Interpol, rinocerontes y ratas
Los cr¨ªmenes ambientales deben ser tratados como crimen organizado
Reforzar y afinar las capacidades operativas de Interpol, en general, es importante. Varios pa¨ªses latinoamericanos, por ejemplo, vienen activando sus sistemas de justicia para investigar los sobornos a funcionarios corruptos en m¨¢s de 12 pa¨ªses por poderosas empresas constructoras brasileras. Hay pocos pr¨®fugos, pero los hay. Resultados prontos y eficaces para capturarlos y ponerlos a disposici¨®n de la justicia nacional depender¨¢n, en mucho, de la cooperaci¨®n y acci¨®n de una Interpol cuya agenda hoy se diversifica.
No exist¨ªa Interpol en el siglo XIX y, en cualquier caso, a nadie se le habr¨ªa ocurrido que algo tan normal como la cacer¨ªa de animales silvestres por m¨ªticos exploradores europeos en el ?frica deb¨ªa ser materia de una polic¨ªa internacional. En tiempos de Cecil Rhodes o de otros europeos muy activos en la colonizaci¨®n africana, cazar elefantes o rinocerontes era parte de su agenda. Livingstone, dicen, era cuidadoso: no cazaba animales hembras.
En tiempos recientes ya no es cuesti¨®n de exploradores o aventureros ni de cacer¨ªa a secas, que sigue existiendo y da lugar a autocomplacientes fotograf¨ªas de algunos con la bestia yaciente. Que producen esc¨¢ndalo a veces m¨¢s por la identidad del cazador que por una condena a la cacer¨ªa per se. La materia en la que tiene que ver Interpol es cuando la cacer¨ªa es un eslab¨®n del crimen organizado.
?Crimen organizado? En tiempos recientes las sociedades sufren los cataclismos de la corrupci¨®n, como la que se viene destapando en varios pa¨ªses latinoamericanos a prop¨®sito de Odebrecht y otras constructoras. Que se suma al crimen organizado dirige delitos como el tr¨¢fico de drogas il¨ªcitas, de personas y de armas. Con ese tel¨®n de fondo parecer¨ªa nimio ponerse a pensar en rinocerontes o elefantes.
No es as¨ª; las caras del crimen organizado son variadas y debe ser atacado en sus diversas manifestaciones. El tr¨¢fico de especies en peligro de extinci¨®n, y lo que podr¨ªamos llamar cr¨ªmenes ambientales, erosiona hoy soberan¨ªas y sustenta una de las modalidades m¨¢s din¨¢micas del crimen organizado contempor¨¢neo. El kilo de cuerno de rinoceronte se vende ilegalmente a 60.000 d¨®lares; m¨¢s caro ¡ªy m¨¢s rentable¡ª que el oro o la coca¨ªna.
La magnitud y repercusiones de lo que Interpol llama cr¨ªmenes ambientales supera los 250.000 millones de d¨®lares anuales. S¨®lo el tr¨¢fico de especies en peligro de extinci¨®n, 20.000 millones anuales; en los ¨²ltimos 10 a?os se ha producido la mayor ca¨ªda en la poblaci¨®n de elefantes: a 415.000, lo que viene a ser 100.000 menos que hace una d¨¦cada.
Ha habido algunas respuestas de la comunidad internacional para poner coto a ciertas pr¨¢cticas. Desde hace m¨¢s de 40 a?os est¨¢ vigente la Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, conocida como CITES. Si bien sus dientes son un tanto romos, es una herramienta ¨²til cuando se vigoriza la decisi¨®n pol¨ªtica de los Estados. Con 183 Estados partes, es uno de los tratados globales con m¨¢s componentes, por lo que deber¨ªa ser, cada vez m¨¢s, una herramienta ¨²til. Pero eso no basta.
La semana pasada la Interpol hizo en Lyon un anuncio muy importante: que pondr¨¢ recursos y atenci¨®n en desmantelar las redes criminales y de corrupci¨®n entre ?frica y Asia de tr¨¢fico de marfil, cuernos de rinocerontes y felinos africanos. China ¡ªel mayor consumidor¡ª anunci¨® hace algunos meses la prohibici¨®n total de la importaci¨®n de marfil. Parece que se est¨¢n dando los primeros pasos para la efectiva persecuci¨®n y sanci¨®n de pr¨¢cticas que hasta algunas d¨¦cadas eran perfectamente legales y leg¨ªtimas.
El secretario general de Interpol, Jurgen Stock, fue muy claro la semana pasada en que estas redes de muerte y tr¨¢fico son ¡ªy deben ser tratadas¡ª como crimen organizado. Por eso, mientras la agencia hace lo suyo para capturar a funcionarios o exfuncionarios latinoamericanos pr¨®fugos sindicados por su involucramiento en el esc¨¢ndalo de las propinas de las constructoras brasileras, esperemos logre poner en marcha un sistema de control frente a cr¨ªmenes ambientales que tienen magnitudes a¨²n mayores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.