Edipo vive y se llama Macri
Algo ten¨ªa claro Freud: matar al padre es muy dif¨ªcil. Es un monstruo de mil cabezas
A medida que pasan sus d¨ªas, el presidente argentino Mauricio Macri va adquiriendo un parecido asombroso con su padre. Es un hecho biol¨®gico habitual, aunque sucede a destiempo. Hasta hace poco era imposible de confundir al uno con el otro. Pero la piel del presidente tiene ahora una tonalidad distinta, la mirada se hizo como m¨¢s lavada, la cara va siendo derrotada por ciertas redondeces, entre ellas la de la papada, el pelo va clareando hasta que, por momentos, la aparici¨®n de cualquiera de los dos genera unos segundos de duda: ?Es ¨¦l o es el padre? El problema es que esa curiosidad ¡ªla gen¨¦tica, imponiendo sus leyes de manera tard¨ªa¡ª puede derivar en una situaci¨®n pol¨ªtica muy delicada.
El pap¨¢ del presidente se llama Franco. Es un italiano que lleg¨® sin nada y, en pocas d¨¦cadas, era due?o de un superholding donde se entremezclaba una de las principales constructoras del pa¨ªs, la m¨¢s poderosa f¨¢brica de autos, empresas de recolecci¨®n de basura, tel¨¦fonos, campos y casi todo lo que diera dinero. "Detr¨¢s de cada fortuna hay un crimen", dice Mario Puzo en El Padrino. El caso no fue la excepci¨®n. Condonaci¨®n de deudas millonarias, sobreprecios en obra p¨²blica, convivencia con pol¨ªticos venales, contrabando de autos, ser¨ªan los t¨ªtulos de los esc¨¢ndalos p¨²blicos a los que Franco, su holding, su familia, sobrevivieron. De esos polvos, surgi¨® Mauricio: plata, poder y, por decirlo de manera delicada, cierto toque de heterodoxia moral.
Un lugar com¨²n del psicoan¨¢lisis sostiene que nadie logra constituir su subjetividad si antes, como Edipo, no mata a su propio padre. Mauricio lo intent¨® y eso que el padre era un peso pesado. Primero, peg¨® el portazo en la empresa familiar. "Quer¨ªa reemplazarme", explicar¨ªa Franco, "y yo estaba de acuerdo, si era el m¨¢s capaz. Hab¨ªa una peque?a diferencia de tiempos. Yo quer¨ªa decidir cu¨¢ndo me iba a jubilar". Entonces Mauricio sali¨® al mundo a demostrarse que pod¨ªa ser m¨¢s que su padre. Vaya si lo logr¨®. Sali¨® dos veces campe¨®n del mundo como presidente de Boca Juniors, gobern¨® con sucesivos ¨¦xitos electorales la ind¨®mita capital de la Argentina.
Pero no bastaba. Fue, entonces, por la presidencia de la Naci¨®n. "Ten¨¦s que parecerte lo menos posible a tu padre", le dijeron. Con tenacidad encomiable, cada d¨ªa Macri daba un paso m¨¢s para convencer al pa¨ªs de que ¨¦l no hac¨ªa negocios como Franco, que la ¨¦poca de la cuna de oro, la soberbia, los negocios sucios, hab¨ªa quedado atr¨¢s. Cada vez que se distanciaba de su padre, ganaba en popularidad. Es raro encontrar una foto de ambos, juntos, en los a?os previos a la asunci¨®n.
Pero uno es quien es y tarde o temprano, eso se nota. El primer aviso lleg¨® unos d¨ªas despu¨¦s de la asunci¨®n de Macri. El esc¨¢ndalo de los Panama Papers exhibi¨® que el holding de los Macri operaba con un enjambre de empresas offshore. A m¨ª por qu¨¦ me miran, dijo el presidente. Preg¨²ntenle a mi padre. El segundo aviso estall¨® en estos d¨ªas. Hace 15 a?os que el holding Macri le adeuda al Estado argentino una fortuna que, originalmente, equival¨ªa a 300 millones de d¨®lares. El Gobierno de Macri firm¨® un acuerdo con las empresas de Macri para que estas pagaran el doble de lo que adeudan ?en el a?o 2030 y en pesos muy devaluados! Una fiscal revis¨® el asunto y descubri¨® que si se aplica la simple f¨®rmula del inter¨¦s compuesto, aun con una tasa extremadamente conservadora, las empresas de Macri le estar¨ªan pagando al Gobierno de Macri cerca de 300 millones de d¨®lares menos de lo que deber¨ªan. Y el esc¨¢ndalo no para de crecer.
Desde entonces, el Gobierno de Macri explica que es todo legal, que el c¨¢lculo est¨¢ mal hecho, que la culpa es del Gobierno anterior, que las empresas son de Macri pero de otro Macri. Pero no repara en que la biolog¨ªa es impiadosa y que, en algunas fotos, el parecido entre padre e hijo empieza a ser sorprendente y que la sociedad vot¨® al segundo porque, por un momento, los crey¨® distintos.
Freud nos complic¨® la vida con chanchadas como el sexo con la madre, el asesinato del padre, la sangrienta decisi¨®n de arrancarse los ojos. Pero algo ten¨ªa claro: matar al padre es algo muy dif¨ªcil. Es un monstruo de mil cabezas. Macri deber¨¢ intentarlo una vez m¨¢s, antes de que la m¨ªmesis sea completa y vuelva a ser "el hijo de Franco".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.