Temer intenta salvar el a?o con medidas para la clase media brasile?a
El presidente de Brasil anuncia un inesperado paquete de medidas econ¨®micas mientras su popularidad se desploma en las encuestas
Cuando Michel Temer lleg¨® a la presidencia de Brasil a finales de agosto, tras la destituci¨®n de Dilma Rousseff, se dibuj¨® ante el p¨²blico en dos trazos: como alternativa a la corrupci¨®n y como el hombre que sacar¨ªa al pa¨ªs de la crisis econ¨®mica. Unos cuatro meses despu¨¦s, la econom¨ªa sigue en punto muerto y la ¨²nica gran medida del nuevo gobierno ha sido imponer un techo a los gastos p¨²blicos durante los pr¨®ximos 20 a?os, algo que le ha ganado multitud de protestas callejeras. En el gobierno han dimitido hasta seis ministros afectados por diferentes casos de corrupci¨®n. El propio presidente ha sido mencionado por los ejecutivos de la multinacional Odebrecht, que han detallado a la polic¨ªa el sistema de sobornos con el que compraban legislaci¨®n favorable a sus planes. La ya an¨¦mica popularidad de Temer, del 14%, se ha desplomado al 8%. Y as¨ª, el jueves, apurando los ¨²ltimos d¨ªas de un a?o que para muchos ha sido desperdiciado, y cuando de lo que m¨¢s se habla en Brasilia es de su renuncia, Temer anunci¨® una inesperada serie de medidas.
Lo que Temer llam¨® ¡°paquete de bondades¡±, en v¨ªsperas de Navidad, se dirige sobre todo a la menguante clase media brasile?a. Una medida promete reducir dr¨¢sticamente los intereses de las tarjetas de cr¨¦dito. Otra, poner a disposici¨®n de unos 10 millones de personas los Fondos de Garant¨ªa de Tiempo de Servicio, dinero que una empresa debe dar al Gobierno por cada trabajador. Hasta ahora, los trabajadores pod¨ªan acceder a ¨¦l, pero solo si justificaban una serie de necesidades muy estrictas ¡ªjubilaci¨®n, enfermedad grave, compra de una casa¡ª: ahora, se podr¨¢ acceder libremente al dinero correspondiente a los empleos hasta diciembre de 2015. ¡°El 86% de las cuentas no supera el salario m¨ªnimo, pero podr¨¢ inyectar 30.000 millones de reales [9.100 millones de d¨®lares] a la econom¨ªa¡±, matiz¨® el propio Temer. Estas medidas entrar¨¢n en vigor en febrero de 2017.
El presidente, nunca ajeno a la poes¨ªa en sus intervenciones p¨²blicas, tambi¨¦n anunci¨® un ¡°regalo de Navidad¡± para los trabajadores en forma de propuesta de reforma laboral enviada al Congreso. Entre las ideas que ahora est¨¢n en manos del Congreso se encuentra la de que un mes laboral no sea solo de 220 horas: esto permitir¨¢ regular a los trabajadores que trabajan m¨¢s de ocho horas al d¨ªa, como los vigilantes. La nueva reforma tambi¨¦n abre la negociaci¨®n de cosas como el trabajo remoto, el pago por productividad y no por horarios o ampliar los contratos de trabajo temporal de 90 d¨ªas a 120 d¨ªas. ¡°Si nosotros hemos conseguido juntar a trabajadores y empresarios, ?por qu¨¦ no decir que a partir de estas Navidades logramos reunir a todos los brasile?os?¡±, sonri¨® el presidente.
Horas antes de su intervenci¨®n televisada, Temer hab¨ªa tenido que dar respuestas sobre su delicada situaci¨®n pol¨ªtica en un desayuno con la prensa en Brasilia. All¨ª se le interrog¨® sobre su renuncia al cargo, el tema central en los pasillos de las instituciones. Temer asegur¨® que no ten¨ªa intenci¨®n alguna de hacerlo. Tambi¨¦n se le pregunt¨® por las formas en las que las fuerzas pol¨ªticas del pa¨ªs conspiran para que deje el poder: la oposici¨®n ya ha pedido su impeachment, una pr¨¢ctica com¨²n en Brasil para acelerar el desgaste de los gobiernos, y el Tribunal Supremo estudia una demanda por la cual su presidencia est¨¢ invalidada porque ¨¦l solo est¨¢ ah¨ª por ser vicepresidente de Rousseff: su gobierno fue destituido con ella. Ante eso, Temer dej¨® la sonrisa y, por una vez, obvi¨® la poes¨ªa: ¡°No he pensado sobre eso¡±, contest¨®.
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