?D¨®nde est¨¢n los negros de Argentina?
Asistimos a San Baltasar, la ¨²nica fiesta que mantiene viva a una etnia alterada por el mestizaje y devastada por las guerras en las que los hombres fueron carne de ca?¨®n
?Por qu¨¦ no hay negros en Argentina al contrario que en Brasil, Colombia o la vecina Uruguay? La ra¨ªces africanas del pa¨ªs austral permanecen ocultas para la mayor¨ªa de los ciudadanos, aunque diversos estudios sociol¨®gicos dan cuenta de que entre el 4% y 6% de la poblaci¨®n tienen componentes negros en su genes. Las epidemias y las guerras, que se llevaron a buena parte de los hombres negros, enviados al frente como carne de ca?¨®n, derivaron en un gran mestizaje que blanque¨® a una etnia que hasta el siglo XIX fue muy relevante. La ¨²nica fiesta creada y conservada por afrodescendientes hasta hoy es San Baltasar, celebrada en la provincia de Corrientes (a casi 1.000 kil¨®metros al norte de Buenos Aires) y en conmemoraci¨®n al rey de Arabia que el mundo occidental hizo famoso por la f¨¢bula de los Reyes Magos. EL PA?S particip¨® de este encuentro religioso que encuentra en el chamam¨¦ un factor de cohesi¨®n con el resto de las culturas.
"Festeja los 6 de Enero su funci¨®n San Baltasar, el santo m¨¢s candombero que se pueda imaginar. Por ser los de este santito la funci¨®n de los camb¨¢, ya armaron el bailecito los del barrio Camba Cu¨¢". La poes¨ªa del folclorista Osvaldo Sosa Cordero, fallecido en 1986, es el himno de un coqueto barrio de la ciudad de Corrientes, coraz¨®n del litoral argentino que ba?a las aguas de los r¨ªos Paran¨¢ y Uruguay. El idioma guaran¨ª -potente influencia en esta regi¨®n- bautiz¨® as¨ª al lugar para describir una cueva de negros, seg¨²n la traducci¨®n literal, o lo que hasta principios del siglo XX fue un suburbio de taperas y caser¨ªos que concentr¨® al m¨¢s importante reducto de afroamericanos de la provincia. Era un terru?o hostil, cruzado por dos arroyos y muy cerca del r¨ªo, aspectos que lo convierten en una zona inundable, incluso hoy, a pesar del entubamiento de los canales. Hace 200 a?os que all¨ª se celebra la fiesta de San Baltasar, el rey mago negro.
Las se?ales de esa presencia pueden reducirse a la casa de los Molina, llamada as¨ª por ser la vivienda de Raimundo Molina, un hacendado espa?ol que ten¨ªa un gran n¨²mero de esclavos. La antrop¨®loga Mar¨ªa Bel¨¦n Zaninovich es quien estudi¨® la vivienda, ya en tiempos modernos. ¡°Hall¨¦ unas pipas angulares que se encuentran desde norteam¨¦rica hasta Argentina, difieren de las que usaban los pueblos originarios y en Brasil reciben el nombre de cachimbos. Est¨¢ en estudio el simbolismo de esas piezas que dan cuenta de que hubo cultura africana, como la cruz de Congo, impresiones de hierbas y rostros¡±, explic¨® Zaninovich a EL PA?S.
¡°La piel es uno de los rasgos que mas r¨¢pido se blanquea, pero hay que mirar los cabellos encrespados -que los guaran¨ªes llaman capicha¨ª- y los l¨®bulos de las orejas para reconocer la herencia negra en Corrientes¡±, advierte la antrop¨®loga. Osvaldo Caballero se pasea por el barrio vestido de rojo y amarillo, los colores del santo, que tambi¨¦n usan la loter¨ªa de la provincia y Boca Unidos, uno de los clubes de f¨²tbol m¨¢s populares. El hombre no es negro, pero responde a las se?as que referencia Zaninovich. ¡°Mi apellido es muy com¨²n en Paraguay. En 1820, cuando Artigas deja Uruguay, se va a Paraguay cruzando por Argentina, con unos 40 negros. Una de ellas era mi abuela. Corrientes se ha blanqueado y si te preguntas por qu¨¦, pens¨¢ que todo el mundo se enorgullece cuando desciende de alemanes o franceses pero nadie quiere decir que vienen de los esclavos negros, porque eso no les da status. Es por eso que la negritud es muy escondida¡±, cuenta el hombre.
Caballero fue quien llev¨® la fiesta al parque a partir de 1994, para que todos lleven sus figuras a un altar improvisado, aunque algunos vecinos de Camba Cu¨¢ -hoy un coqueto barrio de chalets y seguridad privada- conservan en su intimidad im¨¢genes del santo que datan de m¨¢s de dos siglos de antig¨¹edad. Sus custodios, reunidos en la cofrad¨ªa de San Baltasar, abren sus puertas todos los 6 de enero para que la cuerda de tambores entre a las casas y rindan homenaje a los particulares santuarios en los que tambi¨¦n hay lugar para el Gauchito Gil (quien era devoto del santo negro), la virgen de Itat¨ª y hasta San la Muerte.
Juliana Rodr¨ªguez tiene 71 a?os y cada enero arma el santuario con la figura m¨¢s antigua de todo el barrio, que ya tiene 260 a?os. La mujer hered¨® la imagen de su t¨ªa, quien la preserv¨® durante 2 d¨¦cadas, cuando las fiestas populares estuvieron prohibidas durante la dictadura militar. ¡°Mi bisabuelo era un negro brasile?o que desert¨® de la guerra contra el Paraguay y se vino a Corrientes¡±, explica la mujer a este diario. La imagen, una estatuilla de unos 20 cent¨ªmetros hecha con madera de nogal, viaj¨® de Brasil a Corrientes, de all¨ª a Buenos Aires y en 1982 ya se instal¨® en Camba Cu¨¢. La casa de los Rodr¨ªguez est¨¢ en pleno festejo cuando llega EL PA?S: Juliana y su esposo Miguel celebran su 48? aniversario de casados, una gracia que tambi¨¦n le atribuyen al santo.
El historiador Felipe Pigna coincide en que las causas que terminaron con los negros en Argentina hay que buscarlas en la utilizaci¨®n de la poblaci¨®n masculina como ¡°carne de ca?¨®n¡± en las guerras de Independencia, las civiles que vinieron luego y, por ¨²ltimo, la ofensiva contra Paraguay (1865-1871), a las que se sumaron las epidemias de c¨®lera (1861) y de fiebre amarilla (1871) que provocaron gran mortandad entre los m¨¢s pobres, incluidos los afroargentinos. ¡°Pero, adem¨¢s, la natalidad era muy baja, incluso en comparaci¨®n con otras sociedades latinoamericanas. Los amos evitaban a toda costa el casamiento de un esclavo, al igual que el embarazo de una esclava, con el argumento de que esto le imped¨ªa prestar todos los servicios para que fue comprada, adem¨¢s del riesgo de morir en un mal parto¡±, asume. El mestizaje hizo el resto.
El otro epicentro del festejo es la ciudad de Empedrado (distante a 50 kil¨®metros de Corrientes capital) donde todav¨ªa se conserva el hist¨®rico y ¨²nico tambor de dos parches con el que se toca la charanda o zemba, el ritmo t¨ªpico de esta fiesta y ¨²nico estilo afroargentino. Mide 1,13 metros de largo, est¨¢ realizado en una sola pieza de tronco ahuecado y sus dos bocas se hallan cubiertas con parches de perro o chivo, sin pelo. Pero cuando el candombe o la charanda termina, surge el ritmo t¨ªpico del litoral, ese que amalgama a toda alma festiva de Argentina: el chamam¨¦.
Norberto Pablo Cirio tambi¨¦n es antrop¨®logo, trabaja en el Instituto nacional de musicolog¨ªa y estudia el fen¨®meno de San Baltasar desde hace 30 a?os. Opina que entender la celebraci¨®n como ¡°la fiesta de negros sin negros es inexacta y lleva a estereotipos de muchos a?os donde se presenta la cuesti¨®n en forma dicot¨®mica y se deja de lado el mestizaje que es lo que fecund¨® America Latina¡±. ¡°El chamam¨¦ es la m¨²sica que los correntinos reconocen como distintiva pero hace algunos a?os la clase alta correntina no quer¨ªa saber nada con ese ritmo. En este festejo se le agrega tambora, se lo africaniza, en lo que es otro proceso de apropiaci¨®n cultural¡±, agrega. Los negros de Argentina cambiaron su piel pero existen en toda aquella alma que decide vencer prejuicios y ataduras para, simplemente, soltarse a bailar al ritmo de los tambores.
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