Obama, un expresidente que promete ser combativo
Se mantendr¨¢ al margen del d¨ªa a d¨ªa pero no descarta alzar su voz cuando lo considere necesario
Barack Obama deber¨¢ buscar a partir del viernes su lugar como el 44? expresidente, el quinto vivo, de Estados Unidos. No ser¨¢ f¨¢cil. El dem¨®crata promete mantenerse al margen del d¨ªa a d¨ªa de la presidencia del republicano Donald Trump, pero ha avisado de que alzar¨¢ la voz cuando lo crea necesario ante la amenaza de que su legado sea dilapidado. Sus prioridades fuera de la Casa Blanca ser¨¢n impulsar iniciativas de apoyo a los j¨®venes, especialmente negros, y asesorar al Partido Dem¨®crata.
¡°No me voy a detener. Estar¨¦ all¨ª con vosotros como un ciudadano¡±, dijo Obama, el martes, en su discurso de despedida en Chicago. Promete recuperar el esp¨ªritu que le anim¨® como trabajador comunitario en las calles de Chicago, su cuna pol¨ªtica, y que lo catapult¨® hasta el Despacho Oval. ¡°Ayudar a los j¨®venes a tener una educaci¨®n, a lograr un trabajo y tratar de traer negocios a barrios: ese es el tipo de trabajo que realmente me encanta hacer¡±, explic¨® hace un a?o y medio al analizar sus planes de futuro.
Antes Obama se sumergir¨¢ en un periodo de introspecci¨®n y desconexi¨®n. Seguir¨¢ viviendo al menos un a?o y medio en Washington hasta que su hija menor termine sus estudios. Sus objetivos inmediatos: dormir, irse de vacaciones con su esposa, Michelle, pensar en su siguiente libro y reflexionar. ¡°Tengo que estar callado un tiempo, sosegarme¡±, dijo en una entrevista el pasado diciembre.¡°Tienes que volver a conectar con tu centro y procesar lo que ha sucedido antes de empezar a tomar un pu?ado de buenas decisiones¡±.
Obama ser¨¢ un expresidente joven. Tiene 55 a?os, uno m¨¢s que Bill Clinton cuando abandon¨® la Casa Blanca y 15 menos que Trump. Es relativamente popular: su aprobaci¨®n ciudadana ronda el 55%, frente al 37% de su sucesor. Su capital pol¨ªtico sobrevive pese al rupturismo que conlleva la victoria de Trump, que cuestiona todas sus medidas estrella. Ambos se enfrentaron en campa?a. Y, pese a las buenas intenciones iniciales, no han logrado evitar las cr¨ªticas veladas ni la confrontaci¨®n durante los dos meses y medio de transici¨®n.
La heterodoxia ideol¨®gica y la ret¨®rica agresiva de Trump marcan una ruptura con Obama, en el fondo y las formas. Preocupado por blindar su herencia legislativa y reconstruir el Partido Dem¨®crata. Desorientados tras la derrota de Hillary Clinton, los dem¨®cratas han visto evaporarse buena parte de su poder regional durante la presidencia de Obama.
¡°No me sorprender¨ªa que haya un intervalo decente de tiempo antes de que critique p¨²blicamente a su sucesor. Pero no puede quedarse quieto y mirar c¨®mo su legado es destruido¡±, escribe en un correo George C. Edwards, profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad Texas A&M.
Edwards, experto en historia presidencial, cree que Obama ser¨¢ un exmandatario activo, como los dem¨®cratas Bill Clinton o Jimmy Carter. Ambos han impulsado organizaciones filantr¨®picas y han mantenido una presencia p¨²blica como conferenciantes o mediadores internacionales. ¡°Anticipo que prestar¨¢ especial atenci¨®n a asuntos de sanidad, derechos civiles, protecci¨®n medioambiental e inmigraci¨®n¡±, sostiene.
El golf, el baloncesto y la universidad
No es un secreto que Barack Obama es un apasionado del golf y no hay duda de que seguir¨¢ practic¨¢ndolo. Pero existe un debate sobre d¨®nde jugar¨¢. Seg¨²n el diario The Washington Post, la c¨²pula, de mayor¨ªa jud¨ªa, de un exclusivo club de golf a las afueras de la ciudad est¨¢ dividida sobre si ofrecer un carn¨¦ de socio al presidente en protesta por su pol¨ªtica respecto a Israel.
Tambi¨¦n se especula si cumplir¨¢ su deseo de ser propietario de un equipo de baloncesto de la NBA, otra de sus pasiones. ¡°He fantaseado sobre poder juntar un equipo y lo divertido que ser¨ªa¡±, dijo el a?o pasado.
O si volver¨¢ alg¨²n d¨ªa a ser profesor de Derecho, el trabajo que ejerc¨ªa en la Universidad de Chicago. La Universidad de Columbia, donde estudi¨® Ciencias Pol¨ªticas, es la que m¨¢s ha alimentado las elucubraciones. En 2015, el presidente de la universidad dijo que esperaba ¡°dar la bienvenida de nuevo a nuestro exalumno m¨¢s famoso¡ en 2017¡±. Pero fue en Harvard donde se gradu¨® en Derecho.
¡°Creo que se involucrar¨¢ en c¨®mo conectar m¨¢s a la gente con sus comunidades¡±, dice por tel¨¦fono Michele Jawando, vicepresidenta del Center for American Progress, un think tank de la ¨®rbita dem¨®crata.
Como todos los exmandatarios recientes, Obama impulsa una fundaci¨®n y la construcci¨®n de un centro de estudios, en Chicago. Le servir¨¢ para tratar de defender su presidencia ante el juicio de la historia, una obsesi¨®n de todo exmandatario, y promover su agenda. Tambi¨¦n cobrar¨¢ de por vida una pensi¨®n de 205.000 d¨®lares anuales, la mitad del sueldo presidencial, y recibir¨¢ asistencia sanitaria y la protecci¨®n del servicio secreto.
¡°Respecto a mis prioridades, est¨¢ construir esa pr¨®xima generaci¨®n de liderazgo. Veintea?eros y treinta?eros, llenos de talento e idealismo¡±, explic¨® en la entrevista de diciembre. ¡°?C¨®mo les damos las herramientas para propiciar un cambio progresista? Quiero usar mi centro presidencial como un mecanismo para desarrollar la nueva generaci¨®n de talento¡±.
El primer presidente negro del pa¨ªs tambi¨¦n ha revelado que estar¨¢ involucrado el resto de su vida en ayudar a los j¨®venes afroamericanos, y en reducir las desigualdades sociales.
Obama elogi¨® la transici¨®n con su predecesor, el republicano George W. Bush, que ha evitado criticarle y le ha acompa?ado en actos de especial simbolismo para el presidente, como la conmemoraci¨®n de la marcha de los derechos civiles en Selma. Igual que Trump con ¨¦l, Obama quiso desmantelar el n¨²cleo del legado de Bush. Pero la experta Jawando esgrime que, a diferencia de ahora, entonces hab¨ªa un intercambio de ideas y no solo un rechazo frontal.
Es dif¨ªcil vaticinar si Obama participar¨¢ alg¨²n d¨ªa en un acto con el presidente Trump. Ya ha avanzado que puede que en uno o dos a?os se sienta obligado a criticar al republicano si ve en riesgo alg¨²n ¡°fundamento de nuestra democracia¡±. ¡°Soy a¨²n un ciudadano, y eso conlleva sus deberes y obligaciones¡±, dijo en diciembre.
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