Atl¨¦tico Nacional-Chapecoense: la final en la que el f¨²tbol era lo de menos
Medell¨ªn rinde homenaje a las v¨ªctimas del avi¨®n siniestrado en un acto multitudinario en el estadio del partido
Antes de que se supiera qui¨¦nes disputar¨ªan la final de la Copa Sudamericana, le preguntaban de qu¨¦ equipo era la camiseta verde que llevaba. ?l explicaba que era del club de Chapec¨®, el lugar en donde ha vivido la mayor parte de su vida, en el sur de Brasil, en donde est¨¢n sus amigos y en donde se volvi¨® un ¡®chapecoense¡¯. Vagner Lopes Da Silva, de 35 a?os, sent¨ªa el orgullo de lucir la camiseta con el escudo de su equipo en Medell¨ªn, donde lleg¨® hace tres a?os para hacer un doctorado en la Universidad de Antioquia. Cuando supo que el club que lo conecta con sus amigos, pese a la distancia, jugar¨ªa en el estadio de la ciudad en la que ahora vive y que adem¨¢s es muy cerca de su casa, se emocion¨®. Ahora, casi no puede contener las l¨¢grimas.
El martes pasado, al encender su tel¨¦fono encontr¨® varios mensajes de sus amigos, como era de esperar a un d¨ªa del partido. ¡°Me dec¨ªan algo de un accidente. Yo no entend¨ªa, hasta que prend¨ª el televisor¡±, cuenta antes de salir rumbo al Atanasio Girardot, donde har¨¢ de traductor para la delegaci¨®n de Brasil que lleg¨® a Colombia tras el accidente a¨¦reo, en el que 71 personas murieron. ¡°Esto es muy fuerte. Chapec¨® est¨¢ triste¡±, es lo ¨²nico que consigue decir. Desde que supo que se buscaban traductores, se ofreci¨® como voluntario. Dice que ayudar es una forma de ¡°bajar la tristeza¡±.
Junto a ¨¦l, est¨¢ Juan Urrego, de 21 a?os, tambi¨¦n traductor, hincha del Atl¨¦tico Nacional. Se conocieron hace unas horas cuando llegaron al mismo lugar con el prop¨®sito de servirle a los brasile?os que aterrizaron en Medell¨ªn para reclamar los cuerpos de sus familiares muertos en el accidente. Ambos se encaminaron al estadio. Se olvidaron de que son hinchas de equipos que, hasta el lunes, eran rivales. Ser¨ªan una muestra m¨¢s de lo que se vivi¨® la noche en que se jugar¨ªa el partido, por el que viajaban los jugadores. El Atanasio fue, por primera vez, el lugar de todos. El estadio, con aforo para 50.000 espectadores, tuvo que cerrar sus puertas m¨¢s de una hora antes de lo previsto. Un r¨ªo de gente se qued¨® fuera, pegada a las rejas, mostrando que no hab¨ªa rivalidad que superara la grandeza del f¨²tbol. Que ah¨ª, la camiseta era de lo de menos.
¡°El escudo, el partido, la copa. Todo eso pasa a un segundo plano cuando se habla de la vida, cuando se trata de pensar en los otros¡±, aseguraba Carlos Arbel¨¢ez, de 25 a?os, seguidor del Atl¨¦tico Nacional que por primera vez en su vida anim¨® a otro equipo y fue al estadio con una camiseta diferente a la verdolaga. Esta vez, vest¨ªa de blanco, como la mayor¨ªa de los asistentes al homenaje organizado por la Alcald¨ªa de Medell¨ªn y el Nacional. ¡°Eh oh eh oh Chapec¨®¡± gritaba, mientras sacud¨ªa un ramo de flores, que m¨¢s tarde tirar¨ªa a la cancha y ser¨ªa parte de un tapete floral que se arm¨® con las ofrendas que llevaban los asistentes. Muy cerca suyo est¨¢ Nubia Mar¨ªn, de 53 a?os. ¡°Nos da muy duro. Yo me pongo en los zapatos de las mam¨¢s. C¨®mo deben estar sufriendo¡±, dice. Su nieto, Bryan, se ir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas a Estados Unidos porque va a empezar a entrenar all¨ª con un equipo. ¡°Cuando vi la noticia, pensaba en mi muchacho. Es muy triste¡±, repite.
El acto de homenaje se inici¨® casi al mismo tiempo en que se esperaba el pitido inicial del primero de los partidos de la final. Al c¨¦sped saltaron las autoridades brasile?as y las colombianas. Tambi¨¦n la plantilla del Atl¨¦tico Nacional. Las palabras m¨¢s emotivas fueron las del canciller de Brasil, Jos¨¦ Serra, quien exalt¨® la actitud de los hinchas verdolagas, que pidieron el t¨ªtulo de la Sudamericana para el Chapecoense. ¡°Es un gesto que honra a esta ciudad de Medell¨ªn y que hace a¨²n m¨¢s grande a los verdolagas¡±, dijo el diplom¨¢tico, que cerr¨® su intervenci¨®n resaltando que esa noche era una muestra de la nobleza del deporte.
El escudo, el partido, la copa. Todo eso pasa a un segundo plano cuando se habla de la vida
Durante el acto, que dur¨® poco m¨¢s de una hora, los helic¨®pteros en los que recuperar los cuerpos de los fallecidos en el accidente, sobrevolaron el estadio. Abajo, con todos los asistentes mirando hacia el cielo se escuchan aplausos por la labor de las autoridades que lograron rescatar a seis personas vivas y trasladar a los muertos a Medicina Legal para su identificaci¨®n. El Atl¨¦tico Nacional se comprometi¨® a seguir defendiendo sus colores blanco y verde, los mismos del Chapecoense. Los rivales fueron esta noche un solo equipo.
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