Un militar de bajo perfil es el favorito para ser el nuevo asesor de seguridad de Trump
El vicealmirante retirado Robert Harward encabeza las quinielas frente a Keith Kellogg y David Petraeus
Robert Harward, un vicealmirante retirado de la Armada, es el favorito para ser el nuevo consejero de seguridad nacional de Donald Trump tras la dimisi¨®n de Michael Flynn. Harward, igual que Flynn, es un experimentado militar conocedor de Oriente Pr¨®ximo. Pero hay una diferencia clave entre ellos: Harward tiene un bajo perfil p¨²blico, alejado de la pol¨¦mica y de la rigidez ideol¨®gica.
En la terna de sustitutos que baraja el presidente estadounidense est¨¢n tambi¨¦n Keith Kellogg, un general retirado del Ej¨¦rcito que ha asumido de forma provisional el cargo, y David Petraeus, el reconocido general que dimiti¨® en 2012 como director de la CIA tras compartir informaci¨®n clasificada con su amante. De entre los tres, Harward parte con una clara ventaja para ser el elegido, seg¨²n fuentes oficiales citadas por la prensa norteamericana. El nombramiento no requiere de la aprobaci¨®n del Senado, lo que evita a Trump un largo debate pol¨ªtico.
La elecci¨®n de cualquiera de las tres garantiza que el puesto de consejero de seguridad seguir¨¢ en manos de un militar, manteniendo la influencia del mundo castrense en el Gobierno del republicano. Los secretarios de Defensa y Seguridad Interior son militares retirados, y el presidente sonde¨® activamente a Petraeus para el puesto de secretario de Estado.
El consejero desempe?a un papel clave en la sombra en la formulaci¨®n de la doctrina exterior y hace de enlace entre la Casa Blanca y las ramas de seguridad del Gobierno. La experiencia militar no es un requisito imprescindible. Ninguno de los dos asesores de seguridad que tuvo Barack Obama hab¨ªa servido en el Ej¨¦rcito. Algunos de los antecesores m¨¢s ilustres del cargo pasaron por las Fuerzas Armadas pero durante un periodo muy breve, como McGeorge Bundy, el asesor de seguridad durante el Gobierno del dem¨®crata John F. Kennedy, o Henry Kissinger, el consejero durante las Administraciones republicanas de Richard Nixon y Gerald Ford.
Directivo de Lockheed Martin
Harward, de 60 a?os y con una maestr¨ªa en Relaciones Internacionales, se retir¨® en 2013 de la Armada. Trabaja ahora como alto directivo en la divisi¨®n en Emiratos ?rabes Unidos del gigante de fabricaci¨®n militar Lockheed Martin.
Se sabe muy poco de la opini¨®n de Harward sobre los principales asuntos geopol¨ªticos del mundo. Es hijo de militar y de ni?o estudi¨® en Ir¨¢n porque all¨ª estaba destinado su padre antes de que la Revoluci¨®n Isl¨¢mica de 1979 acabara con la relaci¨®n diplom¨¢tica entre Washington y Teher¨¢n. Flynn abogaba por la pol¨ªtica de mano dura con Ir¨¢n y el yihadismo, y era af¨ªn a Rusia.
Harward es amigo personal de James Mattis, el secretario de Defensa, del que fue n¨²mero dos, entre 2011 y 2013, cuando dirig¨ªa el Comando Central del Ej¨¦rcito, responsable de las operaciones militares en Oriente Pr¨®ximo. El vicealmirante retirado de la Armada tambi¨¦n tiene experiencia en el cuerpo de ¨¦lite de los SEAL y como responsable de unidades en Afganist¨¢n e Irak.
Otro rasgo relevante de Harward es que conoce el funcionamiento del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, en el que trabaj¨® unos meses durante el Gobierno del republicano George W. Bush en asuntos de contraterrorismo. Esa experiencia puede ser clave dadas las dificultades de Flynn, cuya ¨²nica etapa civil en una Administraci¨®n era como responsable de inteligencia del Ej¨¦rcito, para poner orden en el Consejo de Seguridad.
En una de sus pocas opiniones p¨²blicas, Harward dej¨® entrever un perfil progresista en asuntos sociales. En un art¨ªculo a finales de 2013 en The Huffington Post, cuando ya se hab¨ªa retirado de la Armada, defendi¨® la incorporaci¨®n de pleno de las mujeres a las Fuerzas Armadas y la promoci¨®n de la educaci¨®n femenina en el mundo, elogiando la labor de la activista pakistan¨ª Malala Yousafzai.
¡°Tenemos que identificar a las entidades que no apoyan la educaci¨®n de ni?as y aplicar herramientas diplom¨¢ticas como presi¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica¡±, escribi¨®. ¡°Si creemos que es aceptable dar una oportunidad solo a la mitad de nuestra poblaci¨®n, entonces alcanzaremos la mitad de nuestro potencial. En este d¨ªa y era, esta no deber¨ªa ser una lucha para nadie¡±.
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