Brasil limita el gasto p¨²blico para los pr¨®ximos veinte a?os
La medida, el ajuste fiscal m¨¢s severo de la historia reciente, desata las protestas en el pa¨ªs
Brasil dio este martes luz verde al ajuste fiscal m¨¢s severo de su historia reciente: desde que se aprob¨® su actual constituci¨®n, en 1988, no se hab¨ªa visto una medida tan contundente como la que se hasta ahora se conoc¨ªa como la PEC 55; el objeto de las manifestaciones en las ¨²ltimas semanas y el proyecto estrella del Gobierno de Michel Temer: la reforma que rebaja dram¨¢ticamente el techo de los gastos p¨²blicos durante los pr¨®ximos 20 a?os. Esta enmienda a la constituci¨®n fue aprobada por el Senado por 53 votos -solo cuatro m¨¢s de los m¨ªnimamente requeridos para alterar la carta magna- y 16 en contra, tras un proceso de m¨¢s de mes y medio de pasos en falso y pol¨¦micas.
A partir del a?o que viene, las inversiones p¨²blicas quedar¨¢n limitadas durante cinco legislaturas: solo se podr¨¢n aumentar los gastos lo que aumente la inflaci¨®n. La considerable administraci¨®n brasile?a no podr¨¢ ni subir el sueldo a sus trabajadores, ni contratar funcionarios nuevos ni conceder incentivos fiscales si no se ci?e a sus objetivos. En las dos ¨¢reas m¨¢s sensibles, educaci¨®n y sanidad, este l¨ªmite solo entrar¨¢ en vigor en 2018, pero no por ello deja de suponer un cambio existencial en la Administraci¨®n brasile?a. Hasta ahora, su Constituci¨®n establec¨ªa un piso de gastos en estas materias, no un techo.
La corrupci¨®n paraliza al Gobierno
Lo apretado de la votaci¨®n es reflejo de una situaci¨®n cada vez m¨¢s innegable: el Gobierno de Michel Temer, que lleg¨® al poder en agosto solo despu¨¦s del impeachment a Dilma Rousseff, no tiene la autoridad calculada. Este Ejecutivo hab¨ªa intentado presentarse como uno de sensatez y responsabilidad fiscal, una medicina amarga pero necesaria para que el pa¨ªs salga de la grave crisis econ¨®mica que atraviesa. Pero desde entonces no ha sido capaz de evitar el torrente de acusaciones de corrupci¨®n que salpican a cada vez m¨¢s de sus miembros. As¨ª, ha llegado al d¨ªa de la votaci¨®n desgastado, con una popularidad de un 10% seg¨²n la ¨²ltima encuesta de Datafolha (cuando asumi¨® el poder, el Gobierno ten¨ªa una popularidad ya baja del 14%) y muchos senadores que ya hab¨ªan mostrado lealtad a la PEC 55 han aprovechado para escenificar su desacuerdo. ¡°Tampoco ten¨ªamos que ganar de penalti: no hemos ganado de 5 a 0 pero hemos ganado de 5 a 3. Lo importante es que hemos ganado¡±, se consolaba Romero Juc¨¢, el l¨ªder del Gobierno en el Congreso.
Antes de que se comenzara a votar, la min¨²scula bancada de la oposici¨®n ya avisaba que iba a recurrir el resultado al Tribunal Supremo. La verdad es que hasta ahora ninguno de los muchos intentos de llevar la cuesti¨®n al Tribunal Supremo ha llegado muy lejos, pero la izquierda insiste en que la nueva ley es inconstitucional. ¡°Es una insensatez: la Constituci¨®n ciudadana ha dejado de proteger a sus ciudadanos¡±, lamentaba Jorge Viana, del Partido de los Trabajadores.
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