Polonia o la ¡®democracia can¨ªbal¡¯

Por primera vez desde la ca¨ªda de la dictadura, en 1989, un solo partido concentra todo el poder en Polonia. Desde su inesperada victoria en las elecciones de diciembre de 2015 (con un 37,5% de los votos), el euroesc¨¦ptico y nacionalista Ley y Justicia ha ido maleando, sorteando o estirando la ley para fortalecerse. Desde su mayor¨ªa en el Parlamento, y aprovechando la debilidad y fragmentaci¨®n de la oposici¨®n, el Gobierno presidido por Beata Szydlo ¡ªy dirigido pol¨ªticamente desde la sombra por Jaroslaw Kaczynski¡ª ha emprendido una cruzada en la que ha pasado a controlar tambi¨¦n el Servicio Civil ¡ªel cuerpo profesional de funcionarios¡ª, la Fiscal¨ªa General ¡ªque ahora depende del ministro de Justicia¡ª, las empresas estatales y los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. Adem¨¢s, ha neutralizando al Tribunal Constitucional, te¨®ricamente el garante de la preservaci¨®n de la democracia.

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Ahora va a reformar tambi¨¦n la Administraci¨®n local con un nuevo dise?o de las circunscripciones y con una ley para que los alcaldes y presidentes no puedan estar m¨¢s de dos mandatos; una medida que desalojar¨ªa a decenas de regidores de la oposici¨®n; sobre todo de grandes ciudades, como Varsovia, o medias y tambi¨¦n ricas como Cracovia o Wroclaw; tambi¨¦n m¨¢s ricas. ¡°Polonia se ha transformado en una democratura, una mezcla de democracia y dictadura¡±, sostiene Jacek Kucharczyk, presidente del think tank Instituto de Asuntos P¨²blicos, que alerta de la incesante deriva autoritaria del pa¨ªs.

En dos a?os, la gran potencia del Este y sexta econom¨ªa de la UE, con 38,5 millones de habitantes, ha ca¨ªdo del puesto 40 al 52, seg¨²n el ?ndice de Democracia de la Unidad de Inteligencia de The Economist, que analiza el estado de 165 pa¨ªses. Bruselas abri¨® un procedimiento contra Polonia por sus continuas violaciones del Estado de derecho. ¡°Ya no existe una ley que garantice la independencia y la profesionalidad de la justicia. Y la Constituci¨®n tampoco es ya punto de referencia: si este tribunal toma alguna decisi¨®n lo hace guiado por el Gobierno¡±, afirma Andrzej Rzeplinski, presidente de este ¨®rgano judicial hasta diciembre y uno de los s¨ªmbolos de la resistencia al Ejecutivo.

El Gobierno polaco, que reh¨²sa comentar sus reformas, ha hecho caso omiso a las advertencias de la UE, recuerda Rzeplinski, ahora profesor en la Universidad de Varsovia. Quien fue el alumno aventajado tras su entrada en la UE en 2004,?y uno de los pocos a los que no toc¨® la crisis, se ha convertido en un socio muy inc¨®modo. ¡°Tenemos en el Gobierno un partido que es el representante de la democracia de los can¨ªbales. Es decir, ha habido elecciones democr¨¢ticas, pero tras la victoria los vencedores quieren comerse a sus oponentes¡±, apunta Adam Michnik, de 70 a?os, director del diario Gazeta Wyborzca y uno de los intelectuales m¨¢s relevantes de la transici¨®n. ¡°Ahora estamos viviendo un proceso, paso a paso, de transformaci¨®n de un sistema democr¨¢tico hacia uno autoritario en una especie de golpe de Estado que se va arrastrando¡±, comenta en su despacho del diario, inundado de libros, papeles y recortes.

A las leyes para empoderarse, se suman otras medidas ultraconservadoras que forman la esencia de su agenda cristiana y tradicionalista. Se han prohibido la fecundaci¨®n in vitro en la sanidad p¨²blica --y limitado en la privada--; tambi¨¦n algunos anticonceptivos ¡ªcomo la p¨ªldora del d¨ªa siguiente¡ª, ya no hay contenidos sobre igualdad en el temario educativo y cada vez hay m¨¢s trabas para programas culturales vanguardistas. El Gobierno, eso s¨ª, dio marcha atr¨¢s a su reforma para endurecer a¨²n m¨¢s la ley del aborto despu¨¦s de que decenas de miles de mujeres salieran a la calle en octubre, en una movilizaci¨®n in¨¦dita en una sociedad poco acostumbrada a manifestarse.

Ya lo dijo el veterano Kaczynski: ¡°Lleg¨® el tiempo de regresar a los valores apreciados por mi madre¡±. La diputada Joanna Scheuring, del partido liberal Nowoczesna, afirma que el PiS ha destruido gran parte de los avances logrados tras la ca¨ªda del comunismo. ¡°Quieren controlar la vida de cada uno de los polacos. Cuando llegaron al poder se preve¨ªa que har¨ªan cambios, pero la Polonia de hoy es completamente distinta de la de hace un a?o y es un pa¨ªs cada vez m¨¢s aislado de la UE¡±, dice. Michal Kaminski, parlamentario de Plataforma C¨ªvica (PO) que antes lo fue de Ley y Justicia, sostiene que el Gobierno del PiS se diferencia de otros del mismo estilo populista, como el de V¨ªktor Orb¨¢n en Hungr¨ªa, en que ha "ocultado" su verdadera cara y la naturaleza radical de su programa electoral y sus v¨ªnculos con los sectores m¨¢s reaccionarios de la Iglesia cat¨®lica. "Hoy se han quitado la m¨¢scara", dice. "Nunca la intervenci¨®n en la base de la democracia fue tan abierta y evidente. Estamos ante un cambio total del car¨¢cter del Estado", a?ade.

Pese a todo, el Gobierno mantiene el apoyo. Un 37% de los ciudadanos votar¨ªa por el PiS, seg¨²n la ¨²ltima encuesta de la consultora CBOS. El Gobierno ha sabido explotar muy bien su paquete de medidas sociales: un subsidio de 120 euros al mes por hijo (a partir del segundo), un programa de pisos asequibles para j¨®venes o el adelanto de la edad de jubilaci¨®n. ¡°Quienes apoyan al Gobierno no lo hacen por su agenda pol¨ªtica, sino por este tipo de medidas tangibles¡±, apunta el analista Kucharczyk. Con su discurso populista, Ley y Justicia tambi¨¦n ha sabido sacar grandes r¨¦ditos de la inestabilidad global, el aumento de la xenofobia y el hast¨ªo con las clases dirigentes.

Piotr Patek es uno de esos ciudadanos convencidos con el PiS. ¡°El Gobierno quiere una Polonia para los polacos y eso me parece bien, por qu¨¦ habr¨ªa de ser algo malo¡±, se cuestiona. Este abogado de 42 a?os sostiene que la Administraci¨®n anterior fue ¡°un nido de corrupci¨®n¡± que se aprovech¨® de los ciudadanos.

Mientras, en la rica y buc¨®lica Podkowa Lesna, el matrimonio formado por Ola y Adrian Krzywicki, profesora e inform¨¢tico, ironiza con que su ciudad podr¨ªa pasar a convertirse en el ¡°refugio¡± de quienes huyen de la agenda radical del PiS. En la Ciudad Jard¨ªn (Plataforma C¨ªvica) hay programas de presupuestos comunitarios, de teatro abierto, un proyecto de reciclaje, otro de igualdad de oportunidades... ¡°Esta es una ciudad abierta, como lo ser¨ªa Polonia sin las medidas del Gobierno y su propaganda para apagar las mentes de los ciudadanos¡±, dice ¨¦l. Y bromea: ¡°Exiliados, bienvenidos¡±.