Zuma malgasta la herencia pol¨ªtica de Mandela
La mara?a de corrupci¨®n que rodea al presidente sudafricano corroe la hegemon¨ªa del Congreso Nacional Africano, por primera vez despu¨¦s del fin del apartheid
La indignaci¨®n ha sonado, por un d¨ªa, a aplauso. En un cine de Johannesburgo, Rehad Desai proyecta su nuevo documental El gigante se derrumba ante una sala atestada de j¨®venes. La pantalla ametralla al p¨²blico con escenas de la vida pol¨ªtica sudafricana de los ¨²ltimos a?os, disparando algunos de los destellos m¨¢s escabrosos del actual presidente, Jacob Zuma. Es una colecci¨®n de escenas arbitraria, tragic¨®mica, que transmite, sin embargo, el tambaleo del gigante: el Congreso Nacional Africano, con Zuma como protagonista y con todo un pa¨ªs removi¨¦ndose con ¨¦l. La sala, activa y reactiva, evoca la inquietud que se palpa en las calles y universidades. Algo ruge en Sud¨¢frica.
A sus 74 a?os, el irreductible presidente Zuma, se resiste a las cr¨ªticas cada vez m¨¢s agudas. Enmara?ado en una larga serie de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, los ciudadanos perciben que est¨¢ arrastrando a su partido, el CNA, el que llev¨® Nelson Mandela hasta la presidencia, a una grave crisis de credibilidad, y sus colegas creen que lo est¨¢ quebrando. El partido centenario recuerda este domingo su nacimiento en 1912.?"Este d¨ªa es similar al d¨ªa en el que los musulmanes van a la Meca. Ellos siempre van all¨ª, esta es nuestra Meca", ha se?alado Zuma en un mensaje publicado este s¨¢bado en el diario Mail & Guardian.
El CNA fue el estandarte de la lucha por la liberaci¨®n y el partido que ha llevado las riendas de la Sud¨¢frica democr¨¢tica desde el fin del apartheid, siempre con mayor¨ªa abrumadora. Pero el batacazo hist¨®rico en las elecciones municipales de agosto es un s¨ªntoma m¨¢s de su debilidad.
Con 783 cargos de corrupci¨®n pendientes con la Justicia, Zuma ha tenido que devolver este a?o 500.000 euros al Estado por orden del Tribunal Constitucional --dinero p¨²blico que se gast¨® de forma irregular renovando su mansi¨®n privada de Nkandla--. Adem¨¢s, un detallado informe de la Defensora del Pueblo revel¨® hace unas semanas sus relaciones de favor con la rica y poderosa familia Gupta. El documento, de 355 p¨¢ginas, se titula, expresivo, ¡°Estado de Captura¡±, refiri¨¦ndose al secuestro del pa¨ªs.
La verg¨¹enza ante tal alud de acusaciones ha inoculado la oposici¨®n dentro de su propio campo. Aunque Zuma ha sobrevivido a varias mociones de censura lanzadas desde otros partidos pol¨ªticos, la ¨²ltima, le ha llegado desde dentro. A finales de noviembre, figuras importantes del CNA le pusieron contra las cuerdas y pidieron su dimisi¨®n en la reuni¨®n del Comit¨¦ Nacional Ejecutivo. Tres ministros lideraron la contienda. Zuma sali¨® victorioso, otra vez. Pero los asaltos son cada vez m¨¢s cercanos y la guerra interna est¨¢ abiertamente declarada.
Los estudiantes en pie de guerra
Y mientras el a?o cierra en pleno desorden en la casa del CNA, el descontento burbujea en la desigual sociedad sudafricana. Las protestas han sido este 2016 otra vez protagonistas. Aunque las que ped¨ªan la dimisi¨®n del presidente fueron anecd¨®ticas al lado de la insurrecci¨®n estudiantil que est¨¢ revolucionando el panorama. Las manifestaciones, que estallaron en octubre en varias universidades del pa¨ªs --y que suceden a las de 2015, en la misma ¨¦poca-- llevan, detr¨¢s de su reclamaci¨®n para que la facultad sea gratis, un discurso m¨¢s complejo que pide un cambio de sistema educativo y social.
Los estudiantes piden un acceso real m¨¢s igualitario a la educaci¨®n superior y la ¡°descolonizaci¨®n de la universidad¡±, apunta Busisiwe Seabe una de sus portavoces. Es decir, un cambio curricular, en el contenido, que ¡°no representa el entorno y la naturaleza de la gente que lo recibe¡±. En la academia faltan referentes culturales e intelectuales m¨¢s pr¨®ximos:
¡°El ¨²nico logro despu¨¦s de 1994, es el derecho a votar y ver a nuestra gente sentada en el Parlamento y en posiciones influyentes, pero no vemos los efectos de tener a esas personas en esas posiciones¡±, reclama Seabe, una de las l¨ªderes estudiantil del movimiento por la universidad gratuita, mientras pasea por Witwatersrand (Wits), una de las universidades m¨¢s prestigiosas del continente. ¡°No deber¨ªa estar aqu¨ª¡±, dice. Busisiwe est¨¢ suspendida de la universidad por liderar las protestas. Las agitaciones estudiantiles surgieron de Wits y se propagaron a 16 de las 26 universidades de Sud¨¢frica, con un balance de casi 600 detenciones.
El verano ha llegado y ahora las movilizaciones se han apagado un poco. Aun as¨ª, un par de polic¨ªas armados se cruzan a su paso. Las masivas manifestaciones empujaron a la universidad a tomar una pol¨¦mica decisi¨®n: pedir a la polic¨ªa que entrara en el campus. Los enfrentamientos fueron violentos y los uniformados, a pesar de la calma que reina ahora en pleno fin de curso, se han quedado custodiando. ¡°Que la universidad haya usado la ley para poner toque de queda a los estudiantes, que muchos de nuestros l¨ªderes estudiantiles hayan sido detenidos y est¨¦n siendo juzgados en el comit¨¦ universitario, es un reflejo del sistema que se us¨® durante la era del apartheid.
Seabe habla de la falta de libertad de expresi¨®n que te¨®ricamente se nos concedi¨® despu¨¦s de 1994. Estamos viendo las leyes del apartheid resurgiendo en la sociedad, solo que con otra cara¡±, afirma la estudiante. ¡°Estamos viviendo en un estado post apartheid a¨²n segregado. Se han abolido las leyes que exist¨ªan para restringir a la gente de color, que aqu¨ª es la mayor¨ªa, pero a pesar de eso, el sistema nos desfavorece¡±.
La nueva generaci¨®n ya no mira a Mandela. ¡°Si Mandela hubiera luchado por la liberaci¨®n de este pa¨ªs no hubiera sacrificado la tierra, la salud, la educaci¨®n¡±, dice Seabe. Han recuperado en cambio a figuras como Steve Biko, l¨ªder estudiantil y fundador del Movimiento Conciencia Negra. No est¨¢n c¨®modos con esta Sud¨¢frica desequilibrada, corrupta y a¨²n presa, y consideran que ¡°completar la liberaci¨®n¡± es su ¡°obligaci¨®n generacional¡±.
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