El perro que desencaden¨® el esc¨¢ndalo presidencial surcoreano
Uno de los implicados admite que empez¨® a recopilar pruebas tras pelearse con la amiga de Park Geun-hye por un cachorro
El mayor esc¨¢ndalo por tr¨¢fico de influencias y corrupci¨®n en d¨¦cadas en Corea del Sur ha apartado de sus funciones a la presidenta Park Geun-hye. Algunas de las principales compa?¨ªas del pa¨ªs se encuentran bajo investigaci¨®n. El pa¨ªs se encuentra en un caos pol¨ªtico que amenaza con durar meses y los ciudadanos descubren con estupor hasta qu¨¦ punto la jefa de Estado se hab¨ªa puesto en manos de su confidente Choi Soon-sil, apodada ¡°la Rasputina surcoreana¡±. Y todo pudo comenzar, seg¨²n el testimonio de uno de los implicados, por una pelea sobre un perro.
Ko Young-tae, de 40 a?os, es un antiguo campe¨®n de esgrima. Musculoso y atractivo, las lenguas m¨¢s piadosas en Corea del Sur le describen como un amigo muy cercano de Choi, de 60; las lenguas viperinas le califican directamente de ¡°gigol¨®¡±. El niega que su relaci¨®n tuviera car¨¢cter sexual.
Pero la semana pasada, en una comparecencia sobre el caso ante la Asamblea Nacional, Ko revel¨® que empez¨® a recabar pruebas para revelar el esc¨¢ndalo en 2014. El detonante fue una pelea por un cachorro. "Choi me pidi¨® que cuidara del perro. Un d¨ªa sal¨ª a jugar al golf y ella se enfad¨® porque lo dej¨¦ solo en casa, as¨ª que terminamos discutiendo¡±, cont¨® el antiguo deportista, en declaraciones que publicaba el diario ¡°Korea Times¡±.
Para vengarse de Choi, entreg¨® a una emisora local pocos meses despu¨¦s todo el material que hab¨ªa recopilado, y que inclu¨ªa grabaciones de circuito cerrado de televisi¨®n en el que Choi trataba a los consejeros presidenciales como sus sirvientes.
Ko y Choi se hab¨ªan conocido en 2012, el a?o en que Park fue elegida presidenta. Entonces, Ko gestionaba una empresa de moda y, seg¨²n su versi¨®n, un amigo le pidi¨® que preparara unas muestras para una clienta misteriosa. La clienta result¨® ser Choi, que empez¨® a encargarle piezas para el vestuario de la jefa de Estado: entre 30 y 40 bolsos y un centenar de prendas.
Fue una ¨¦poca dorada para ¨¦l. Al saberse que vest¨ªa a la presidenta salt¨® a la fama y sus productos empezaron a verse muy demandados.
Pero la intensa amistad entre ambos empez¨® a deteriorarse dos a?os m¨¢s tarde, con la entrada en la vida de Choi de otra hombre, el director de anuncios publicitarios Cha Eun-taek. Despu¨¦s de la pelea sobre el perro ya nunca volvieron a recuperar la amistad: ¡°Me trataba como un esclavo¡±, explica Ko.
En octubre, el antiguo esgrimista concedi¨® una entrevista a un canal de televisi¨®n en la que denunciaba, entre otras cosas, que la actividad favorita de Choi era ¡°editar los discursos de la presidenta¡±. Ese mismo mes los medios surcoreanos encontraron un miniordenador que hab¨ªa pertenecido a la confidente presidencial y que revelaba hasta qu¨¦ punto la mujer, que nunca ha ocupado ning¨²n cargo p¨²blico, ten¨ªa acceso a documentos confidenciales e interven¨ªa en decisiones de pol¨ªtica de Estado. El esc¨¢ndalo de corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias estaba servido.
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