El Gobierno egipcio no quiere que los ciudadanos contesten encuestas extranjeras

En una dictadura, la informaci¨®n es un bien muy preciado, sobre todo si puede revelar las verg¨¹enzas del sistema que tan laborosamente ocultan los medios oficialistas. Por esta raz¨®n, en Egipto, toda encuesta, ya sea de tipo pol¨ªtico, acad¨¦mico o incluso comercial, debe ser aprobada por el Estado. En concreto, ya desde la ¨¦poca del dictador Mubarak, el guardi¨¢n de la ortodoxia demosc¨®pica es el CAPMAS, un ¨®rgano p¨²blico encargado de elaborar las estad¨ªsticas oficiales.

As¨ª pues, a la polic¨ªa egipcia nunca le molestaron, por ejemplo, las encuestas del instituto Baseera, siempre aprobadas por el CAPMAS, y que han solido situar la popularidad del mariscal Abdelfat¨¢ al Sisi alrededor del 90% durante la mayor parte de su mandato. Y es que en las dictaduras, las encuestas suelen tener el mismo valor para pulsar la opini¨®n p¨²blica que una elecci¨®n o refer¨¦ndum ¡°a la b¨²lgara¡±. A ver qui¨¦n es el valiente que se atreve a criticar al Gobierno en un sondeo cuando la polic¨ªa puede arrestar a un grupo de chavales por subir una canci¨®n sat¨ªrica a las redes sociales.

Egypt Ministry of Interior warned the public against research telephone interviews. They don't want to show the fall in Sisi's popularity.¡ª The Big Pharaoh (@TheBigPharaoh) 29 de noviembre de 2016

En cambio, s¨ª parecen preocuparle, y mucho, las encuestas telef¨®nicas realizadas desde el extranjero, es decir, aquellas que no han pasado por el cedazo del CAPMAS. La raz¨®n, es la de siempre: la oscura ¡°mano de la conspiraci¨®n extranjera¡±, omnipresente en la propaganda de las autocracias ¨¢rabes. ¡°El ministerio llama a los ciudadanos a ser cautos sobre los m¨¦todos retorcidos de recoger informaci¨®n sobre la situaci¨®n dentro del pa¨ªs que pretenden da?ar la seguridad nacional¡±, rezaba el comunicado.

Seg¨²n algunos blogueros, el renovado celo de las autoridades respecto a cualquier sondeo independiente es evitar que refleje el brutal descenso de la popularidad del presidente al Sisi, que a principios de noviembre aprob¨® un dur¨ªsimo plan de ajuste econ¨®mico que est¨¢ generando un gran sufrimiento en la sociedad. ¡°Hoy en d¨ªa, muy poquitos son los apoyan a al Sisi. Te dir¨ªa que menos que a Mubarak antes de la revoluci¨®n. La presi¨®n del Estado es ahora asfixiante, sin ninguna v¨¢lvula de escape¡±, comentaba la semana pasada un egipcio de visita enT¨²nez por motivos de trabajo. Son opiniones como esta, supongo, las que el ministerio de Interior cree que da?an la ¡°seguridad nacional¡±.