M¨¦xico y Canad¨¢, dos modelos antag¨®nicos de gestaci¨®n subrogada
En el primero no hay un protocolo nacional, en el segundo es posible si se hace de manera altruista
Mientras en Espa?a los partidos pol¨ªticos debaten sobre legislar o no la gestaci¨®n subrogada, la posibilidad de que una mujer geste el hijo de otra pareja u otra persona es ya factible en otros pa¨ªses del mundo. Pero con modelos muy diferentes: desde M¨¦xico, donde no existe un protocolo nacional, a Canad¨¢, donde es posible la maternidad subrogada siempre que se haga de manera altruista.
El alto precio de perseguir un vientre mexicano
Pedro le da el biber¨®n a dos mellizos mientras explica que tiene miedo a que se los quiten. Su nombre es ficticio y los beb¨¦s no son suyos. Al menos legalmente. Lleva tres meses en M¨¦xico enredado en una telara?a judicial y burocr¨¢tica para conseguir que los ni?os ¡ªnacidos a partir de un ¨®vulo donado, su esperma y un vientre de alquiler¡ª puedan ser registrados y se vayan con ¨¦l a Espa?a. M¨¦xico representaba hasta el a?o pasado uno de los destinos m¨¢s baratos del mundo para contratar la maternidad subrogada. La ley cambi¨® y Pedro y una decena de extranjeros, los ¨²ltimos en realizar el tr¨¢mite, se encuentran en un limbo. Los beb¨¦s, a los que la norma pretende blindar, son las primeras v¨ªctimas de un sistema que sobrevive entre el vac¨ªo legal y la falta de garant¨ªas.
En M¨¦xico la maternidad subrogada o sustituta ¡ªdependiendo de si la embarazada ha aportado material gen¨¦tico o no¡ª nunca ha estado prohibida, porque a nivel federal no ha existido, ni existe. No hay un protocolo nacional que refleje los derechos de los padres y la madre gestante. Sin embargo, sobre este vac¨ªo legal surgi¨® una entidad que lo ha permitido durante casi 20 a?os: Tabasco, al sur del pa¨ªs. Mediante una reforma del c¨®digo civil estatal, se abri¨® la v¨ªa para que los nacidos por este sistema fueran registrados como hijos de la pareja o la persona que contrat¨® los servicios. La diligencia en el proceso quedaba en manos de las cl¨ªnicas, que controlaban desde la inseminaci¨®n hasta la selecci¨®n de la madre que pon¨ªa el vientre.
A finales de 2015 se reform¨® de nuevo el c¨®digo civil de Tabasco para impedir la ¡°comercializaci¨®n con la vida¡±, seg¨²n las palabras de los pol¨ªticos locales. El mensaje iba dirigido a los extranjeros ¡°que llegaban a M¨¦xico para buscar un beb¨¦ y llev¨¢rselo¡± y hacia las agencias que hab¨ªan hecho de esto un negocio ¡°muy lucrativo¡±. El debate entre los que consideraban que la gestaci¨®n subrogada explotaba a una mujer sin recursos, que pon¨ªa su vientre por necesidad, frente a los que defend¨ªan la libertad individual, se zanj¨® en favor de los primeros. Y a partir del a?o pasado nadie que no sea mexicano, casado o con pareja estable ¡ªheterosexual¡ª puede contratar un vientre de alquiler.
Datos y gr¨¢fico: Guillermo Villar y Ant¨ªa Garc¨ªa
¡°Somos los ¨²ltimos de la fila¡±, explica Pedro desesperado desde el otro lado del tel¨¦fono. ?l, al igual que otro espa?ol y un grupo de extranjeros, contrat¨® estos servicios con unas cl¨ªnicas tabasque?as antes de la modificaci¨®n de la ley, seg¨²n cuenta. Pero cuando quiso registrar a los mellizos, que nacieron el 27 de noviembre de 2016, ya no fue posible. ¡°Nos est¨¢n aplicando la ley de manera retroactiva¡±, denuncia. Lleva tres meses atrapado en una mara?a de amparos y batallas legales contra el Registro Civil de Tabasco, porque la administraci¨®n considera que la inseminaci¨®n de la mujer se dio despu¨¦s de la ley. Y los ni?os, sin identidad.
A Michael Theologos, estadounidense, le quitaron al beb¨¦ y se lo entregaron a las instituciones del Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Como Pedro, hab¨ªa firmado un contrato de gestaci¨®n subrogada anterior a enero de 2016. Despu¨¦s de un mes de denuncias, su caso alcanz¨® lo diplom¨¢tico y a trav¨¦s de un acuerdo consular logr¨® llevarse a su hijo a Estados Unidos a principios de este mes.
El Grupo de Informaci¨®n en Reproducci¨®n Elegida (GIRE) tiene registrados ocho casos de extranjeros con una situaci¨®n similar en Tabasco, aunque el n¨²mero puede ser mayor, seg¨²n cuentan. ¡°El problema de fondo es que no existe una regulaci¨®n nacional sobre el tema y Tabasco esquiv¨® esto a trav¨¦s de lo civil¡±, critica Regina Tam¨¦s, directora del organismo. ¡°No est¨¢ controlada ni siquiera la donaci¨®n de ¨®vulos, esperma, ni la transferencia, todo queda a la buena voluntad del m¨¦dico¡±, a?ade.
En la C¨¢mara de Diputados nacional se encuentran estancadas desde el a?o pasado dos iniciativas que buscan legislar sobre la reproducci¨®n asistida. La m¨¢s avanzada es similar a la de Tabasco, tiene el objetivo ¨²ltimo de acabar con el ¡°negocio¡± de los vientres de alquiler y restringir el acceso solo a los ciudadanos mexicanos, adem¨¢s de requerir una indicaci¨®n m¨¦dica de infertilidad. Los mexicanos que vivan en Estados Unidos, por ejemplo, podr¨ªan venir a por un beb¨¦ de otra madre, los residentes en M¨¦xico no. La senadora de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle, conforme con esa propuesta, sospecha que los ¨²nicos beneficiarios de que no avance son las mismas cl¨ªnicas: ¡°Les conviene que no haya regulaci¨®n, que haya visiones encontradas, esto les permite operar sin sanci¨®n¡±.
Pedro y el grupo de extranjeros, que acudieron a M¨¦xico porque era uno de los pocos lugares en el mundo donde pod¨ªan solicitarlo los solteros y a mitad de precio que en Estados Unidos y Canad¨¢ ¡ªunos 70.000 d¨®lares¡ª, aseguran que est¨¢n viviendo ¡°un infierno¡±. Sus hijos, igual que la ley sobre este tipo de maternidad, est¨¢n atrapados en un pa¨ªs donde en estos momentos la reproducci¨®n asistida es la ¨²ltima de sus prioridades.
Canad¨¢ y los vientres altruistas
M¨¦lanie Dandurand dio a luz a sus hijos hace diez, ocho y cinco a?os; tambi¨¦n al beb¨¦ de una pareja muy cercana a ella el pasado mes de abril. ¡°Quer¨ªa ayudar a que mis amigos formaran una familia¡± comenta a EL PA?S en Rosem¨¨re, poblaci¨®n ubicada a 37 kil¨®metros al norte de Montreal.
Una malformaci¨®n en el ¨²tero de su amiga hac¨ªa imposible el embarazo. Las dos ¨²nicas opciones para tener descendencia eran la adopci¨®n ¨Ccon kilom¨¦tricas listas de espera¡ª y la gestaci¨®n subrogada. Pocas horas despu¨¦s de enterarse de la situaci¨®n, M¨¦lanie habl¨® con su esposo llevan ¡ª17 a?os de vida com¨²n¡ª y ambos estuvieron de acuerdo en proponer a sus amistades una ayuda poco frecuente: M¨¦lanie fungir¨ªa como madre portadora. ¡°Mis amigos estuvieron muy sorprendidos al principio con la idea, pero aceptaron y todo pas¨® de acuerdo con lo previsto¡±, se?ala.
M¨¦lanie Dandurand tuvo que someterse a distintos ex¨¢menes m¨¦dicos y tambi¨¦n a algunos tratamientos para que su cuerpo estuviese preparado para recibir al embri¨®n, producto de la fecundaci¨®n in vitro del ¨®vulo y el espermatozoide de sus amigos. Ellos siempre la acompa?aron durante el proceso de gestaci¨®n, as¨ª como en el parto. ¡°Disfrut¨¦ mucho del embarazo, aunque nunca sent¨ª una conexi¨®n maternal¡±, agrega.
En marzo de 2004 entr¨® en vigor la Ley canadiense sobre la procreaci¨®n asistida. En una parte de este instrumento legal se indica qu¨¦ aspectos est¨¢n prohibidos respecto a la gestaci¨®n subrogada: el pago de un salario a la madre portadora o de cualquier otra retribuci¨®n econ¨®mica por su gesto, la publicidad o la intermediaci¨®n con fines de lucro y una edad menor a 21 a?os de la mujer que tenga el embarazo. Tambi¨¦n la ley contempla que no est¨¢ tolerada la venta de esperma, ¨®vulos o embriones. En caso de ignorar estas restricciones, los culpables pueden recibir una pena m¨¢xima de diez a?os de prisi¨®n y una multa que puede alcanzar los 500,000 d¨®lares canadienses.
La gestaci¨®n subrogada se establece por medio de un contrato entre la madre portadora y las familias. No puede existir discriminaci¨®n alguna por preferencia sexual o estado civil, y la ¨²nica raz¨®n aceptada para que una mujer tenga este embarazo es la buena voluntad, conocida como subrogaci¨®n altruista. La ley indica igualmente que la madre portadora podr¨¢ obtener reembolsos por los gastos derivados del embarazo, por ejemplo en medicamentos, ropa, suplementos vitam¨ªnicos y transporte, siempre y cuando los demuestre.
"Soy consciente que la situaci¨®n en Canad¨¢, y espero que pronto en Quebec, es distinta de otros lugares del mundo donde alquilar un vientre es una prueba de explotaci¨®n econ¨®mica"
M¨¦lanie, el beb¨¦ y sus amigos debieron en cambio guiarse por la confianza y la buena fe. La raz¨®n es que las instituciones de Quebec no reconocen los contratos de gestaci¨®n subrogada, aunque no se trate necesariamente de un acto ilegal. No obstante, autoridades gubernamentales y grupos de la sociedad civil de la provincia franc¨®fona han manifestado cada vez con mayor vigor que ser¨¢ necesario adaptar el marco legal a la realidad actual de las familias.
Varios de los gastos del embarazo de M¨¦lanie fueron cubiertos por sus amigos, ya que para otros gastos adicionales no hubo necesidad de sacar la chequera: Canad¨¢ cuenta con un sistema de salud gratuito que garantiza el acceso a una amplia gama de servicios. Fuera de Quebec, los tribunales reconocen en los contratos de gestaci¨®n subrogada que la filiaci¨®n entre el beb¨¦ y los padres de intenci¨®n se establezca al momento del nacimiento, siempre y cuando se tenga el consentimiento de la madre portadora. En este aspecto, M¨¦lanie apareci¨® registrada como la madre del ni?o junto con el padre gen¨¦tico. Un abogado tuvo que encargarse de las gestiones para que ella renunciara a sus derechos y obligaciones y, posteriormente, la madre gen¨¦tica comenzara un proceso de adopci¨®n que concluy¨® hace poco.
Cabe se?alar que la Ley canadiense sobre la procreaci¨®n asistida autoriza que ciudadanos extranjeros puedan recurrir a la gestaci¨®n subrogada. Sin embargo, debido a que en Canad¨¢ se permite ¨²nicamente esta gestaci¨®n por razones altruistas, las mujeres que desean fungir como madres portadoras no son numerosas. La prensa ha reportado diversos casos de canadienses que siguen recurriendo a la gestaci¨®n subrogada en otros pa¨ªses, en lo que com¨²nmente se conoce como ¡°turismo de procreaci¨®n¡±. Un portavoz de Estad¨ªsticas Canad¨¢ indic¨® a este diario que el organismo no cuenta con datos espec¨ªficos respecto al n¨²mero de canadienses que optan por una madre portadora dentro y fuera del pa¨ªs. M¨¦lanie comenta que ha sido contactada por un sinf¨ªn de parejas en busca de informaci¨®n o para proponerle que aloje a un nuevo embri¨®n. Informa sobre todo lo que puede, pero no repetir¨ªa la experiencia.
¡°Soy consciente que la situaci¨®n en Canad¨¢, y espero que pronto en Quebec, es distinta de otros lugares del mundo donde alquilar un vientre es una prueba de explotaci¨®n econ¨®mica. Hay que luchar contra esta lacra, pero tambi¨¦n es bueno que las mujeres que queramos ayudar lo hagamos dentro de la ley¡±, comenta M¨¦lanie al preguntarle sobre las cr¨ªticas respecto a la gestaci¨®n subrogada.
De acuerdo con las investigaciones de Isabelle C?t¨¦, profesora en la Universidad de Quebec en Outaouais, la mayor¨ªa de las mujeres que han fungido como madres portadoras ¡ªtanto en Quebec como en el resto de Canad¨¢¡ª mantienen s¨®lidos lazos con los ni?os engendrados y sus familias, ya que su principal motivaci¨®n es ayudar a vencer los obst¨¢culos de la infertilidad. ¡°Para m¨ª, el ni?o es el hijo muy querido de mis amigos. Nos vemos con regularidad, pero jam¨¢s me pasa por la cabeza que tenga una relaci¨®n de otro tipo con ¨¦l¡±, se?ala M¨¦lanie. Tambi¨¦n cuenta que todos los miembros de su entorno familiar y de su c¨ªrculo de amigos celebraron la decisi¨®n del embarazo. Solo recibi¨® una mala opini¨®n, aunque en boca de una desconocida: una enfermera le dijo que no estaba de acuerdo con que la sanidad de Quebec cubriera varios de los servicios por ser una madre portadora. El comentario no le quit¨® el sue?o a M¨¦lanie.
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