Miles de emails revelan la connivencia del responsable de medioambiente de Trump con la industria contaminante
Las compa?¨ªas escrib¨ªan a Scott Pruitt las cartas oficiales y dise?aban con ¨¦l la estrategia contra las leyes verdes de Obama
Scott Pruitt es lo m¨¢s parecido a un caballo de Troya. Nunca ha cre¨ªdo que el hombre sea el causante del cambio clim¨¢tico, siempre ha defendido las industrias m¨¢s contaminantes y, como fiscal general en Oklahoma, demand¨® 14 veces a la Agencia de Protecci¨®n Ambiental (EPA). Todo ello le hizo, a los ojos de Donald Trump, el candidato perfecto para dirigir la misma EPA. Un cargo que ocup¨® hace solo una semana y donde ya le ha estallado un esc¨¢ndalo: miles de emails que revelan su connivencia e incluso subordinaci¨®n con la industria petrolera y el¨¦ctrica.
La carga es de profundidad. Son 6.000 p¨¢ginas de emails. Una enciclopedia del amiguismo y la incorrecci¨®n pol¨ªtica. Los correos, hechos p¨²blicos por orden de un juez ante una demanda de transparencia, muestran la alianza entre Pruitt, en su etapa de fiscal general de Oklahoma, y las empresas m¨¢s beligerantes con las regulaciones ambientales.
No es algo nuevo. Odiado por los ecologistas estadounidenses, se conoc¨ªa desde 2014 su alineamiento con la industria e incluso ya se hab¨ªan hecho p¨²blicas ciertas misivas. Pero esta vez, la exhibici¨®n es de tal crudeza que dif¨ªcilmente saldr¨¢ indemne.
¡°?Alguna sugerencia? ???Eres tan incre¨ªblemente servicial!!! ???Much¨ªsimas gracias!!!¡±. Son algunas de las expresiones que trufan las comunicaciones mantenidas por la fiscal¨ªa con ejecutivos de las grandes el¨¦ctricas y petroleras. A esta intimidad se a?ade la gravedad de los asuntos tratados.
Con el objeto de enfrentarse a las normas de Obama, el fiscal general Pruitt y su equipo se reun¨ªan con los directivos de las compa?¨ªas afectadas y permit¨ªan que les escribiesen y reescribiesen las cartas oficiales que luego enviaban a la Administraci¨®n federal. Juntos construyeron una estrategia com¨²n que pasaba por convertir el Estado de Oklahoma en un basti¨®n de estos intereses y un freno a los ¡°excesos reguladores¡± de Washington.
Pruitt fue un agente clave de esta operaci¨®n. Al controlar el ministerio p¨²blico, ten¨ªa acceso a una inmensa base de informaci¨®n y un alt¨ªsimo nivel de interlocuci¨®n.
Estas potencialidades fueron bien explotadas por las compa?¨ªas. Algunas como Devon Energy le llegaron a escribir los borradores que deb¨ªa enviar a la c¨²pula de la Agencia de Protecci¨®n Ambiental. ¡°Te adjunto un borrador de carta que un grupo de fiscales generales podr¨ªan enviar al director de la EPA y a otros en la Administraci¨®n en respuesta a los intentos de ampliar la regulaci¨®n de emisiones¡±, indica el vicepresidente de Devon, Bill Whitsitt, quien no tiene recato en trazar la estrategia de comunicaci¨®n que debe seguir el fiscal: ¡°Si se env¨ªa, sugiero que se haga p¨²blica, al menos en el Capitolio y en publicaciones pol¨ªticas¡±, a?ade. La respuesta fue clara: ¡°Gracias Bill, empezamos a trabajar con el borrador¡±.
La publicaci¨®n de los correos, lograda por la organizaci¨®n no gubernamental Centro para los Medios y la Democracia, ha sido recibida con frialdad en la Casa Blanca. Pruitt es un viejo enemigo de los ecologistas y dem¨®cratas. Duro, directo y acostumbrado a las cr¨ªticas, no considera sus nexos con la industria una merma en su independencia, sino un aval de su patriotismo. ¡°Como agencia y como naci¨®n podemos ser pro-energ¨ªa y empleo, y tambi¨¦n pro-ambientales. No hay que elegir entre los dos¡±, dijo Pruitt al reunirse por primera vez con los empleados de la EPA.
Aunque Trump no se ha pronunciado claramente contra el cambio clim¨¢tico, en su apuesta por la reactivaci¨®n econ¨®mica ha dejado claro su apoyo a las industrias consideradas m¨¢s da?inas. El mensaje lanzado con la elecci¨®n de Pruitt, cuyos antecedentes eran bien conocidos, ha reafirmado esta postura y ha contado con el aplauso de los republicanos. Aunque muchas veces su estridente ideolog¨ªa lo hace olvidar, Trump es un presidente que juega a la baza econ¨®mica. Ah¨ª es donde las encuestas le muestran como gran vencedor. Y ah¨ª es donde ¨¦l sabe que si falla, entrar¨¢ en barrena.
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