Lo que s¨ª vale pagar en Colombia
La mejor inversi¨®n que puede hacer un pa¨ªs es sin duda en educaci¨®n, la base de la movilidad social
Entender la prosperidad a partir de la apuesta por una sociedad del conocimiento y de la legalidad. Eso es precisamente el valor del programa Ser Pilo Paga en Colombia, que garantiza el acceso a la educaci¨®n superior a los estudiantes de escasos recursos o estratos bajos que demuestren excelencia acad¨¦mica.
La mejor inversi¨®n que puede hacer un pa¨ªs es sin duda en educaci¨®n, la base de la movilidad social. Y si est¨¢ fundada en la solidaridad como un valor superior, el resultado no puede ser otro que la construcci¨®n de equidad y entonces estaremos criando la paz.
Jos¨¦ Antonio Ara¨²jo naci¨® en Valledupar, tierra de los ni?os cantores, de juglares, en una familia humilde. Sus padres le env¨ªan unos 16 d¨®lares a Bogot¨¢ para ayudarle con su sustento mientras estudia jurisprudencia en una de las mejores universidades, el Rosario, gracias al programa del cual recibe para cada semestre el equivalente a cuatro salarios m¨ªnimos, aproximadamente mil d¨®lares.
Su nombre se hizo conocido y viral porque le escribi¨® una carta a la ministra de educaci¨®n Yaneth Giha para advertirle por la demora en los pagos para el sostenimiento de algunos de sus compa?eros. Uno ya se hab¨ªa desmayado de hambre en clase y a otra le tocaba llegar caminando porque no ten¨ªa como pagar el transporte p¨²blico.
La indolencia del director del Icetex, Andr¨¦s V¨¢squez y la falta de previsi¨®n en hacer los desembolsos a tiempos se solucion¨® y hoy nuevamente est¨¢n recibiendo un subsidio que deber¨ªa garantizarse por encima de cualquier tr¨¢mite burocr¨¢tico. El programa es una especie de revoluci¨®n del sistema educativo en Colombia a pesar de que para muchos, se est¨¦ privilegiando a un grupo poblacional quit¨¢ndole recursos a la universidad p¨²blica, que est¨¢ desfinanciada.
Estos j¨®venes, que pueden llegar a 40.000, seg¨²n la meta del ¨²ltimo cuatrienio del Gobierno Santos, tienen la oportunidad por m¨¦ritos, enti¨¦ndase bien, porque se lo han ganado, de hacer sus carreras en las mejores universidades del pa¨ªs, donde un semestre puede costar entre 5.000 y 8.000 d¨®lares, junto a j¨®venes que tienen mayores posibilidades econ¨®micas y a quienes lograr sacar de sus maneras de abordar o ver el mundo a trav¨¦s de la obligada inmersi¨®n en la cotidianidad del otro.
Colombia no tiene gratuidad universitaria. La cobertura de Ser Pilo Paga se acercar¨ªa al 7% de los bachilleres que se grad¨²an. No es una cifra menor y ojal¨¢ pueda ampliarse. Es claro que el Ministerio de Educaci¨®n tiene que atender las irregularidades que puedan estarse presentando en torno al programa. Por ejemplo las denuncias de aumentos exagerados en las matr¨ªculas de esas universidades privadas que asumieron el programa. No es admisible que para sostenerlo le carguen sobrecostos a estudiantes que pagan por sus propios estudios. El programa se paga con los recursos p¨²blicos y solo algunos aportes de estas universidades.
Deben encontrarse alternativas para garantizar el acceso educativo para el porcentaje que se queda por fuera del sistema y ordenar las finanzas para no mantener en d¨¦ficit permanente a las universidades p¨²blicas de educaci¨®n superior. Estamos hablando de un derecho y de incrementar la movilidad social.
Ser Pilo Paga debe resguardarse y volverse una pol¨ªtica de Estado por encima de qui¨¦nes rechazan las ayudas para los sectores menos favorecidos y se enfurecen porque el gobierno atienda a las poblaciones vulnerables. Eso es el m¨ªnimo vital y la verdadera apuesta no solo por el conocimiento tecnol¨®gico e innovador, sino y tambi¨¦n por la inclusi¨®n y adem¨¢s por la recuperaci¨®n de valores cada vez m¨¢s escasos como la compasi¨®n y la solidaridad.
Ser Pilo Paga rompe paradigmas como lo est¨¢ haciendo la iniciativa Criando la Paz de Diana Rodr¨ªguez y Laura Pardo, quienes desde la sociedad civil, decidieron ayudar a m¨¢s de 80 madres de las FARC que llegaban cargando en su vientre a los hijos que hoy ya no tienen que abortar o abandonar o dejar al cuidado de un familiar.
Criando la Paz naci¨® como una iniciativa privada espont¨¢nea por fuera del gobierno para despertar la solidaridad de los colombianos para ayudar a las madres gestantes y recolectar 200 morrales llenos de pa?ales, cobija, ropita, mosquitero y tantas otras cosas que se necesitan como multivitam¨ªnicos y repeletes.?
Durante ese recorrido a las 26 zonas veredales donde las FARC deber¨¢n abandonar las armas e iniciar su reintegro a la vida civil, nacer¨¢n esos colombianos que luego ser¨¢n los j¨®venes que crean en el futuro, en el orgullo de pertenecer a una sociedad que privilegie la legalidad, que premia la inteligencia y la disciplina, pero que sobre todo rompa las barreras personales y econ¨®micas. Ser¨¢n los pilos del futuro sin armas y sin odio en el coraz¨®n.
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