?Bienvenido, Mister Tillerson !

El nuevo Secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Wayne Tillerson es nada menos que el n¨²mero uno de ExxonMobil, la empresa m¨¢s importante del sector petrolero, y la novena m¨¢s grande del mundo.

Suficiente acreditaci¨®n para acometer su nueva responsabilidad porque, si de negociar se trata, nadie supera a las compa?¨ªas petroleras que hacen de la negociaci¨®n su pan de cada d¨ªa. La condici¨®n democr¨¢tica no forma parte de la ecuaci¨®n que aplican para hacer negocios, o para defenderlos. Por eso creo que ninguna persona llega a secretario de estado con un bagaje de experiencia tan global y pragm¨¢tica en cuanto a las caracter¨ªsticas de con quienes se asocian, y con quienes se enfrentan.

Pero en el caso de Tillerson, hay algo m¨¢s, porque tiene una experiencia directa de c¨®mo act¨²a el r¨¦gimen venezolano. En efecto, desde su posici¨®n en Exxon Mobil, Tillerson demand¨® ante el ¨®rgano de arbitraje del Banco Mundial, CIADE, que orden¨® al estado venezolano pagar a la petrolera1.600 millones de d¨®lares por la expropiaci¨®n de sus activos, ocurrida en el 2007.

Si alguien conoce la imposibilidad de dialogar con el r¨¦gimen venezolano, es el se?or Tillerson. Imagin¨¦nse si este es el comportamiento del r¨¦gimen para pagar una deuda, es f¨¢cil deducir a qu¨¦ estamos enfrentados para rescatar a un pa¨ªs secuestrado por ese r¨¦gimen que dispone de las mayores reservas mundiales de crudo, y que en 18 a?os ha dilapidado un trill¨®n de d¨®lares.

Semejante capital le ha permitido comprar complicidades de gobiernos y asociarse a algunas de las m¨¢s peligrosas causas del mundo al tiempo que llev¨® al pa¨ªs a la peor crisis humanitaria y econ¨®mica de su historia.

Sin embargo, llama la atenci¨®n que en sus respuestas a miembros del Senado de los Estados Unidos sobre la situaci¨®n de Venezuela el se?or Tillerson insisti¨® en la necesidad de ¡°buscar una transici¨®n negociada a la democracia en Venezuela, respaldando un di¨¢logo leg¨ªtimo que resuelva la crisis pol¨ªtica entre el Gobierno de Maduro y la oposici¨®n¡±.

Si esta fuese la pol¨ªtica del gobierno del Presidente Trump, tal anuncio corresponder¨ªa a ¡°m¨¢s de lo mismo¡±, o sea la continuaci¨®n de la seguida en a?os recientes por el Departamento de Estado. Sin embargo creo que sus declaraciones corresponden a los lineamientos de funcionarios que ven¨ªan manejando el tema de Venezuela, y que sin duda ser¨¢n relevados de sus cargos por personas con nuevas directrices.

Afirmar que en Venezuela, una tiran¨ªa narco militarizada permitir¨ªa una salida electoral es absolutamente irreal, aunque se recurra a la intercesi¨®n de la Casa Blanca y hasta del propio Santo Padre Francisco. Pero esa es la realidad que debe enfrentar la comunidad internacional. Pues aunque la tragedia venezolana no tenga suficientes solidaridades activas, si tiene, y tendr¨¢, peligrosas consecuencias en otros pa¨ªses. Consecuencias que deben ser evitadas.

Y eso incluye a los Estados Unidos, al punto que el Presidente Obama, el 13 de enero del presente a?o, prorrog¨® su orden ejecutiva de marzo de 2015, determinando ¡°que la situaci¨®n en Venezuela constituye una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos¡±.

Debemos confiar que una vez instalado el nuevo equipo del Secretario de Estado, y de la propia Casa Blanca, se aceptar¨¢ la realidad de la crisis venezolana. De esa manera, cesar¨ªa la promoci¨®n de iniciativas que hacen cada vez m¨¢s lejanas el rescate de nuestra libertad.

A la luz de su experiencia, es presumible que el se?or Tillerson entender¨¢ que un di¨¢logo con la pandilla c¨ªvico militar adue?ada de Venezuela, y que lleg¨® para quedarse a cualquier precio, tiene la misma probabilidad de ¨¦xito que un di¨¢logo de Trump con Putin para que devuelva Crimea a Ucrania.

Diego Arria es pol¨ªtico y economista venezolano, expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU y exgobernador de Caracas. Twitter @Diego_Arria

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