¡°Pasen desapercibidos lo mejor que puedan¡±
Las nuevas normas de deportaci¨®n llevan la angustia a 11 millones de personas indocumentadas y cambian las reglas para gente que lleva d¨¦cadas en Estados Unidos
La ma?ana que Donald Trump cambi¨® sus vidas, Jos¨¦ Eduardo Paz y Ra¨²l Garc¨ªa esperaban como siempre en el aparcamiento de una tienda Home Depot en el sur de Los ?ngeles a que les contratara durante unas horas alg¨²n patr¨®n con una obra pendiente. Son indocumentados, el primero hondure?o y el otro mexicano. Paz lleva 14 a?os en Estados Unidos y Garc¨ªa, 26. Tienen familia aqu¨ª e hijos estadounidenses. Los dos recuerdan haber sido detenidos alguna vez y soltados a las pocas horas porque no ten¨ªan antecedentes graves y su arraigo en Los ?ngeles era evidente. La pr¨®xima vez, no ser¨¢ as¨ª.
Nadie est¨¢ a salvo. Ese es el mensaje que el Gobierno de Donald Trump ha enviado a 11 millones de personas en Estados Unidos: su vida puede ser destruida en cualquier momento, por un error, pasado o futuro. Y Trump decide lo que se considera error. Las nuevas normas de deportaci¨®n detalladas por el Departamento de Seguridad Nacional, siguiendo las instrucciones del presidente Trump, ampl¨ªan enormemente el universo de personas susceptibles de ser deportadas, aceleran los procesos de deportaci¨®n y permiten deportar de forma instant¨¢nea a cualquiera que no pueda demostrar en el momento de ser detenido que lleva m¨¢s de dos a?os en el pa¨ªs, entre otras medidas.
¡°Uno se siente ahora m¨¢s perseguido e inseguro¡±, dec¨ªa Paz, de 38 a?os. ¡°Antes pod¨ªa volar con mi pasaporte a Miami a ver a mi hermano. Ten¨ªa un trabajo en Las Vegas los fines de semana y el lunes a las 7 de la ma?ana volv¨ªa a estar aqu¨ª". Desde que empezaron las redadas, "ya no me atrevo a ir por si hay check points a la entrada de California. Esto me ha quitado libertad¡±.
Las leyes de inmigraci¨®n en s¨ª no han cambiado, lo que ha cambiado es c¨®mo se aplican, por medio de una orden ejecutiva del presidente y del memor¨¢ndum con las gu¨ªas de aplicaci¨®n publicado el martes y que confirma los peores temores de la comunidad migrante indocumentada. ¡°Obama deport¨® a un chingo de gente, pero no fue tan abusivo¡±, resum¨ªa Paz. ¡°Con Obama ten¨ªas que cometer un error. Ahora te pueden deportar por cualquier cosa¡±.
Por ejemplo, una madre de tres hijos estadounidenses en Arizona fue deportada el pasado d¨ªa 9 cuando su ¨²nico antecedente era haber trabajado con un n¨²mero de Seguridad Social falso. Ni siquiera pas¨® por el juzgado. Paz y Garc¨ªa reconocen que, si es el criterio, ¡°nos pueden deportar a todos, todo el mundo ha hecho eso para poder trabajar¡±.
Ese era uno de los puntos m¨¢s preocupantes para Sa¨²l Cabello, asesor de inmigraci¨®n de una oficina Multi-Serv de asesor¨ªa legal en el sur de Los ?ngeles. A las 10.30 de la ma?ana, poco despu¨¦s de abrir la oficina, Cabello se acababa de imprimir el memor¨¢ndum y se lo estaba estudiando para tratar de responder preguntas. Su primera conclusi¨®n del texto es que se ha acabado la posibilidad de salir en libertad condicional con una citaci¨®n judicial. ¡°La gente va a ser detenida y deportada¡±. Su recomendaci¨®n: ¡°Tengan m¨¢s cuidado que antes. Pasen desapercibidos lo mejor que puedan¡±.
El abogado especialista en inmigraci¨®n ?lex G¨¢lvez ten¨ªa el buz¨®n de voz del tel¨¦fono lleno a media ma?ana. Para G¨¢lvez, lo m¨¢s preocupante es que el reglamento restringe mucho el margen de discreci¨®n que antes ten¨ªan los agentes de inmigraci¨®n. ¡°Antes los agentes de inmigraci¨®n en la calle pod¨ªan no ponerte en procedimiento al detenerte. A partir de hoy, todo el que caiga en manos de inmigraci¨®n tiene que ser procesado. Los agentes ya no tienen la libertad. Dependes del juez¡±.
En cuanto a las deportaciones instant¨¢neas sin pasar por el juez, G¨¢lvez cree que ¡°eso no se va a poder hacer¡±. ¡°Es una violaci¨®n del derecho al debido proceso. Uno tiene el derecho de pelear su caso de deportaci¨®n, es un derecho constitucional. Si Trump no honra esos derechos vamos a ver muchas denuncias¡±, dice G¨¢lvez.
El otro aspecto preocupante para G¨¢lvez es que el reglamento contiene ¡°un lenguaje peligroso¡± cuando habla de que los agentes de inmigraci¨®n pueden detener a alguien por una ¡°sospecha razonable¡±. Eso da pie a actuar seg¨²n patrones raciales. Una pol¨ªtica que ya fue declarada ilegal cuando la puso en marcha el sheriff Joe Arpaio (amigo de Trump) en Phoenix. ¡°Parece que da mucha licencia a los condados o ciudades dispuestos a participar en deportaciones, luz verde para que la polic¨ªa act¨²e como inmigraci¨®n. El Gobierno federal do luz verde a todos los arpaios en EE UU¡±.
Mientras Paz y Garc¨ªa, los indocumentados del Home Depot, hablan con el periodista, pasa por el aparcamiento un coche de la polic¨ªa de Huntington Park. Ni se para. ¡°A veces saludan¡±, dicen los indocumentados. Las polic¨ªas locales de las grandes ciudades con muchos indocumentados no detienen a gente por ser indocumentada. Eso es lo que pretende cambiar tambi¨¦n Trump, que pide la colaboraci¨®n de todas las fuerzas de seguridad del pa¨ªs para las deportaciones. A eso se refiere el abogado G¨¢lvez con que el Gobierno da la bienvenida a todos los jefes de polic¨ªa que quieran colaborar. El martes, de momento, esa patrulla del aparcamiento no se daba por aludida.
Millones de indocumentados como Paz y Garc¨ªa saben que tendr¨¢n que tener m¨¢s cuidado. Esconderse y evitar a la polic¨ªa no es algo nuevo. El peligro es que decidieran ir espec¨ªficamente a por ellos, ah¨ª, en ese aparcamiento donde todo el mundo sabe que puede encontrarlos. Pero por el momento, Garc¨ªa ha sobrevivido a cuatro gobiernos distintos, cada uno con su pol¨ªtica migratoria. Eso le da cierta perspectiva. ¡°Tengo fe en que no va a pasar nada. Yo llevo aqu¨ª 26 a?os. Trump va a estar cuatro. Cuando se vaya, nosotros seguiremos aqu¨ª¡±.
Las deportaciones masivas amenazan la seguridad
California es el estado con m¨¢s inmigrantes irregulares del pa¨ªs, con alrededor de 2,3 millones (el 6% de la poblaci¨®n), seg¨²n el centro de estudios Pew. El asunto de la polic¨ªa local es especialmente preocupante en regiones como Los ?ngeles, donde los cuerpos de polic¨ªa llevan a?os aplicando una pol¨ªtica de no colaboraci¨®n con inmigraci¨®n. Es lo que se conoce popularmente como ciudades santuario. En realidad, es simplemente que la polic¨ªa local no detiene a la gente por estar sin papeles. Si lo hicieran, cientos de miles de personas, quiz¨¢ millones, no colaborar¨ªan con la polic¨ªa y no denunciar¨ªan por miedo. Esta pol¨ªtica lleva en marcha d¨¦cadas y ha sido muy costoso lograr la confianza de las comunidades con gran presencia de indocumentados.
Por eso el martes el alcalde de Los ?ngeles, Eric Garcetti, public¨® un comunicado en el que dec¨ªa que la pol¨ªtica migratoria no debe ¡°convertir a la polic¨ªa en una fuerza de deportaci¨®n o extender un miedo general al apuntar a trabajadores inmigrantes que contribuyen tanto a nuestra econom¨ªa¡±. ¡°La gente que ya ha construido su vida en este pa¨ªs no deber¨ªa nunca tener que vivir con miedo de que separen a su familia¡±, dice el comunicado. La Polic¨ªa de Los ?ngeles, que depende del alcalde, ya ha dicho que no piensa colaborar con inmigraci¨®n.
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