Aumenta el nerviosismo ante la sorpresa de que el atacante siga huido
Los mercadillos de Navidad seguir¨¢n funcionando en Alemania con la excepci¨®n del que sufri¨® el ataque
En la Breitschadtplaz, la popular y tur¨ªstica plaza ubicada a los pies de la famosa Ged?chtniskirche y que fue escenario en la noche del lunes del peor ataque terrorista que haya vivido Alemania en los ¨²ltimos a?os, reina un silencio respetuoso. El lugar sigue vigilado por la polic¨ªa y nadie puede ver el lugar exacto donde un cami¨®n irrumpi¨® por un costado y atropell¨® mortalmente a 12 personas.
Una enorme valla de tela impide ver en su interior y un cord¨®n policial evita que los peatones se acerquen. La polic¨ªa es rigurosa y recomienda a los periodistas que hacen guardia en el lugar, que sean prudentes en el trabajo. ¡°Aqu¨ª hubo una matanza anoche y la prioridad es respetar el dolor de los familiares de las v¨ªctimas¡±, dice un agente, que no est¨¢ autorizado a dar m¨¢s informaci¨®n.
Todos los puestos y tenderetes del mercadillo de Navidad que no fueron destruidos por el cami¨®n, permanecieron cerrados. Nadie sabe cu¨¢ndo regresar¨¢ la normalidad, aunque el ministro del Interior, Thomas de Mazi¨¨re y sus colegas regionales acordaron que los mercadillos deb¨ªan seguir funcionando en todo el pa¨ªs, una recomendaci¨®n que fue aceptada por el resto de los mercadillos de Berl¨ªn, que abrieron sus puertas el martes.
El da?o causado en el de Breitschadplatz es enorme, y el pesar se refleja en el rostro de la gente que se acerc¨® el martes al lugar para hacerse una idea de la tragedia. Aunque algunas personas se dejaban fotografiar, la gran mayor¨ªa no ocultaba una mezcla de tristeza e indignaci¨®n.
La plaza donde se instala cada a?o el mercadillo se convirti¨® a lo largo de la jornada en un lugar de peregrinaci¨®n y tambi¨¦n en un in¨¦dito escenario donde la gente intercambiaba opiniones o se dejaban entrevistar por decenas de periodistas que han montado guardia en lugar.
Un tema recurrente fue la noticia que puso en duda que un joven refugiado pakistan¨ª de 23 a?os y que fue detenido en la noche del lunes, fuera el conductor del cami¨®n asesino. "?Y entonces qui¨¦n es el asesino?¡°, quiso saber Erich Schmidt, un obrero de la construcci¨®n que fue interrogado por la cadena de noticias NTV.
Nadie lo sabe. Y la idea de que el asesino se encuentre pr¨®fugo y posiblemente armado ha causado inquietud en la plaza. En la tarde del martes, varias decenas de personas caminaban por el lugar, que lucia un aspecto sombr¨ªo y casi siniestro a causa de la oscuridad y el frio. El ¨²nico lugar alumbrado era la capilla, donde tuvo lugar un servicio ecum¨¦nico destinado a honrar a las victimas.
El ambiente en la plaza era diferente cuando Berlin comenz¨® a vivir su primera jornada tras el atentado. Un mesero del restaurante Vapiano, que fue testigo a la distancia del atentado, resumi¨® la noche tr¨¢gica con una frase breve y categ¨®rica, que fue compartida por varias personas: "Escuch¨¦ gritos de la gente que ped¨ªa ayuda. Si el autor del atentado es un refugiado, como dice la prensa, entonces la responsable indirecta de la tragedia es la canciller Merkel, dijo el joven de 28 a?os que no quiso identificarse. ¡°?Cu¨¢ntos terroristas llegaron al pa¨ªs el a?o pasado disfrazados de refugiados gracias a ella?¡±.
La posibilidad de que el autor del ataque fuese un refugiado paquistan¨ª ¡ªcomo se pens¨® durante horas, hasta que el principal sospechoso fue liberado sin cargos¡ª contamin¨® el ambiente de la plaza con un pesado halo de xenofobia. S¨®lo comenz¨® a disiparse cuando el presidente de la polic¨ªa de Berln, Klaus Kandt, manifest¨® sus dudas sobre la verdadera autor¨ªa. "En realidad no es seguro que [el detenido] se trate del conductor", reconoci¨® ante la prensa. "No podemos confirmarlo", insisti¨®.
La confesi¨®n del polic¨ªa caus¨® alivio e inquietud entre los transe¨²ntes que se acercaron a la plaza. Poco antes de que se iniciara el servicio ecum¨¦nico en la capilla, varias decenas de personas que quer¨ªan ser testigos de la ceremonia religiosa preguntaban casi en voz alta sobre el paradero del fugitivo. "Un asesino anda suelto en la ciudad¡°, dijo Klaus M¨¹ller, un m¨¦dico que tiene su consulta a pocos metros del lugar. "Est¨¢ en marcha un gran operativo policial para capturarlo¡°, le respondi¨® un agente de la polic¨ªa, al admitir una medida que no fue hecha p¨²blica por las autoridades.
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