De regreso
La normalizaci¨®n de lo excepcional es una importante caracter¨ªstica de este tiempo
Pas¨¦ m¨¢s de seis meses sin escribir mi columna de los domingos. La suspend¨ª temporalmente para dedicarme a terminar un libro y una serie de televisi¨®n en los cuales he estado trabajando desde hace un par de a?os. Concluida la tarea, aqu¨ª estoy, de regreso.
Durante esos meses, fueron muchas las veces en que me sent¨ª tentado a reaccionar por escrito ante los muchos eventos ins¨®litos con los que nos ha sorprendido el mundo. De la desconcertante llegada de Donald Trump a la presidencia de los EE UU (que no vi venir), a las cruentas masacres en Siria, y de la derrota de importantes referendos en el Reino Unido, Colombia e Italia a la intromisi¨®n de Rusia en las presidenciales norteamericanas. Y, por supuesto, la gran ansiedad populista. Me refiero al creciente temor de que en un pa¨ªs tras otro lleguen al poder individuos y grupos pol¨ªticos que intenten, o logren, reemplazar el defectuoso orden pol¨ªtico, social y econ¨®mico de su pa¨ªs por un esquema que termina siendo a¨²n peor.
Pero quiz¨¢s lo m¨¢s interesante ¡ªy lo m¨¢s peligroso ¨C que est¨¢ pasando es la frecuencia con la cual acontecimientos in¨¦ditos y situaciones excepcionales se han vuelto comunes. La normalizaci¨®n de lo excepcional es una importante caracter¨ªstica de este tiempo. Se ha hecho normal, por ejemplo, que sucesos absolutamente irrelevantes reciban m¨¢s atenci¨®n que otros de gran importancia para el mundo. El pasado 13 de diciembre, por ejemplo, el noticiero estelar de la cadena de televisi¨®n estadounidense ABC incluy¨® la noticia de que el presidente electo, Donald Trump, se hab¨ªa reunido ese d¨ªa con el rapero Kanye West, esposo de la muy famosa Kim Kardashian. ?El tema de la reuni¨®n? ¡°Asuntos multiculturales¡±, seg¨²n un tuit del se?or West. ¡°La vida¡±, seg¨²n dijo Trump.
Ese mismo d¨ªa hab¨ªa tomado posesi¨®n de su cargo el nuevo secretario general de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, el portugu¨¦s Antonio Guterres, evento que no fue de mayor inter¨¦s para los medios. La ONU no tiene muy buena reputaci¨®n, pero sin duda lo que all¨ª pasa tiene m¨¢s importancia para todos nosotros que la visita de Kanye West a Donald Trump.
Esta preferencia de los medios por recoger lo popular, lo sensacional y lo divertido m¨¢s que lo importante y aburrido no es nueva. Pero en los ¨²ltimos tiempos esta tendencia ha llegado a su m¨¢xima expresi¨®n. La mejor evidencia de ello es la popularizaci¨®n de las ¡°noticias falsas¡±. Estas son ¡°noticias¡± totalmente inventadas o tergiversaciones de hechos reales que sus creadores ponen a circular a trav¨¦s de las redes sociales. Para muchos, Facebook o Twitter se han constituido en la principal, cuando no la ¨²nica, fuente de informaci¨®n. El portal BuzzFeed, encontr¨® que en los ¨²ltimos tres meses de la campa?a electoral de EE UU, las 20 noticias falsas m¨¢s populares en?Facebook fueron m¨¢s vistas, recomendadas y reproducidas que las 20 noticias ver¨ªdicas m¨¢s importantes publicadas por los medios tradicionales de mayor renombre, como el New York Times?o el Washington Post.
Los titulares de algunas de las noticias falsas que m¨¢s circularon fueron: ¡°El papa Francisco apoya a Donald Trump¡±, ¡°Hillary vendi¨® armas al ISIS¡±, ¡°Hallado muerto un agente del FBI sospechoso de haber filtrado informaci¨®n cr¨ªtica contra Hillary Clinton¡±.
Aceptar la mendacidad como un elemento m¨¢s del estilo personal y constante de un l¨ªder pol¨ªtico no era normal. Ahora lo es
Uno de los aspectos m¨¢s graves de todo esto es la normalizaci¨®n de la mentira. Antes como candidato y ahora como presidente electo, Donald Trump se ha caracterizado por inventar hechos, falsear datos y, m¨¢s directamente, mentir. Todos los pol¨ªticos suelen a exagerar, distorsionar y, en algunos casos extremos, son propensos a mentir con desfachatez. Pero aceptar la mendacidad como un elemento m¨¢s del estilo personal y constante de un l¨ªder pol¨ªtico no era normal. Ahora lo es.?
Pero de todas las situaciones excepcionales que ya tratamos como ¡°normales¡±, no hay ninguna m¨¢s amenazante que el calentamiento global. El 2016 fue el a?o m¨¢s caliente desde 1880. El r¨¦cord anterior lo ten¨ªa el 2015. Y antes el 2014. Los diez a?os m¨¢s calientes de la historia han ocurrido despu¨¦s de 1998. As¨ª, se ha hecho normal que, cada a?o, la temperatura media de la superficie del planeta sea la m¨¢s alta hasta ahora. De hecho, esta normalizaci¨®n del cambio clim¨¢tico ha llegado hasta el punto de que la desaparici¨®n de enormes superficies de hielo polar no causa mayor conmoci¨®n en la opini¨®n p¨²blica. Por ejemplo, en los mismos d¨ªas en que Kanye West se reuni¨® con Donald Trump, los cient¨ªficos anunciaron que la capa de hielo polar se hab¨ªa reducido en un tama?o equivalente a la superficie de la India.
Una de las personas que no est¨¢ alarmada por estas transformaciones es Donald Trump. El presidente electo de Estados Unidos, negando la evidencia cient¨ªfica, ha dicho que el cambio clim¨¢tico es un fraude del Gobierno chino para perjudicar a su pa¨ªs. Antes, despreciar la ciencia no era ni aceptable, ni normal. Ya no es as¨ª.
La normalizaci¨®n de lo excepcional nos amenaza a todos.
Le invito a seguirme en Twitter: @moisesnaim
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