Una dudosa calavera precolombina
El Museo Etnol¨®gico de Leiden descubre que una de sus piezas, un cr¨¢neo de la ¨¦poca mixteca, es ¡°falsa a medias"
Los cr¨¢neos decorados del arte mixteca suelen estar forrados de mosaicos de turquesas y lucen una llamativa dentadura. La cer¨¢mica policroma era una de las especialidades de esta cultura mesoamericana prehisp¨¢nica, cuyos restos m¨¢s antiguos est¨¢n fechados hacia 1500 antes de Cristo, y se distribuyen por el territorio de los actuales Estados mexicanos de Puebla, Guerrero y Oaxaca. Las calaveras son muy vistosas, y el Museo de Etnolog¨ªa de la ciudad holandesa de Leiden, cercana a ?msterdam, guardaba la suya como un tesoro. En 1963 la compr¨® por el equivalente a 20.000 euros actuales, pero un an¨¢lisis que se ha prolongado durante cuatro a?os ha concluido que en los fragmentos de colores hay pegamento del siglo XX. El centro teme que el enga?o supere el ¨¢mbito nacional, porque, al menos en Francia, otra sala que no ha sido nombrada duda de la autenticidad de una donaci¨®n similar. Y lo que es peor, solo hay 20 piezas de esta clase en el mundo.
Los expertos han concluido que el cr¨¢neo, con un dibujo geom¨¦trico en forma de serpiente en la frente, es aut¨¦ntico. Tambi¨¦n lo es el mosaico. Lo que falla es el adhesivo. ¡°No estaba hecho con resina ni con orqu¨ªdeas, como sol¨ªan los mixtecas. Es del tipo utilizado en la restauraci¨®n de obras de arte el siglo pasado¡±, ha dicho Martin Berger, conservador del centro holand¨¦s. ¡°Si bien el mosaico y el cr¨¢neo corresponden al periodo mixteca, por culpa de la cola la pieza es o falsa a medias¡±, a?ade.
El chasco ha sido enorme, porque se presume que el autor ¡°es un dentista mexicano que exhumaba las cabezas en los a?os cuarenta y cincuenta, y luego las adornaba con ayuda de su esposa¡±, sigue el conservador. De ah¨ª que los dientes, humanos, est¨¦n demasiado bien conservados para un objeto enterrado durante tanto tiempo. Durante el siglo pasado, y especialmente en la ¨¦poca de actividad del presunto falsificador, los enclaves arqueol¨®gicos mexicanos sufrieron saqueos y sus tesoros acabaron en el mercado negro del arte. El Museo Etnol¨®gico de Leiden ha publicado los resultados del estudio y no piensa retirar el cr¨¢neo turquesa. En su opini¨®n, su trabajo consiste en contar historias y esta es bien curiosa.
El susto de los expertos holandeses es comparable al sufrido en 2008 por el British Museum, de Londres, y el Smithsonian, de Washington. Due?os de sendas calaveras en apariencia precolombinas de cristal de cuarzo, sus investigadores se?alaron que ¡°no pod¨ªan remontarse a los aztecas o los mayas, porque ellos carec¨ªan de las herramientas necesarias¡±. Publicado en el Journal of Archaeological Science, el estudio encargado por ambas salas se?alaba que era preciso ¡°un disco rotante de cobre, o bien otro metal, y un abrasivo natural (por ejemplo el corind¨®n, un mineral formado por ¨®xido de aluminio y usado en el papel de lija) para conseguir las redondeces de la cabeza¡±. ¡°Pero estos pueblos empleaban madera o piedra en su arte¡±. Conclusi¨®n: ¡°Son falsos¡±. En el caso brit¨¢nico, todo apunta al anticuario franc¨¦s Eugene Boban, que comerci¨® en M¨¦xico a finales del siglo XIX. El estadounidense puede datar de 1950, o incluso m¨¢s tarde.
El de Leiden, con su rostro de may¨®lica y la parte posterior desnuda, era una de las atracciones de la sala, pero no formaba parte de la cultura popular. Los de cristal aparecen en la pel¨ªcula Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008), de Steven Spielberg, y el videojuego Assassin¡¯s Creed IV: Black Flag. Hasta una marca canadiense de vodka, Crystal Head, los usa a modo de botella. Ah¨ª, el tap¨®n est¨¢ justo en la coronilla. Por la frente asoma la sierpe que luce el cr¨¢neo expuesto, con m¨¢s sonrisas que orgullo, en Holanda.
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