Trump dice en un tuit que Estados Unidos debe ¡°expandir su capacidad nuclear¡±

No est¨¢ claro qu¨¦ quiere decir exactamente Trump con ¡°capacidad nuclear¡±. La aparente improvisaci¨®n del mensaje y la falta de detalles en un asunto que es muy t¨¦cnico, aunque con profundas implicaciones para la paz mundial, no ayuda a aclararlo. Al magnate neoyorquino le gusta ser imprevisible: lo considera una virtud en los negocios y en la pol¨ªtica. Sembrar la confusi¨®n ha sido, voluntaria o involuntariamente, uno de sus m¨¦todos en el ascenso a la Casa Blanca.

Durante la Guerra Fr¨ªa se hablaba de la teor¨ªa del loco. Consist¨ªa en dar la impresi¨®n de que el presidente de EE UU era alguien inestable, capaz de lanzar la bomba at¨®mica, para forzar concesiones en el enemigo. Esta teor¨ªa se ha recuperado ahora para explicar el comportamiento de Trump.

La insinuaci¨®n de un posible aumento del arsenal nuclear romper¨ªa con la posici¨®n vigente de la primera potencia mundial sobre la no proliferaci¨®n. Dar¨ªa marcha atr¨¢s en el lento camino hacia el desarme. Y enviar¨ªa una se?al al mundo que pondr¨ªa en duda desde los acuerdos internacionales y podr¨ªa animar a pa¨ªses sin arma nuclear a obtenerla.

A partir del 20 de enero, cuando jure el cargo, Trump ser¨¢ responsable de los c¨®digos que le permitir¨¢n disparar un arsenal at¨®mico con una capacidad destructiva nunca usada. Su rival en las elecciones del 8 de noviembre, Hillary Clinton, avis¨® durante la campa?a del peligro que supon¨ªa colocar a un hombre del temperamento de Trump al alcance del llamado bot¨®n nuclear.

Las declaraciones de Trump en la campa?a ya anticiparon un cambio respecto a la pol¨ªtica que han mantenido las anteriores administraciones, dem¨®cratas y republicanas. El entonces candidato republicano dijo por ejemplo que EE UU podr¨ªa permitir que socios asi¨¢ticos como Jap¨®n y Corea del Sur se dotasen del arma nuclear. Se neg¨® a descartar la posibilidad de lanzar una bomba at¨®mica en Europa. Se pregunt¨®, en p¨²blico y el privado, por qu¨¦, si EE UU tiene armas nucleares, no debe ser el primero en usarlas, contra el ISIS (uno de los acr¨®nimos ingleses del Estado Isl¨¢mico) o contra otro enemigo.

En 1986, en v¨ªsperas del final de la Guerra Fr¨ªa, se estimaba que hab¨ªa 70.300 armas nucleares en el mundo, seg¨²n datos de la Federaci¨®n de Cient¨ªficos Americanos. A principios de 2016 hab¨ªa 15.350, seg¨²n la misma fuente. M¨¢s del 90% est¨¢n en manos de EE UU y Rusia, pa¨ªs al que Trump quiere aproximarse tras las tensiones en los a?os de Obama.

Trump public¨® su mensaje poco despu¨¦s de que el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, declarase la voluntad de reforzar "el potencial de combate de las fuerzas nucleares estrat¨¦gicas [de Rusia] sobre todo con equipos de misiles capaces de superar de forma garantizada los sistemas de defensa antimisiles existentes y los que pueden existir en perspectiva¡±.

El Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear, vigente desde 1970, establece que los pa¨ªses con armas nucleares deben esforzarse por desmantelarlas, los pa¨ªses sin armas deben abstenerse de adquirirlas y todos deben tener acceso al uso pac¨ªfico de la tecnolog¨ªa, seg¨²n el Departamento de Estado. En 2010 el presidente Barack Obama firm¨® con Rusia un tratado para reducir las cabezas nucleares a 1.550 en 2018.

Obama, que en un discurso al inicio de su mandato proclam¨® el objetivo de eliminar en el futuro las armas nucleares de la tierra, ha reducido el n¨²mero de cabezas ¡ªel explosivo que se coloca en el proyectil¡ª pero al mismo tiempo ha anunciado inversiones de miles de millones para modernizar el arsenal restante.

Cuando Trump habla de "reforzar y expandir" la capacidad nuclear, podr¨ªa referirse a estas inversiones, m¨¢s que aumentar el arsenal. Es una inc¨®gnita. Y esta incertidumbre ¡ªen un terreno en el que los anuncios se miden al mil¨ªmetro y las pol¨ªticas se modifican tras largos procesos de decisi¨®n¡ª es por s¨ª solo un mensaje al mundo sobre c¨®mo actuar¨¢ el presidente Donald J. Trump.