Trump abre la puerta a las deportaciones masivas de indocumentados
El departamento de Seguridad Interior contratar¨¢ 15.000 nuevos agentes y ampliar¨¢ el foco de la persecuci¨®n a casi todos los que lleven menos de tres a?os en el pa¨ªs
Donald Trump ha abierto la puerta a las deportaciones masivas. Las nuevas directrices del departamento de Seguridad Nacional, publicadas este martes, entierran el legado de Barack Obama y ampl¨ªan el espectro de la persecuci¨®n a casi todos los sin papeles. No se trata solo de que los funcionarios incrementen sus competencias o de la contrataci¨®n de 15.000 nuevos agentes. El n¨²cleo de la ofensiva migratoria radica en la posibilidad de aplicar las expulsiones inmediatas a pr¨¢cticamente todos aquellos indocumentados que lleven menos de tres a?os en el pa¨ªs. El giro es radical.
El pa¨ªs que se hizo grande con la emigraci¨®n le da la espalda ahora a m¨¢s de 11 millones de indocumentados, la mitad mexicanos. Su Administraci¨®n lo niega. ¡°No queremos crear p¨¢nico ni proceder a deportaciones masivas, sino s¨®lo hacer cumplir la ley", se?alan sus portavoces. Pero pocos les creen. Hasta la fecha los agentes ten¨ªan como objetivo prioritario la captura de todos aquellos que hubiesen cometido un delito grave. Con las nuevas directrices, este list¨®n queda pulverizado y se "limitan extremadamente¡± las excepciones. ¡°Todos aquellos que violen las leyes de inmigraci¨®n pueden ser sujetos de los nuevos procedimientos, incluyendo la expulsi¨®n de Estados Unidos¡±, establece la directriz.
Bajo esta premisa, el sistema se vuelve coercitivo en todas sus fases. Los indocumentados estar¨¢n permanentemente en el punto de mira, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil su captura e incluso se les restringir¨¢ la puesta en libertad provisional tras su detenci¨®n. ¡°Esta medida ser¨¢ usada excepcionalmente y solo en los casos donde, despu¨¦s de un atento estudio de las circunstancias, se considere necesaria por razones humanitarias o por un significativo beneficio p¨²blico¡±, reza la orden.
Lejos de agotar las posibilidades del sistema legal, el objetivo del nuevo plan es devolver a los sin papeles lo antes posible a sus pa¨ªses de origen. Para ello, se rompen los candados que frenaban el proceso de expulsi¨®n inmediata. Esta modalidad se aplicaba hasta la fecha a los inmigrantes que hubiesen pasado menos de dos semanas en el pa¨ªs y estuviesen a no m¨¢s de 160 kil¨®metros de la divisoria. Con la nueva directriz, se anulan los l¨ªmites geogr¨¢ficos y se extiende la posibilidad de su aplicaci¨®n a todos aquellos que lleven hasta dos a?os en territorio estadounidense. La excepci¨®n ser¨¢n los menores, los peticionarios de asilo y quienes pueden demostrar la legalidad de su estatus migratorio.
Del alcance de la orden tampoco se salvan los padres con hijos. Por el contrario, para cortar el flujo de menores procedentes de Centroam¨¦rica, superior a los tres millones desde los a?os ochenta, se endurece el castigo a sus progenitores y se permite su procesamiento penal si han hecho uso, como es pr¨¢ctica habitual, de redes de tr¨¢fico humano.
El escenario se completa con una ampliaci¨®n radical de los poderes de los agentes de inmigraci¨®n. Para lograr la m¨¢xima operatividad, el secretario de Seguridad Nacional, el ex general de marines, John F. Kelly, otorga a sus efectivos ¡°autoridad completa para arrestar al extranjero de quien se considere probable que haya violado las normas de inmigraci¨®n¡±. Aunque el texto fija ciertas prioridades para las detenciones, el filtro es tan tenue que llega a reconocer como objetivo a todo aquel que los agentes entiendan que es un ¡°riesgo para la seguridad p¨²blica¡±. Es decir, cualquier sospechoso.
En este plan, M¨¦xico figura como gran diana. En cumplimiento de sus m¨¢s oscuros deseos, Trump pone en marcha con car¨¢cter inmediato la b¨²squeda de fondos para ¡°dise?ar, construir y mantener el muro¡±. Asimismo, abre el proceso para ¡°identificar y cuantificar todas las fuentes directas o indirectas de ayudas federales y de asistencia al Gobierno mexicano¡±. Aunque no se especifique, este apartado tiene como fin conocer la cantidad que el vecino del sur recibe de Washington y utilizarla para forzar el pago del muro por parte de M¨¦xico, uno de los axiomas del presidente de Estados Unidos.
Con este despliegue, Trump logra materializar la que quiz¨¢ sea su mayor promesa de campa?a: la persecuci¨®n de la inmigraci¨®n ilegal, el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la sociedad estadounidense. Su demonio preferido. La fuente, a su juicio, de casi todo crimen. ¡°Nos est¨¢ matando. Un pa¨ªs que no puede proteger su frontera no es un pa¨ªs. Es una locura¡±, ha llegado a escribir el presidente.
Este discurso xen¨®fobo ha prendido en sus bases. Y no es que Obama fuera un presidente d¨¦bil. Durante sus ocho a?os de mandato expuls¨® a 2,8 millones de personas, m¨¢s que ninguno antes. Pero en su eterna realpolitik tambi¨¦n cre¨® programas destinados a favorecer su absorci¨®n, incluyendo a los j¨®venes sin papeles que llegaron de ni?os a EE UU, los famosos dreamers (excluidos por ahora de las directrices).
Todo ello empalidece ante alguien como Trump. Autor del lema ¡°los buenos muros hacen buenos amigos¡±, el republicano es consciente de que su gran caladero electoral, mayoritariamente blanco, obrero y masculino, ve a los inmigrantes como competidores. Cobran menos y trabajan m¨¢s. De ah¨ª sus continuos ataques a M¨¦xico. Y de ah¨ª tambi¨¦n las nuevas directrices. Un golpe de efecto que, tras un ca¨®tico primer mes de gobierno, le asegura el aplauso de sus fieles. Otros han empezado a temblar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.