La herencia perdida del rey del hach¨ªs
El pazo de Bai¨®n, embargado al capo del narcotr¨¢fico Laureano Oubi?a, es ahora un referente del enoturismo y la reinserci¨®n
Fue el icono de la ostentaci¨®n de los narcotraficantes gallegos, tambi¨¦n conocido como Falcon Crest, el caballo de batalla de las madres contra la droga y el primer embargo judicial a un narcotraficante en Espa?a. Ocho a?os despu¨¦s de que el Estado vendiera el Pazo de Bai¨®n a la cooperativa Condes de Albarei, por 15 millones de euros, este latifundio, el mayor dedicado a la plantaci¨®n de vino albari?o en Galicia, es hoy un referente del enoturismo internacional.
Un cambio exitoso de concepto de negocio que va m¨¢s all¨¢ de la elaboraci¨®n del vino con la marca Pazo de Bai¨®n que veinte a?os antes hab¨ªa catapultado a su antiguo due?o como el primer gran viticultor gallego de la ¨¦poca hasta que el blanqueo de dinero aflor¨® como el plan oculto de Oubi?a y fue el principio del fin para el rey del hach¨ªs.
Bajo la denominaci¨®n de origen R¨ªas Baixas, la cooperativa produce 40.000 botellas que ya se comercializan en 20 pa¨ªses de Europa, EE UU y Asia. Desde que la bodega abri¨® sus puertas en 2010, con la salida al mercado de la marca y despu¨¦s de dos a?os de reformas en las instalaciones, esta imponente mansi¨®n ha sido un ir y venir de famosos gourmets pero tambi¨¦n de prestigiosos arquitectos, especialistas en interiorismo y paisajismo por lo que no ha parado de recibir galardones. Los Premios de Enoturismo Rutas del Vino de Espa?a le acaban de considerar "uno de los paisajes m¨¢s espectaculares en el panorama vitivin¨ªcola mundial", aunque el futuro del pazo ya enfila el proyecto inspirado en la exclusiva cadena hotelera Relais & Ch?teau.
Situada en el coraz¨®n del Valle del Saln¨¦s, con 28 hect¨¢reas de terreno, la finca perteneci¨® a varias generaciones de arist¨®cratas hasta que la descubrieron unos empresarios vinculados a la compa?¨ªa de Jes¨²s que trajeron los vi?edos directamente del Rin, pero pronto la vendieron y cay¨® en manos del famoso capo gallego. La Audiencia Nacional hab¨ªa puesto el ojo en la propiedad desde 1990, cuando Oubi?a cay¨® en las redes de la Operaci¨®n N¨¦cora, aunque fue su primera condena por narcotr¨¢fico y la arrebatada fuga a Grecia la que puso en marcha la maquinaria para ser incautado y vendido al mejor postor en 2008.
Bajo la denominaci¨®n de origen R¨ªas Baixas, la cooperativa produce 40.000 botellas que ya se comercializan en 20 pa¨ªses de Europa, EEUU y Asia
La cooperativa, de 400 socios, compiti¨® en la puja con otras conocidas firmas del sector, como Freixenet o Marqu¨¦s de Riscal, doblando el precio de salida en la subasta p¨²blica que convoc¨® el Plan Nacional sobre Drogas. Una rentable operaci¨®n tanto para la cooperativa como para el Estado, que por fin se quitaba de en medio una larga administraci¨®n judicial.
El concurso de adjudicaci¨®n se regul¨® por un novedoso convenio que exig¨ªa a los nuevos propietarios el compromiso de destinar el 5% de los beneficios anuales de la comercializaci¨®n del vino para programas de reinserci¨®n de drogodependientes y la contrataci¨®n de extoxic¨®manos en temporada de vendimia. Unas cuotas que la cooperativa ya ha superado con m¨¢s de 1.000 jornadas de empleos anuales y 200.000 euros en donaciones para la causa.
Pero la batalla de Oubi?a contra el Estado no ha terminado. El traficante de hach¨ªs m¨¢s castigado en Espa?a sigue librando desde la c¨¢rcel su larga cruzada en los tribunales que todav¨ªa no han dado su ¨²ltimo veredicto. Un proceso en el que sus dos hijas reclaman una indemnizaci¨®n como herederas de su madre, Esther Lago, fallecida en accidente de tr¨¢fico en 2002, y ¨²nica portadora de las acciones del pazo del que tambi¨¦n eran due?as dos sociedades paname?as fantasma que en 1987 pagaron 138 millones de pesetas, (unos 830.00 euros).
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