ndum de Reino Unido, que divide y debilita a la Uni¨®n Europea; el ¨¦xito de candidatos filorrusos en las recientes presidenciales de Bulgaria (Rumen Radev) y Moldavia (Igor Dod¨®n); la luz verde de la Comisi¨®n Europea a que Gazprom pueda ampliar el suministro de gas a trav¨¦s de un gasoducto (el OPAL) que puentea Polonia y Ucrania.
Ucrania, precisamente, de la cual casi nadie ya se acuerda, rumbo a convertirse en otro de los numerosos conflictos congelados con los que Rusia defiende sus intereses en la galaxia postsovi¨¦tica.
En t¨¦rminos m¨¢s generales, la fibrilaci¨®n que afecta a las democracias liberales -con populismos en alza y serpenteante insatisfacci¨®n ciudadana- y las grietas en acuerdos de libre comercio de los que por lo general estaba excluida, no deben ser percibidas como malas noticias por Rusia.
Todo ello debe ser analizado en su contexto. El malestar interno en la sociedad rusa tambi¨¦n es elevado. El partido de Putin gan¨® las legislativas del pasado mes de septiembre, pero la tasa de participaci¨®n se qued¨® en un 47%, 12 puntos menos que en las anteriores, a demostraci¨®n de un fuerte desapego. La econom¨ªa sigue tiritando bajo la dolorosa pinza de la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo y de las sanciones internacionales. Seg¨²n datos del FMI, su PIB se contrajo 3,7 puntos en 2015 y lo har¨¢ otro 1,8 en 2016. Pese a sus aires de superpotencia, Rusia tiene ahora un PIB nominal comparable al de Espa?a. A diferencia de Espa?a, la esperanza de vida del ciudadano ruso es p¨¦sima: 70 a?os en la media de ambos sexos, seg¨²n la OMS, un dato que coloca a Rusia en el puesto 110 del mundo.
Pero, con un gran arsenal nuclear, grandes reservas energ¨¦ticas, un pasado imperial, y la disponibilidad a lanzar fuerzas armadas en pa¨ªses vecinos con o sin insignias, con o sin derecho, se pueden obtener resultados estrat¨¦gicos impresionantes.
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