Un nieto robado por la dictadura argentina gana el derecho a mantener el apellido de sus apropiadores
Abuelas de Plaza de Mayo considera que el fallo judicial legaliza la falsificaci¨®n del acta de nacimiento y es una "afrenta a la memoria"
El 27 de febrero de 1978, Liliana Carmen Pereyra dio a luz a un var¨®n en el mayor centro clandestino de detenci¨®n de la dictadura argentina, la Escuela Superior de Mec¨¢nica de la Armada. Madre e hijo estuvieron juntos alrededor de diez d¨ªas. A Lali, de 21 a?os, se la llevaron los marinos de Mar del Plata y estuvo desaparecida hasta 1985, cuando sus restos fueron identificados en el cementerio de esa ciudad costera argentina. El beb¨¦ fue entregado, con un acta de nacimiento falsa, al matrimonio formado por Jos¨¦ Ernesto Bacca y Cristina Mari?elarena. El hijo de Pereyra y Eduardo Alberto Cagnola fue buscado infatigablemente por sus familiares, al igual que los cerca de otros 500 ni?os que fueron v¨ªctimas del plan sistem¨¢tico de secuestro y apropaci¨®n de la ¨²ltima dictadura (1976-1983). La b¨²squeda concluy¨® en 2008, cuando un an¨¢lisis de ADN revel¨® que Hilario Bacca era en realidad Federico Cagnola Pereyra, el nieto 95. Sus abuelas Jorgelina y Nilda lloraron, rieron y se abrazaron ese d¨ªa, que definieron como el m¨¢s feliz de sus vidas. Despu¨¦s, Bacca y Mari?elarena fueron juzgados y condenados a seis a?os de prisi¨®n por los delitos de "retenci¨®n, ocultamiento y supresi¨®n de identidad". Pero el hijo biol¨®gico de Cagnola y Pereyra quiere mantener el nombre y el apellido con los que creci¨® y por primera vez un tribunal acaba de conceder este derecho a un nieto recuperado. El fallo judicial, que puede ser apelado, ha abierto un debate in¨¦dito en Argentina sobre la identidad.
"Soy Hilario Bacca", responde sin dudar ni un instante. A punto de cumplir 39 a?os, considera que la sentencia judicial es "un granito de arena" en su firme prop¨®sito de mantener el nombre y el apellido con los que se siente identificado. En di¨¢logo con EL PA?S, Bacca recuerda que en casa le dijeron que era adoptado cuando ten¨ªa cuatro o cinco a?os. Asumi¨® la noticia con naturalidad, bromeaba con un amigo adoptado sobre el tema y su hermana se mostraba celosa y dec¨ªa que a ¨¦l le quer¨ªan m¨¢s porque era "hijo del coraz¨®n". Asegura que Bacca y Mari?elarena lo animaron a buscar a su familia biol¨®gica, pero ¨¦l nunca les hizo caso porque no le interesaba. Tampoco quiso someterse a un an¨¢lisis de ADN cuando se mud¨® desde la localidad bonaerense de Arrecife hasta la capital argentina para estudiar y fue localizado por la agrupaci¨®n Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.). "En el caso de que me diera positivo iba a encontrarme con una historia de muerte, de terror, de desapariciones, de torturas. ?Para qu¨¦ ir a buscar tanto dolor?", se pregunta en voz alta. Ante su negativa, un juez orden¨® allanar su domicilio y hacerle el an¨¢lisis a la fuerza, que confirm¨® que era hijo de desaparecidos.
"El fin que persigue Abuelas de Plaza de Mayo como asociaci¨®n ya termin¨®. Yo aparec¨ª y s¨¦ la verdad, mis padres han sido condenados. Ya lo dem¨¢s es un exceso, porque se trata de un derecho personal¨ªsimo. Si quiero cambiarme de g¨¦nero est¨¢ habilitado, pero ?mantener el nombre y el apellido no? Lo siento como un acto discriminatorio contra mi persona", sostiene Bacca. "Internamente me da mucha felicidad que la justicia haya entendido que el pedido tiene que ver conmigo. Estoy en contra de los que pas¨® en Argentina, pero quiero mirar al futuro", contin¨²a.
Para Abuelas de Plaza de Mayo, el fallo judicial "vulnera los derechos de los familiares de los desaparecidos Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola y constituye una afrenta a su memoria". Adem¨¢s, desde el organismo destacan que hubo una falsificaci¨®n de la partida de nacimiento y eso constituye un delito que no se puede legalizar. "Alrededor del 30% de los beb¨¦s no tuvieron partidas de nacimiento falsas sino que fueron entregados en adopci¨®n. Esos nietos, en algunos casos han anulado las adopciones y en otros no. Pero en este caso no hubo adopci¨®n y los padres han sido condenados por el delito de retenci¨®n y ocultamiento de un menor", se?alan. Abuelas considera que el nieto puede "mantener la relaci¨®n con los apropiadores", pero no conservar un nombre que fue falsificado.
"Ya estamos grandes y tenemos derecho a decidir. Esto no lo hago solo por m¨ª, sino tambi¨¦n por los 400 nietos que faltan. Hasta que no les brindemos m¨¢s derechos, una vida com¨²n y corriente, nadie va a ir a buscarse. Los que la pasaron bien, los que no tenemos trauma ser¨ªamos muy desagradecidos de la vida si lo hici¨¦ramos", opina Bacca. Abuelas, por el contrario, estudia apelar el fallo al entender que podr¨ªa sentar un antecedente negativo para el futuro. "Abre un sendero que deja a la libre voluntad de cada nieto recuperar su apellido biol¨®gico. Si el Estado no empuja y acompa?a, se les hace muy dif¨ªcil a muchos nietos tomar esa decisi¨®n porque supone una ruptura con la familia", afirman desde el organismo. Con el fallo "se pretende legalizar el despojo que sus padres sufrieron a manos del terrorismo de Estado y de los apropiadores Bacca y Mari?elarena", agregan. El debate seguir¨¢ en los tribunales.
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