La yuca amarga
La hambruna venezolana no solo mata por hambre, sino por desesperaci¨®n
Dos hermanos partieron del condado de Cork, Irlanda, con rumbo a Angostura, sobre la margen derecha del r¨ªo Orinoco, en alg¨²n momento de 1817. Se hab¨ªan enrolado en un contingente mercenario contratado en Londres, con ofrecimientos enga?osos, por los independentistas venezolanos que combat¨ªan a las unidades escogidas del Ej¨¦rcito espa?ol, bajo el mando del general Pablo Morillo. Se llamaban Brendan y Jon¨¢s McGee.
De acuerdo al asiento que hizo en su bit¨¢cora el sujeto que los reclut¨® en Dubl¨ªn, Brendan era aprendiz de talabartero. De la profesi¨®n de Jon¨¢s, nada sabemos. Lo que s¨ª es casi seguro es que ninguno de los dos hab¨ªa empu?ado jam¨¢s un arma de fuego.
Sin embargo, como tantos otros de los miles de compatriotas suyos que se alistaron, Brendan y Jon¨¢s se cuidaron mucho de admitirlo. Eran, simplemente, los hermanos menores de una familia extendida muy pobre que prefirieron correr el albur de una campa?a militar en un lugar perdido en el mapa de Sudam¨¦rica a morir de hambre en Irlanda. Es sabido que en Irlanda hab¨ªa, desde hac¨ªa siglos, una end¨¦mica propensi¨®n a morir de hambre.
El afiche que Brendan y Jon¨¢s, ambos analfabetos, se hicieron leer en una taberna dublinesa por un abogado borrach¨ªn del que solo he podido averiguar que se apellidaba Aylmer fue impreso en Londres por un tal William Walton, int¨¦rprete y plumista a sueldo del se?or Luis L¨®pez M¨¦ndez, designado por Sim¨®n Bolivar para llevar adelante el reclutamietno. El afiche (posiblemente hubo varias versiones) puede hoy leerse con una sonrisa en los labios porque contiene p¨¢rrafos dignos de un folleto tur¨ªstico.
Entre l¨ªneas, parece decir: "Viaje a las regiones m¨¢s f¨¦rtiles de Suram¨¦rica, a orillas del soberbio Orinoco, combata por la libertad de Colombia y h¨¢gase rico durante el pujante posconflicto". Hubo contratos que ofrec¨ªan un anticipo equivalente a 200 d¨®lares de la ¨¦poca, pagaderos, desde luego, en Angostura.
La causa m¨¢s frecuente de los muchos sangrientos motines de legionarios que estallaron en Angostura y otros sitios de nuestra geograf¨ªa fue, por supuesto, el impago del anticipo. Otro motivo para amotinarse, contra los oficiales colombo-venezolanos fue la yuca amarga. El aspecto de este tub¨¦rculo es indistinguible del de la yuca dulce, que sanchochada o a la brasa acompa?a la dieta popular venezolana y otros pa¨ªses del vecindario. Si no aprendes a diferenciarlas y comes de la amarga, mueres por envenenamiento.
Los abor¨ªgenes amaz¨®nicos descubrieron que la yuca amarga tiene altas concentraciones del letal ¨¢cido cianh¨ªdrico (o cianuro de hidr¨®geno), principio activo del curare, veneno con que se inficionan las flechas y dardos para la guerra y la cacer¨ªa.
La hambruna venezolana, como toda hambruna, no solo mata por hambre sino, tambi¨¦n, por desesperaci¨®n. Ya son muchas las muertes registradas entre los muy pobres por comer yuca amarga buscando mitigar el hambre en medio de la atroz escasez que padece Venezuela.
Los ni?os, alimentados por sus angustiadas madres con el l¨ªquido lechoso que deja el hervor del tub¨¦rculo, mueren casi en el acto. Caracter¨ªsticamente, Nicol¨¢s Maduro se ha limitado a advertir, con una macabra chanza televisada, que si no se aprende a diferenciar la yuca amarga de la dulce "puede haber problemas".
Jon¨¢s McGee fue reportado desaparecido en la acci¨®n de Laguna de los patos, librada en los llanos venezolanos en 1819. Su hermano Brendan fue fusilado en el Tinaco, por haber encabezado un mot¨ªn de legionarios irlandeses que vieron morir envenenados a decenas de sus compa?eros de armas. Les hab¨ªan dado sacas de yuca para alimentarse, pero nadie les ense?¨® a diferenciar la dulce de la amarga.
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