¡°Europa es la respuesta m¨¢s bella al totalitarismo¡±
Gran experta en historia rusa y acad¨¦mica de la lengua, la intelectual francesa disecciona en esta entrevista las figuras de Gorbachov, Yeltsin y Putin
Fueron seis a?os excepcionales, seis a?os que alumbraron un nuevo mapa geopol¨ªtico. Arrancaron el 11 de marzo de 1985 con el nombramiento de Mija¨ªl Gorbachov como secretario general del Partido Comunista y se cerraron el 8 de diciembre de 1991 con el anuncio de la disoluci¨®n del antiguo gran imperio de la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas. A este vibrante y fascinante periodo de nuestra historia reciente dedica H¨¦l¨¨ne Carr¨¨re d¡¯Encausse su ¨²ltima obra, Seis a?os que cambiaron el mundo: la ca¨ªda del imperio sovi¨¦tico, editada por Ariel.
Secretaria perpetua de la Academia Francesa, exconsejera del Banco Europeo de Reconstrucci¨®n y Desarrollo y exvicepresidenta de la Comisi¨®n de Exteriores del Parlamento Europeo, Carr¨¨re d¡¯Encausse es una historiadora de poli¨¦drico recorrido profesional y vital. Hija de un arist¨®crata georgiano que emigr¨® a Francia y reconstruy¨® su vida como taxista, Carr¨¨re d¡¯Encausse, nacida en Par¨ªs en 1929 como H¨¦l¨¨ne Zourabichvilli, nunca dej¨® de lado las ra¨ªces de su padre en tierras exsovi¨¦ticas y se convirti¨® con el tiempo en una de las m¨¢s reputadas especialistas en historia rusa.
Elegante, firme, serena, demuestra estar en plena forma a sus 86 a?os. Concedi¨® esta entrevista en el hotel de las Letras de Madrid, a su paso por Espa?a para participar en el Hay festival de Segovia.
PREGUNTA. Vlad¨ªmir Putin defini¨® el hundimiento de la URSS como la cat¨¢strofe geopol¨ªtica m¨¢s grande del siglo XX. ?Qu¨¦ opina?
RESPUESTA. Creo que se malinterpret¨® lo que dijo. ?l dio a la palabra cat¨¢strofe el sentido que le daba Solzhenitsyn para describir una convulsi¨®n que lo cambia todo. No se trataba de un lamento por el fin de un sistema porque a?adi¨® que los que echan de menos a la Uni¨®n Sovi¨¦tica no tienen cabeza y los que no la echan de menos no tienen coraz¨®n. Por tanto, no fue un juicio de valor, sino una valoraci¨®n de la amplitud del fen¨®meno. Aparte de la revoluci¨®n rusa y de la sovietizaci¨®n del Este europeo en 1946, es el gran acontecimiento del siglo XX. Fue extraordinario porque fue un r¨¦gimen que se desmantel¨® por s¨ª solo, de una manera pac¨ªfica. Se ha subestimado lo extremadamente milagroso que fue que apenas hubiera muertos, fue un proceso que se hizo con una paz civil y con un entusiasmo popular totalmente extraordinarios.
P. Usted sostiene al final de su libro que Bor¨ªs Yeltsin merece su lugar en la historia a lado de los grandes reformadores como Gorbachov. Fue un hombre, tal vez, caricaturizado por Occidente y usted rehabilita al hombre pol¨ªtico.
R. En Occidente vemos a un alcoh¨®lico, a un borracho. No he buscado rehabilitarlo. De Gorbachov, sin embargo, los rusos piensan que lo sacrific¨® todo.
P. Los rusos tampoco le ten¨ªan mucha simpat¨ªa a Gorbachov¡
Rusia es una democracia fr¨¢gil, pero con elementos positivos. Las clases medias han aparecido (...) y hay un nivel educativo muy alto
R. No les gusta Gorbachov. Pero de Yeltsin, adem¨¢s, piensan que no tiene buenas maneras. No hice este libro para rehabilitarlos. Pero al escribirlo me he dado cuenta de lo que hab¨ªan aportado a la historia, valientemente, el uno y el otro.
P. ?Qu¨¦ impresi¨®n le transmiti¨® Yeltsin en los encuentros que tuvo con ¨¦l? ?Correspond¨ªa a la caricatura que de ¨¦l se hac¨ªa?
R. Me he encontrado con ¨¦l muchas veces; he seguido sus campa?as electorales en 1991 y en 1996. S¨ª, beb¨ªa. Pero no era un alcoh¨®lico. Beb¨ªa firmemente. Como ¨¦l sol¨ªa decir: ¡°En los Urales, bebemos¡±. Y ¨¦l era un hombre de los Urales. Pasternak dec¨ªa en Doctor Zhivago que los Urales son un lugar terrible, y es verdad, lo son. Pero al mismo tiempo era un hombre cercano al pueblo, que hablaba en nombre del pueblo. Lo que vimos fue a un hombre enfermo, ten¨ªa el coraz¨®n en un estado lamentable. No respond¨ªa a la caricatura. No era tan refinado como Gorbachov, que estaba m¨¢s occidentalizado. La mujer de Yeltsin s¨ª era una mujer refinada, inteligente.
P. Y Gorbachov, ?c¨®mo ha asumido que su popularidad en Occidente no fuera correspondida de puertas adentro?
R. Ha sido duro para ¨¦l. Est¨¢ amargado porque tiene la impresi¨®n de que no se ha comprendido lo que fue. Y ahora es un hombre que est¨¢ enfermo, ha tenido la mala suerte de perder a su mujer, no es un viudo feliz. Esto ha sido una gran desgracia, un aut¨¦ntico drama para ¨¦l. Raisa era la comunista de la pareja; era mucho m¨¢s dogm¨¢tica que ¨¦l. ?l se ha suavizado desde la muerte de ella. Ideol¨®gicamente ha evolucionado hacia la socialdemocracia.
P. ?Ha cambiado la percepci¨®n que de ¨¦l se tiene en Rusia con el paso del tiempo, o sigue teniendo mala imagen?
R. Tiene muy mala imagen. En el mejor de los casos, genera indiferencia. Es algo muy triste e injusto.
P. ?Considera usted que Rusia es hoy en d¨ªa una democracia?
A los rusos no les gusta Gorbachov y de Yeltsin piensan que no ten¨ªa buenas maneras
R. Institucionalmente, lo es, tiene todas las instituciones de la democracia. No hay que olvidar que todo esto pas¨® hace 25 a?os, ha habido tres generaciones de comunistas y una de poscomunistas. Es una democracia fr¨¢gil, en construcci¨®n, pero con elementos positivos. Las clases medias han aparecido; son el futuro. Tambi¨¦n hay un muy alto nivel de educaci¨®n entre los rusos, que no ha bajado. Y el tercer factor es que no se les puede contar cualquier cosa: hay 60 millones de hogares que est¨¢n conectados a Internet. No es como China.
P. Es un pa¨ªs afectado por la corrupci¨®n, en el que se asesina a periodistas, ?considera que hay libertad de prensa?
R. La corrupci¨®n es un factor espantoso, pero viene de lejos. El sistema comunista estaba incre¨ªblemente corrupto. Hay peri¨®dicos, la radio es una radio de verdad, est¨¢ Internet.
En Rusia Gorbachov produce indiferencia. Y eso es muy triste
P. Entonces, ?es m¨¢s democr¨¢tica de lo que se pueda pensar?
R. La democracia est¨¢ inacabada. Es verdad que Putin ha construido un poder fuerte. Se ha impuesto la idea de que en ocasiones el hombre fuerte es algo bueno. Es un gran debate para todas las sociedades, incluidas las que vivieron las revoluciones ¨¢rabes.
P. En las ¨²ltimas elecciones hubo denuncias de irregularidades.
R. Seguramente las hubo. Incluso en pa¨ªses altamente democr¨¢ticos como Francia, hay lugares en que los muertos votan, todo el mundo lo sabe. Lo cierto es que la sociedad rusa considera que Putin ha demostrado que Rusia existe y esa es su mayor baza. A pesar de que la econom¨ªa no va bien, los rusos ven que Rusia ha vuelto a la escena internacional.
P. Usted procede de una familia que vivi¨® lo duro que es el exilio y, adem¨¢s, forma parte del Observatorio Estad¨ªstico de la Emigraci¨®n y la Integraci¨®n en Francia. ?C¨®mo asiste al drama de los refugiados?
R. En cierto modo, en un primer momento tengo el reflejo que tuvo de Angela Merkel. No se puede rechazar a todos los que huyen de un sistema que amenaza sus libertades y sus vidas, hay que acogerles. El gran problema son las migraciones econ¨®micas. Es algo complicado y hay que conseguir planificarlas. Yo veo a gente durmiendo bajo los puentes y a m¨ª eso me pone enferma. Paso por la ma?ana, les llevo cruasanes, les llevo algo de dinero. Hace falta una planificaci¨®n europea en el tema de las migraciones. Es una tragedia en la que no se puede mirar hacia otro lado.
P. ?Cu¨¢l es su an¨¢lisis de la crisis que est¨¢ atravesando Europa?
R. La idea de Europa est¨¢ d¨¦bil. Es una tragedia, es una idea magn¨ªfica, la m¨¢s bella que hayamos podido ver, la respuesta m¨¢s bella al totalitarismo. Pienso que no hemos prestado atenci¨®n a las lecciones de la historia, no hemos escuchado la lecci¨®n europea. Hay un continente europeo, una civilizaci¨®n europea, hab¨ªa que seguir adelante y no lo hemos hecho, nos hemos ocupado de cuestiones burocr¨¢ticas y de peque?os intereses. Pero pienso que no todo est¨¢ perdido.
P. En Francia hay todo un debate en tono a la ortograf¨ªa. En su calidad de secretaria perpetua de la Academia francesa, ?cree que la lengua es algo tan delicado que casi es mejor no tocarla demasiado o hay que intervenir aunque eso cree problemas?
R. La lengua evoluciona sola, tiene una vida propia, no hay duda. No se puede acelerar ni frenar esa vida propia. No conozco pa¨ªs que sea m¨¢s sensible que Francia en las cuestiones de la lengua. No hay que decretar, hay que vigilar su evoluci¨®n, eso es lo interesante. Y no creer que las simples modas son cambios en la lengua.
P. Volviendo a Rusia y a su libro, usted describe en ¨¦l lo mucho que el mundo cambi¨® en apenas seis a?os. Pero, ?considera que ese mundo que se hundi¨® podr¨ªa regresar en alg¨²n otro momento hist¨®rico?
R. Ese mundo era, por un lado, ideol¨®gico. Creo que esa aventura ya no es posible en el espacio europeo. Pero pueden existir otras del mismo tipo en el mundo musulm¨¢n, por ejemplo. Hay una reflexi¨®n de los musulmanes modernistas, por una parte, y de los musulmanes wahab¨ªes, por otra, y existe entre ellos la esperanza de que se pueda dar una cierta unidad. El mundo europeo ha entendido las lecciones. Fue una ideolog¨ªa que fue impuesta por la fuerza. Todo el mundo tiene presente el n¨²mero de muertos. Hay gente que dice: fue una mala interpretaci¨®n del comunismo; una mala interpretaci¨®n en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y luego en China, y luego en Cuba¡ Esta idea se ha derrumbado en todas partes. En China es un modo de ejercer el poder que se acomoda a la econom¨ªa de mercado. Los pueblos no son tontos, el hombre ordinario no es tonto. La lecci¨®n de la historia ha sido terrible, no lo olvide.
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