C¨¢rmen L¨²cia, una efigie candidata a todo
La figura de la actual presidenta del Supremo Tribunal Federal de Brasil despierta inesperados consensos populares
En un momento en el que la sociedad brasile?a revela ¨ªndices m¨ªnimos de aprecio por pol¨ªticos y hombres p¨²blicos, la figura de la actual presidenta del?Supremo Tribunal Federal de Brasil, Carmen Lucia, despierta desde hace unos meses inesperados consensos populares.
El hecho de haber trabajado durante las vacaciones por voluntad propia, para poder homologar las llamadas "delaciones premiadas" en el proceso de Lava Jato de los 77 directivos de Odebrecht ¡ªconocidas como de "fin del mundo" porque pueden llevar al banquillo a media clase pol¨ªtica¡ª,?ha sido aplaudido a nivel nacional.
Carmen Lucia est¨¢ caminando con pies de plomo al frente de un Tribunal Supremo formado por personalidades con inevitables ambiciones y egos desvariados. Decir que es amada entre sus colegas ser¨ªa exagerar, pero por ahora es solo respetada y, en silencio, criticada.?
De Carmen Lucia se conocen su sentido de austeridad, la sencillez de su vida privada, su biograf¨ªa sin sombras y su disciplina espartana en el trabajo, herencia de una formaci¨®n religiosa. Tambi¨¦n es c¨¦lebre su afirmaci¨®n?¡°En la historia reciente del pa¨ªs, la mayor¨ªa de los brasile?os cre¨ªamos que la esperanza hab¨ªa vencido al miedo. Hoy detectamos que el cinismo venci¨® a la esperanza¡±.
Su primer discurso al tomar posesi¨®n como presidenta fue contundente contra el pecado de la corrupci¨®n que agarrota la vida pol¨ªtica y empresarial y que ha hecho perder la confianza de la sociedad.
En sus primeros actos al frente del Supremo revel¨® que era consciente de lo que la sociedad est¨¢ exigiendo de los responsables de la vida p¨²blica. Fue a la ceremonia de posesi¨®n en su coche personal conducido por su hermana y sin escolta y anul¨® la fiesta tradicional de estos casos alegando que Brasil no est¨¢ para gastos ni conmemoraciones.?
De pocas palabras, amante de la literatura, reflexiva y poco proclive a los enjuagues de bastidores y a las confidencias interesadas a los periodistas, Carmen Lucia es, al mismo tiempo, una magistrada prudente que sabe actuar desconcertando a quienes?intentan encuadrarla en clich¨¦s ideol¨®gicos.?
Como buena hija del Estado de?Minas Gerais, sabe nadar y conservar la ropa y revela dotes de prudencia y audacia. Inesperada en sus votos a la hora de juzgar, criticada por algunos como indecisa, fue firme en defender los derechos humanos votando, por ejemplo, a favor de la uni¨®n de parejas homosexuales, de las c¨¦lulas madres o de la legitimidad del aborto en los casos de fetos con deformaciones en el cerebro.
Carmen Lucia ha sido acusada por alguno de sus propios colegas de "hablar poco". Algunos de sus cr¨ªticos quiz¨¢s hablen demasiado fuera de las sentencias judiciales. Es dif¨ªcil saber qui¨¦nes son sus amigos pol¨ªticos, pero lo que nadie niega es el respeto a su persona.?Ante la penuria de l¨ªderes en quienes confiar, arrastrados la gran mayor¨ªa por las aguas turbias de las acusaciones de corrupci¨®n, la figura de Carmen Lucia, se yergue hoy con esperanza ante la desilusionada opini¨®n p¨²blica.
Por ahora, Carmen Lucia es solo un ?enigma en todo menos en sus cr¨ªticas al machismo reinante en la sociedad y en la denuncia de los prejuicios contra la mujer:?¡°Pueden no hablar (los hombres) pero el prejuicio pasa por la mirada, el gesto, por la broma o el chiste¡±.?Denuncia, por propia experiencia, que la mujer, para ser apreciada por el hombre, ¡°debe trabajar y esforzarse el doble de ¨¦l¡±.
Es dura en sus juicios sobre el momento crucial que atraviesa Brasil:?¡°Nosotros los brasile?os tenemos que asumir la osad¨ªa de los canallas¡±. No es ninguna pesimista y cree que?¡°el tiempo es tambi¨¦n de esperanza: hombres y mujeres est¨¢n en la calle luchando por sus derechos. Nos hemos cansado de ser un pa¨ªs de un futuro que nunca llega¡±. Para ella ¡°la Constituci¨®n no es utop¨ªa, ni la Justicia un sue?o¡±.?Afirma que ¡°en tiempos de dolores multiplicados, hay que multiplicar tambi¨¦n la esperanza¡±. Para ella, Brasil ¡°somos todos y cada uno de nosotros¡±. Ella es mujer a la que le gusta m¨¢s sumar que dividir.
Ante?su personalidad, que contrasta con la masa informe de buena parte de los hombres p¨²blicos, no es extra?o que se est¨¦ convirtiendo para muchos en una alternativa para las presidenciales del 2018.?Aunque no falta quienes, en estos tiempos de turbulencia pol¨ªtica e incertidumbre judicial, la prefieran en su papel al frente de la Suprema Corte como garant¨ªa de que la justicia sea igual para todos y que el proceso del caso Lava Jato no termine en aguas de borraja.
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